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El camarero un borde increíble, a las 23:00 deseando que termináramos 4 personas cenado, el local vacío, nos quitaba los platos con urgencia, se negó a poner café y no ofreció ni postre. Fumaba tras la barra. No lo recomiendo en absoluto!
Cocina tradicional (son ex Horcher) con platos que merecen: gulash, steak tartar, tarta de manzana. El local se ha quedado anticuado y una sola persona lleva la sala y la terraza. Tengan Uds paciencia, que ahí se va a comer bien, y no a dejarse ver.
Servicio justito, un camarero sólo para el restaurante, menos mal que sólo había una mesa más con comensales a parte de la nuestra. Yo pedí una chuleta de ternera con un resultado muy mediocre.no vale el precio que nos costó. No lo recomiendo. Relación calidad/precio/servicio muy baja para mí modesto entender.
Lamentable atención y trato por parte del camarero. El camarero nos levantó de la mesa de la terraza, después de comentar "estas van a estar dos horas con un aperol" y nos levantó de la mesa diciendo que estaba reservada (no había ningún cartel ni reseña de que estaba reservada). Tras quejarnos, contestó: "más tonta y no naces". Es lamentable la falta de educación y respeto del camarero de este local.
Comimos en familia. Espectacular. De los mejores sitios de Madrid. La hamburguesa, la fabada y el cachopo de lo mejor. Atención amable, atenta y generosa. Relación calidad-precio de 10. Restaurante acogedor y agradable. Volveremos. Muchas veces.
Fuimos a comer cocido y estaba correcto, algo frío para mi gusto la sopa. El salón está un poco vetusto pero es acogedor. Fuimos con niños y en algún momento subieron algo el tono y el camarero les avisó para que no alborotan tanto, sin embargo al poco tiempo un grupo de jóvenes también pasó lo mismo y no les dijeron nada. Como muy positivo pudimos tener una sobremesa muy agradable, y como negativo al traernos la cuenta venía a mano y no venía bien desglosado el coste de cada cosa.
Este ristorante es un must. He comido muchas veses tartare de atún, codillo o paletilla, pulpo a la gallega, croquetas riquísimas, arroz de leche o strudel. El strudel es cosa de otro mundo. El camarero tiene 70 años, con su hermano llevan el ristorante hace mucho tiempo, con calidad siempre alta. Lo recomendo mucho
Desde el momento que nos sentamos, 10 puntos. La atención fue muy buena, el servicio fue impecable, las recomendaciones del mozo igual. Comimos un lomo de corvina & un bonito a la riojana. Excelente los tiempos y la calidad. De seguro, volveremos.
Excelente, agradable, casero, entrañable y los camareros y dueños encantadores. Buena suerte aguantando el covid, Os la merecéis por el trabajo de toda una vida.
La Catedral de Zamora lleva ya varias décadas dando de comer a los chamberileros. El restaurante se ha quedado un poco en la década de los 90. Le salva que tiene terraza agradable, pero la sala, desde luego, no es la mejor
Su cocina es de corte clásico, marcadamente asturiana, región de procedencia de sus dos dueños, aunque sin olvidarse de paltos populares del restaurante Horcher, donde uno de los dueños trabajó casi 20 años.
Uno de esos platos es el Steak Tartar, que en nada desmerece al que preparan en el mítico restaurante. No solo es uno de los que más nos gustan de Madrid, sino que es un plato que de por sí justifica la visita a la Catedral de Zamora.
Hace ya varios años que nos hemos casi olvidado del resto de su carta, donde lucen fabadas o potes asturianos de una calidad extraordinaria, para repetir de memoria la comanda: gambas al ajillo-steak tartar-arroz con leche.
Por supuesto en esta última nada cambió el guión. Y mientas sigan con ganas de seguir trabajando y brindando al público todo su buen hacer, allí estaremos nosotros.
Puntos fuertes: su cocina tradicional asturiana, sus platos rescatados de Horcher y por supuesto, su inmejorable Steak Tartar.
Puntos débiles: una sala a la que no le vendría mal una pequeña renovación.
Precio: a partir de 40€ por persona.
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Muy recomendable Relación calidad-precio muy buena El servicio es bueno, restaurante de confianza, uno se siente como si estuviese en su casa. Ambiente tranquilo
Simpatiquísimos hermanos. Con terraza fuera si es que hay consigues mesa. Y si no, también dentro. Servicio y comida espectacular. Algo ruidoso dentro, pero vale auténticamente la pena. Comida tradicional.
Excelente atención, la comida de muy buena calidad y los precios son muy razonables. El steak tartar sobresaliente y los platos de cuchara también. Los miércoles un cocido como Dios manda!
Es el sitio ideal para comer en familia no solo con niños sino también con la abuela y el abuelo, y eso pocos restaurantes lo consiguen. Sitio único, que al no ser muy grande tampoco es para todos los bolsillos.
Lo mejor de este lugar es la exquisita atención de los camareros. Por ellos repito siempre que pueda, un placer volver a verles y comer sus platos tradicionales.