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Dos veces he pedido online. Una aceptaron la compra y entrega de desayuno en sábado. Nunca llegó, porque no entregan en sábado y se ofrecieron a llevarlo en Lunes! La segunda ahora, el día 7 de dic hice un pedido, tardaba de 24 a 48 horas. Estamos a martes 12 y no ha llegado. Los día emails de atención al cliente, ni me los han respondido. Nunca más
Recepción del cliente nula. Hacen cola cuando tienen mesas libres. El personal no está bien organizado, ni cualificado, acorde a la marca. Una vez te sientan el servicio no mejora, lento y desganado. La comida está bastante bien todo hay que decirlo. A la hora de pagar tampoco son eficientes. En resumen, son un desastre y te hacen perder mucho tiempo.
Cafetería poco recomendable, la comida no la probamos.
En cuanto a la atención deja mucho que desear, tardaron como 20 minutos en sentarnos habiendo mesas limpias y fue posible Gracias a que no se nosotros se acercó a la que parecía la encarga y la pedimos permiso para ocupar una mesa.
Al sentarnos tardaron otros 15 minutos en tomar nota, había gente comiendo si pero por lo que pude contar 7 camareros para unas 20 mesas.
Al pedir los 4 cafés solicitamos la cuenta también ya que visto lo que tardaban… bueno pues hubo que pedirla 4 veces y nos dio tiempo a terminar el café y hablar un rato.
Caso aparte el capuchino que no es un capuchino es un café con leche con cacao por encima ya que la crema de leche no se deja ver por ninguna parte tal y como se aprecia en la foto que se hizo nada más servirlo en la mesa.
El mejor sitio en Las Rozas! Estamos ahi toda semana. Nos encatando el ambiente, la comida e las personas. Somos siempre MUY BIEN atendidos. Soys los mejores!
Un sitio con más infulas que lo que luego ofrece. La comida, más que insuficiente. Un tataki de atún por 22€ que no da ni para un niño. Un plato de fideos de arroz tacaño e insuficiente. La tarta de chocolate, muy rica y más grande que cualquiera de los dos platos. El servicio, atento aunque desbordados. Más servicio y menos pretensiones, Cristina Oria!
Un desastre, la calidad y el servicio deben ir de la mano y en este lugar, al menos en fin de semana, no se cumple. Más de 40 min para tomar un café. Contraten personal y organícense de otro modo!
La verdad es que fue decepcionante. Las camareras bastante despistadas, sacando la mitad de las consumiciones, teniendo que entrar yo dentro del local para reclamarlo que parecía que no iban a sacar nunca. El precio por los cafés es desorbitado.
Hemos ido varias veces y la comida esta muy buena, pero lo más destacado es su personal, especialmente una camarera llamada Tatiana, quien me ha aconsejado de maravilla qué cosas podía comer de la carta (al estar embarazada me es muy complicado comer en restaurantes, salvo en este, que ha sido genial) y me ha encantado su recomendación.
Además el trato ha sido inmejorable. Es la segunda vez que nos atiende ella y espero coincidir con ella las siguientes.
Mi enhorabuena al restaurante por tener un personal tan amable y que cuida los detalles.
Pues aún no puedo opinar mucho. Nos sentamos a las 15h. Son ahora las 15: 55 y seguimos sin NADA en la mesa. Qué pedimos? 1 Hummus de entrante y después los segundos. Han sido incapaces de poner siquiera el Hummus en la mesa después de 55 minutos. Lamentable. Los que estaban por detrás nuestro en la cola, ya están comiendo. Me imagino que el Hummus lo estarán fabricando en algún lugar del mundo y por eso tarda. Encima, se lo hemos dicho 2 veces y no hemos recibido ni una disculpa.
