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Muy caro para su servicio y calidad. Resumo: por comensal váis a pagar 28€ por un plato cocido completo. Éramos 8 muy escasos en cantidad del acompañamiento y la sopa templada y muy baja concentración de sabor. Pedimos 2 de boletus, muy escasa ración y 18€ cada una. Pedimos un Ribera de 25 € y nos cobró 28€ (por supuesto reclamamos) cobran los tuppers y las bolsas si os lleváis sobras. Por cada vermú 4,50€ (más hielo que vermú). Resumiendo, carísimos somos asiduos a Rtte de cocido y encontraréis muchos mejores lugares y precios que aquí. Lugar muy muy pequeño 3 mesas con la nuestra, y aún así el servicio lentisimos. Sitio muy taurino en decoración, muy poco cuidado. Mirar bien el ticket y comparar con lista de precios que encontraréis colgadas o preguntar antes. No volveremos a repetir.
Un ambiente taurino muy agradable. Tal vez algo de musica le hace falta. Pedí los Caracoles y estaban muy buenos. Mejor que los callos. Hoy en dia es manejado por ecuatorianos pero la sazón es muy española.
La comida muy buena y bien de tiempo en traerla, la atención muy amable y servicial por parte de los camareros y un ambiente muy cercano. Repetiremos mi pareja y yo sin duda
Taberna tradicional madrileña el local es acogedor y familiar, tiene terraza también. Siempre tienen gente y normal, comida buenísima y buenos precios. Se ve buen ambiente de trabajo y el servicio es muy bueno. No es la primera vez que voy, y volveré de nuevo prontito.
Muy buen sitio para tomarse unas tapas en pleno centro de Madrid. Recomiendo las patatas bravas y las alitas. La atención excelente y eficaz. Repetiré seguro.
La verdad, un lugar excepcional. Me encantó el buen trato de los camareros y todo el servicio en general. Un lugar muy cálido. Lo recomiendo sin lugar a dudas.
Hemos ido a este restaurante a comer cocido madrileño, la verdad que estaba muy bueno, las raciones han sido generosas, no hemos podido acabar tanto como nos han puesto, dos de los comensales no han querido cocido y han comido cochinillo y potaje de garbanzos con bacalao, también estaba muy bueno, el sitio es acogedor, el servicio digamos que un poquito flojo
Reservamos un cocido para dos personas, muy bueno (un tocino muy rico), abundante, quedamos contentos. El local es del Madrid antigüo.sin reformas, a ver, tienen su encanto en cierto modo, va en gustos. La única pega importante fue que es un sitio pequeño, ese día al lado nos tocaron personas que gritaban mucho, aunque las ocasiones son de festejo, fue un tanto exagerado lo que se nos transmitía.
Consigliatissimo per chi cerca la vera cucina tipica madrilena, prodotti freschissimi preparati al momento, buon rapporto qualità prezzo, prenotate perché hanno pochi posti a sedere.
Ayer nos comimos un buen cocido madrileño en este restaurante, todo muy bueno, no le pongo las cinco estrellas por el servicio, la camarera bastante seca, cortante y muy mecánico todo, Dos de los comensales pidieron potaje de garbanzos y el otro cochinillo, también muy bueno.
Fuimos a comer un grupo de 8 personas.el cocido muy rico.el entrecot buenísimo. El camarero que nos atendió muy amable y atento.la única pega que pondría es que nos cobro los recipientes y las bolsas donde nos puso el cocido que nos sobró. La cuenta fue mas de 350€ nos pareció un poco cutre.por lo de más todo bien.
Restaurante donde se cuida el producto, casqueria, rabo de toro y Migas riquísimas, uno de los pocos sitios de comida tradicional que quedan por el barrio.
Fuimos por el cocido, que hay que reservarlo con antelación, y nos pareció caro para lo que era, ya que estaba demasiado fuerte y costó 25€ la ración, pero ese fue nuestro gusto. El personal súper amable!
Un trato excelente. Una comida tradicional inmejorable. Muy recomendable el rabo de toro y el cocido madrileño. Un lugar de ambiente taurino muy genuino y castizo. Muy recomendable. Si visitas Madrid has de visitarlo.
Todas las raciones muy ricas, a destacar los boquerones fritos, están deliciosos con un rebozado muy fino y sin espina. Hemos pedido además callos a la madrileña, caracoles y mollejas de cordero y todo fenomenal. La atención inmejorable, respetando el tiempo entre ración y ración sin atosigar pero tampoco sin hacer esperar, de verdad excelente y súper amables. Volveremos sin duda.