Me encantan los restaurantes de Cristina Oria, pero este es un descontrol total. La atención es pésima, tardan muchísimo en atender, cobran mal las cosas en el ticket y hay cero distancias entre mesas. Una pena.para no volver
Agradable lugar para comer o tomarte algo entre compra y compra. Tiene local amplio y terraza mayor aún. Personal muy amable y profesional. Carta similar a la de los otros restaurantes de Cristina Oria. Obligatorio probar su Foie Micuit, y sugiero que lo acompañéis de una copa de Sauternes. El bikini también buenísimo y las lentejas con su toque de curry. Los blinis con salmón son también un clásico. Recomendable. Baños graciosos. Limpios, completos y buen olor 4/5
Han tardado 45 minutos en servirnos 2 tostas. Una de ellas no era la correcta. Las bebidas llegaron cuando ya habiamos terminado las tostas. Deberian de tener más gebte atendiendo en sala.
Soy cliente habitual de este centro comercial. Solía comer en el Café y Tapas príncipalmente por la atención de uno de sus camareros, Fran, atento y amable en todo momento. Tras el cierre de dicho restaurante, en una de mis visitas posteriores, encontré a Fran trabajando en Cristina Oria y una vez más su atención fue impecable, siempre atento a nuestras necesidades. Gracias a él, me seguiréis teniendo como cliente.
Local muy bonito, pero la atención bastante mala, nos hicieron esperar un montón para sentarnos, cuando por fin estábamos sentados otra hora para atendernos. Pedimos merienda pero nos trajeron la comida y las bebidas al rato largo, después de reclamarlo varias veces. Todo estaba rico pero la experiencia con esta atención deja un mal sabor.
Aún no me lo puedo creer, otras veces hemos venido y el servicio no era tan malo. Han tardado mucho en sentarnos, pero entiendo que si hay gente es normal. Tenían un descontrol en la terraza fuera de lo normal. Nos tomaron nota sólo de las bebidas, y nos cansamos de esperar a que vinieran. Pedimos tres veces un simple vaso de agua para una medicación y me canse de esperar, tuve que ir a la barra para que me lo dieran. Cuando por fin vinieron los cafés, vinieron fríos, faltaban las cucharillas, tampoco trajeron ni azúcar ni servilletas. También hubo que pedirlos. Cuando pedimos los croissants, los trajeron sin cubiertos, tuvimos que comerlos a mano. Pasaba una camarera a nuestro lado y le oí decir que estaban sacando de la cocina pedidos repetidos, mientras otras mesas no salían las cosas, menudo descontrol. Y la guinda, apenas me tomo el café, y sin terminar lo demás, me viene una camarera, y me dice que por favor, si puede llevarse ya la taza del café, porque se ha quedado sin ellas, y les hace falta. Increíble. Así que se lleva la taza dejando el plato, foto adjunta. Camareros nuevos sin formación, uno de ellos nos dijo que era su primer dia, pese a su buena predisposición, iban como pollo sin cabeza. Aún estamos aquí sentados, la terraza ya está medio vacía, y desde aqui cuento 6 mesas, que estan aburridas de esperar que las atiendan, más otra que se han marchado cansados de esperar. Quizás la tal Cristina Oria, debería venir y asegurarse que en el local en el que figura su nombre, se de un servicio con un mínimo de calidad. De terror.
Más de 10 minutos para q te sienten, xq no había nadie atendiendo paRa sentarnos. Y unos 15 minutos para q nos sirvan dos cafés solos. Si este es el servicio q dan para un café no puedo ni imaginar como será comer aquí. No vuelvo
Precios estratosfericos. Servicio muy bueno pero se les ve cansados. Vajillas y demas articulos muy caros comparados con otros sitios siendo el mismo articulo.
Cristina, en el negocio de la restauración has de tener un pelin de cuidado. Ya sé que es difícil, pero existen muchos puntos flacos que has de tener en cuenta. No sé vive solo de imagen en Instagram. Si necesitas algunos consejos, desinteresadamente te los doy. Hoy como cliente he observado muchas cosas a mejorar.
Es una pena que un sitio tan especial y tan bonito se vaya deteriorando por la atención en el servicio y el mal mantenimiento de la limpieza, teniendo todos los útiles para ello a la vista del público.
Lamentable. Soy persona nada exigente. El sitio. La ubicación.y el entorno agradable. Soy asiduo en la zona. Pero el servicio por lo menos en este dia LAMENTABLE. Esperando para sentarnos. Ya sentados 15' o más para ser atendido. Al final pedimos y a los 10' me ponen las Servilletas y antes de todo esto la mesa se limpia. Y otros 20' sin ser atendido con lo que habiamos pedido. Lo siento. Me levante y nos Fuimos. Gracias
MALA EXPERIENCIA. Primeramente; la camarera que nos toma la bebida no conoce los 3 únicos tintos de la carta. Tortilla de patata; nunca la probé peor, patata dura y muy sosa. Patitas de bogavante; fritura sin ninguna apreciación ni sabor de bogavante por ningún lado. Croquetas de carrilera y steak tartar aceptable. POSTRE. Pedimos coulant de chocolate blanco, nos lo traen de chocolate negro, pedimos que nos lo cambien y nos traen el mismo con otro helado, de nuevo les explicamos que eso no es lo que hemos pedido y nos contestan que no tienen ese coulant en carta, le pido la carta y vuelve sin ella y me afirma que si lo tienen. Se llevan el plato. Por fin nos traen el coulant de chocolate blanco con el helado derretido que nos pusieron en el anterior plato y para rematar la camarera nos lo sirve diciendo pre potentemente "está así a su gusto, señor". Cuando era fallo suyo, debería haberse disculpado, no presentarse con esos modales. Para disculparse nos invitaron al AGUA. Precios elevado para la cantidad que sirven.
Fuimos a comer el sábado y nos encantó. El ambiente es muy agradable, el personal atento y profesional. Todo muy rico. Totalmente recomendable. Sin duda repetiremos.
Ayer sábado fuimos a merendar a su restaurante de las Rozas village, nos tuvieron esperando un rato en la entrada sin que nadie se dirigiera a nosotros hasta que una chica rubia se acercó amablemente y nos ofreció una mesa. Deben cuidar más el trato al cliente.
Eran las 12: 30 entre con una niña de 5 años a tomar un café y picar algo, el camarero me pregunto si iba a comer, le dije que no y entonces fui invitado a sentarme en la barra o salir fuera donde hay instalada una pérgola pero con el inconveniente de que fuera llovía. Y yo me pregunto qué problema había en que me sentara dentro si estaba todo vacío. Deberían enseñar al personal como se debe tratar al público o me temo que pueden ir cerrando. Dudo mucho que vuelva.
Nos atendieron en seguida y tardaron poquísimo en servirnos todo lo que habíamos pedido, excepto el coulant que nos avisaron que tardaba 10 minutos, y así fue. Nuestros favoritos: bikini trufado, mini croissant de jamón de bellota y el solomillo. Imprescindible acabar con el coulant de dulce de leche o el gofre con sirope de chocolate. Todo exquisito y sin duda la mejor forma de rematar una mañana de compras! Deseando ir a los otros dos que tienen por Madrid.