Servicio genial, comida fantástica. Una auténtica sorpresa, nos paramos a desayunar dos y acabamos merendando cuatro. Ultra recomendables los arroces, las tapas, los entrantes. Y a repetir pronto
Ambiente castizo y taurino en el popular barrio de Argüelles, cosa que hay que tener en cuenta porque barrio popular no es sinónimo de barato en este caso, y lo digo por algunos comentarios en donde hay quejas sobre los precios, que a mí me han parecido razonables para la zona, y adecuadamente reflejados en carta, por lo que no entiendo las sorpresas al pedir la cuenta. El comedor en planta baja es pequeño pero con el encanto de retrotraernos a las antiguas tabernas del foro. Me congratula y agrada que todavía se conserven negocios con esa intención, y eso hay que valorarlo muy positivamente. Es un restaurante “especial”. Tienen otro comedor en la 1ª planta del edificio, con el mismo ambiente, pero no apta para personas con dificultades para casi “trepar” por la muy angosta escalera comunitaria. El personal es encantador y pendiente de los clientes en todo momento. La comida es típica madrileña, de platos contundentes y raciones muy abundantes. En nuestro caso, el entrante de gambas al ajillo ha sido digno de repetir por la calidad y cantidad de las gambas y lo exquisito del ajillo, para mojar pan sin parar. Luego, unas migas abundantísimas, con crujientes torreznos, en su punto, y con un par……. De huevos, muy de agradecer ya que en otros sitios lo normal es uno. También nos atrevimos con una cazuela de callos a la madrileña, habida cuenta de que estábamos en plenas fiestas de la Comunidad de Madrid, abundantes, ligaditos y exquisitos, para seguir papeando mas si hubiera quedado algo de sitio en el estomago. Adjunto fotos para que se pueda analizar la pintaza y cantidad de las raciones. Para comprobar la calidad os recomiendo encarecidamente que lo hagáis “in situ”, aconsejando no obstante, el venir con el estómago vacío y necesitado, y preferiblemente sin niños pequeños, ya que el local no me parece adecuado para lo que la gente menuda necesita. Enhorabuena por conservar un espacio que rememora tiempos pasados pero con la profesionalidad que se requiere hoy en día.
Calidad excelente como siempre. El ambiente único y serviciio inmejorable. La calidad, la mejor! ; es una de las opciones gastronómicas más auténticas de Madrid
Un sitio acogedor y buen servicio! No pongo cinco estrellas por que es costoso para la escasez de producto en cada ración (20 euros el plato de gallinejas, 20 euros el plato de entresijos y 16 euros la ración de mollejas) pero muy buena calidad y nada grasiento. Muchísimas gracias!
Un clásico en el barrio. Comida castiza (callos, caracoles, cocido,) pero también están de muerte unas judías verdes o unas chuletillas. Siempre que vamos acertamos
Un lugar muy característico y casero: los platos son muy ricos, y el personal muy acogedor y disponible para explicar cualquiera duda! El sitio tiene su propria historia y tradición, y eso se refleje en los platos!
Un sitio típico de Madrid, cocina riquísima. Los callos y las croquetas de rabo de toro espectaculares, además hacen jornadas gastronómicas y ahora toca la de los callos a la madrileña, no hay excusa para no probarlos si te gusta este plato típico.
Fuimos al restaurante por casualidad y la verdad la comida nos sorprendió, la atención muy buena, sin embargo, el arroz para dos personas que costó 32 euros no llenaba ni un sólo plato, es una ración muy pequeña pero el sabor estaba delicioso. Por favor, que los arroces para 2 personas por lo menos alcance para llenar los dos platos. El resto, pasamos muy buen momento y todo muy delicioso.
Tienen la terraza absolutamente desatendida. Se ve que al estar solo una mesa ocupada, se desentienden de ella, sin estar pendientes ni una sola vez. Hemos tenido que entrar cada vez que hemos querido pedir algo. Eso sí, la comida muy buena.
Casa tradicional em Madrid, onde antigamente era ponto de encontro de toureiros, funcionários foram muito atenciosos e nos mostraram até o salão superior que no momento estava fechado, recomendo o restaurante para quem deseja conhecer uma verdadeira comida espanhola.
La calidad de la comida es muy mala. Los callos a la madrileña y la gallina en pepitoria no saben a nada. No saben cocinar. Tal vez los unico bueno son los huevos fritos y la carne. Se nota que ha cambiado de manos. Encima es caro para la calidad que oferecen. Eso si, el servicio es amable
Uno de los mejores restaurantes que hay por la zona, tanto por la calidad de la comida como por el trato que recibimos: fue excelente. Estuvimos probando su menú de calçotada que incluye embutidos, una especie de pisto de bakalao, los propios calçots con salsa de romescu y parrillada de carne o arroz ciego (éste estaba espectacular). También pedimos postres de entre los cuales yo os recomendaría el coulant de chocolate. El menú cuesta unos 40 euros y de verdad merece la pena. De 10
Es un sitio de toda la vida de chamberi. Que aunque ha cambiado de propietario hace unos años, sigue con el buen hacer del anterior. No te defraufa nunca. Estupendo.
El contexto, una típica casa de comidas, invita a algo más. No está mal, pero el servicio en la planta de arriba se hace esperar entre plato y plato, además el precio es un poco desorbitado.
Sus migas y los platos tradicionales de casquería, me encantaron. Servicio amable y cercano. Muy concurrido y la decoración tradicional de una casa de comidas.
Excelente cocina en una casa de toda la vida. He probado el cocido que es muy recomendable (algo caro) y buenísimo el rabo de toro. Las migas con huevo también son de primera. Un servicio muy atento.
Tradicional y castiza casa de comidas del barrio. La decoración sigue manteniendo el encanto de épocas pasadas. Trato agradable. Comida tradicional bien elaborada y relación calidad/precio dentro de lo razonable. Recomendable si no se buscan sorpresas
Una gran decepción, venden el estilo castizo y es conocido como un bar de toda la vida pero todo lo contrario a la realidad: el gazpacho era de bote (y soy experta en gazpachos), las gambas congeladas y encima carísimo. Pagué 40 euros por esas dos mini raciones y dos cervezas. Nunca más
Restaurante tipico taurino, antiguo del año 1935.la comida casera guisos cocido por encargo, legumbres y no digamos de sus calamares en su tinta o los callos a la madrileña la morcilla de mi pueblo, gallina en pepitoria o caracoles a la madrileña y de postre las filloas y bizcochitos borrachos en fin que es un lugar muy agradable para comer y hacer tertulia