Hemos estado comiendo hoy en el Restaurante de las Rozas, tengo que reconocer que tenía unas altas expectativas del lugar, somos de fuera de madrid, y a través de Instagram, conocía el sitio, por lo que tenía muchas ganas de probar su comida y visitar su tienda, ha sido una experiencia totalmente nefasta, la comida, tengo que reconocer que estaba todo muy rico, pero las raciones escasas y el precio elevado para el tamaño de los platos, aunque lo peor de todo ha sido el servicio, desastroso, nada profesionales, muy lentos, que este punto podría llegar a entenderlo por el día que era, entre los camareros sin ninguna organización, hemos tenido que insistir para que nos pusiesen postre, han traído los cafés antes de servirnos los postres, al igual que hemos insistido para que nos cobrasen, hemos alucinado con todo la verdad, porque el sitio es ideal y el entorno, pero la mala gestion del personal que atiende, da al traste con todo. Teníamos al lado una mesa con un matrimonio de avanzada edad, que muy educadamente se han quejado de que estaban tardando mucho en servir la comida, en un momento determinado han comentado que conocían los otros restaurantes y a Cristina Oria y automáticamente tanto el encargado de la sala como otro compañero, se han centrado en esa mesa, con un considerable peloteo, olvidándose por completo del resto de comensales, que como nosotros, hemos esperado 45 mint de reloj a los postres, cafés y cuenta, y que por educación, no nos hemos levantado y nos hemos ido. Habíamos fichado varías cosas para comprar después de comer, hemos salido tan enfadados que no hemos comprado nada, lo cual tendrían que valorar, porque como nosotros, le habrá pasado a más gente. Lo dicho, no repetimos.
Muy bueno todo, podrían tener en cuenta los precios para un yogurt, casi 5€ cada vaso, por lo demás todo muy rico, muy bien puesto y camareros súper amables
La comida deliciosa, servicio pésimo lo que baja muchísimo la experiencia, 25 minutos esperando un coulant, se disculpan invitándonos a un café que nos cobran al igual que un aperitivo que no nos pusieron, a las mesas de al lado si se les puso. La descordinacion entre los camareros es total y entre cocina y sala otro tanto
Tomar un café en un sitio con ese aire de gran calle de compras. No es nada agobiante. Aunque esta en medio de la vía concurrida de gente, hay espacio de sobra.
45 minutos para que nos sirvieran 4 tostadas. La mesa que llegó después comió antes que nosotros. Y cuando fui a reclamarlo, encima los camareros maleducados, soberbios, chulos y muy poco profesionales. Vamos, una joyita. Qué pena que un sitio tan bonito como Las Rozas Village no tenga ni un solo sitio digno para comer bien. 0/10
Considero que su famosa tarta de limón está muy buena, pero cobrar 13 euros por dos porciones para llevar me parece excesivo. Sin hablar de que el camarero las metió en los envases con sus manos después de haber estado en la caja con el dinero.
Su comida es rica, delicada y de calidad. Pero el tema bebida. 3,50€ por una cerveza de LATA y encima de la marca que sueles encontrar mas barata en el supermercado. Entiendo que la LATA sera mas comoda por desperdicios, pero ya que pagas que te den algo distinto, y sino botella de cristal porfav. Idem con Refrescos. Los 4€ por la limonada me parece hasta bien comparado con la cerveza.
Un ojo de la cara. Para 4 mesas que tenían ocupadas y cuatro camareros trabajando en un chiringuito, la atención fue muy lenta y descuidada. El zumo, el café y las tostadas estaban buenos, pero la tostada era pequeña, tan solo una rebanada de pan del tamaño de un móvil. La sorpresa vino con la cuenta: 20 € por dos desayunos sin grandezas. Imagino que la señora Cristina aún se está desmorjonando de nosotros. Menuda sinvergüenza
Servicio lento, desayuno de buena calidad pero al pedir la cuenta he mirado a ver si la tostada (de tamaño tirando a pequeña) era de Gucci y el zumo de Prada por el sablazo que nos han dado
Estuve con mi familia en el quiosco de Cristina Oria en las Rozas Village.un desastre absoluto. Pedimos un gofre y unas anchoas, la anchoa vimos como se les caía al suelo y la pusieron en el plato. Se lo comentamos al camarero y nos dijo que estábamos locos, un servicio horrible. Camareros que no conocen su propia carta, y encima maleducados.que decepción que se intente abrir un nuevo local sirviéndose de la fama de sus anteriores restaurantes, sin estar preparado