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Nos encantó lo que comimos, el steak tartare en su punto de picante y bien de cantidad así como un salmón con un punto perfecto. Buen tiramisú final. Comimos dentro y las mesas son algo pequeñas. Además hay cosas, como el que la vajilla sucia esté en la barra a la entrada, que deberían cuidarse.
Fuimos a merendar por primera vez y el sitio es espectacular. Tardaron un poco en atendernos y darnos mesa pero luego toso genial. Pedimos un chocolate caliente (con un trocito de bizcocho gratis para acompañar), un zumo de naranja, el gofre de dulce de leche y el croissant relleno de nutella. Todo exquisito, aunque precios algo elevados pero acordes al lugar y nombre del restaurante. Lo recomiendo!
No defrauda. Una cafetería/restaurante bien ambientada, de trato amable. La comida está buena, y el café correcto. Lo que no me ha gustado ha sido el bizcocho de naranja, bastante mejorable. Las tostas estaban muy ricas. La vajilla se puede adquirir en la tienda.
Buena calidad del producto y presentación, algunos platos originales, aunque raciones no muy grande.
Fuimos por recomendación de unos amigos hace un tiempo, y pedimos un entrante (patas/rabas de calamar), y un principal cada uno (en mi caso un magret de pato, cocinado en su punto aunque el pure de batata algo sosillo), y pedimos un tatin de manzana y un coulant de postre, ambos postres muy ricos (el tatín me sorprendió).
Es cierto que el servicio al menos en esta ocasión, no fue todo lo ágil y agradable que a uno le gustaría, pero cumplieron con su función. Relacion calidad precio tal vez un pelin elevada pero no desorbitado (salimos unos 40€ por persona).
Me encanta! Es súper acogedor El equipo es agradable y muy profesionales, Jeni, es genial! Siempre me atiende con una súper sonrisa, Y entre todos hacen que la experiencia sea increíble! Un abrazo! Recomendable 100%
No repetir es lo que te queda cuando sales de aquí. Caras largas de los camareros, ni saludan, y encima, parece que les molestas y te hablan borde, en general todos. Conductores de Uber que se te cruzan por la sala con el casco puesto. Detalle poco referente, pero para el lugar que pinta, es así. Las croquetas de las peores que he comido, te las venden como Croquetas de Jamón de bellota y recomendadas por Cristina Oria, ni saben a jamón si quiera; la masa es pura masa de polvos y la croqueta sabe a churrería, lo cual no han limpiado la freidora en muchos dias. Las gyozas bien, nada del otro mundo, gyozas congeladas y salsa de soja de bote sin más. Pero buenas. La cheeseburger, hamburguesa de burger sin nada especial. Y las albóndigas al vino tinto crudas, insípidas sin sal y presentadas de forma pésima. La cuenta nos la trajeron con los platos sucios en la mesa y sin preguntar que tal. La camarera que vino a preguntar durante los entrantes que le dijimos que mal todo, nos dijo que muy bien que ahora venían los segundos. Cero recomendable en Madrid, hay tabernas que te ofrecen mejores servicios.
Buenísimo todo la comida los postres muy limpio y buen trato la verdad encantando sobre todo el trato de la camarera Miyei muy buena en su trabajo y muy profesional 100 de 100
Destacaría la antipatía de las dependientas. Se hace desagradable entrar a comprar. Su respuesta es siempre "no". Es caro y cada día más batiburrillo, pero si al menos fueran amables!
Hemos ido mi madre y yo a comer y nos han atendido estupendamente! Cristina encantadora, la comida riquísima, y el sitio muy chic. Nos ha encantado! Repetiremos!
Muy buen servicio. Al principio sentimos un poco de apuro porque nos hicieron revisar si era nuestra reserva varias veces y hsta que no vino la encargada no nos creyeron. Luego tuvo muy buen servicio y la comida de 10.
Le ponemos 5 estrellas porque no se puede poner más! Todo riquísimo! Y Charo una divina, gracias por tus sugerencias y atención! Volveremos mil veces ️
Se dan unos aires de "gran salon de té" para al final encontrases con una camarera desagradable que nos pide levantarse sin ningúna forma de respeto. No volveré aqui. Mas bien ir al Mallorca que se encuentra a menos de 100m.
Nosotros fuimos la semana pasada y compramos toda la vajilla.una taza vino rota y la cambiamos.fueron amable y lo cambiaron.pero la decepción fue online.compramos los manteles y servilletas de Indira.gastamos 276 euros y todo huele a gasoil.es lamentable El olor con el que vino los manteles, las servilletas y delantal.todo huele a gasolina.ya es la segunda vez que lo lavo y sigue ese olor.ya tendré que pro ar por tercera vez y ver si se quita.es una gran decepción.ha sido una mala experiencia . Te dicen que estos manteles sólo online y no cuidan enviarlo con un olor agradable.yo no puedo usar esas servilletas y manteles con mis invitados ni mi familia oliendo a gasolina.no vuelvo a comprar online.mucha publicidad en instagram y sus vitrinas.muy lamentable que no cuiden esos detalles. Definitivamente no se quita El olor.será que Cristina Oria quiere que drogue a mis invitados con El olor a gasolina
La experiencia con la tienda online es muy mala. El pedido no ha llegado en el plazo que indican, pero si lo cobran antes de que llegue. No hay manera de que te cojan el teléfono para pedir explicaciones. Y el chat que tienen tampoco lo responden. No lo recomiendo.
Un 10. Merece la pena tomar algo, comprar las selecciones que tiene o simplemente darse una vuelta. Te atienden estupendamente. Precios altos pero muy buenas calidades.
Tuve experiencia espectacular! Charo nos atendió con mucho respeto y con atención extraordinaria. La comida excelente y el ambiente súper agradable. Una terraza muy agradable. Lo recomiendo
Hemos ido a comer con muchas expectativas, por las críticas oídas y leídas, y la experiencia ha sido muy negativa. Un local muy bien decorado pero una falta de profesionalidad increíble. La atención muy lenta, la vajilla y cubiertos dejaban mucho que desear. No lo recomiendo.
Local con cierto encanto, mitad tienda gourmet mitad Cafeteria-restaurante con terraza. El producto de muy buena calidad y la atención estupenda, (a destacar una señorita que nos atendió en terraza, que al ver a mi tía mayor rápidamente le facilitó una silla) estas cosas son de agradecer. Quitando el inconveniente de no poder reservar en desayunos y meriendas, por lo que hay que esperar, el lugar es para repetir. Gracias!
Tomarse un vino sin aperitivo resulta algo inadecuado cuando menos y en la terraza cuando hace frío las estufas darían calidez, pero lo mismo lo que interesa es pasar frío para que las mesas estén poco tiempo ocupadas
La verdad que hemos ido muchas veces a desayunar, comer o cenar y siempre ha ido todo bien. He comprado diferentes productos y menaje y todo genial también. La mala experiencia ha sido repetida con el nuevo metre, segunda vez que, tras más de 30 minutos de espera en la cola y habiéndonos indicado él mismo que cuando se quedase una mesa libre, nos sentaba, llegadas las 8 nos ha invitado a irnos pues iba a empezar con las reservas pese a que sólo íbamos a tomar algo rápido e irnos. Tardaremos en volver después de esto.
Mi experiencia: Tenía ganas de ir al restaurante porque sigo a Cristina Oria en Instagram y a amigas mías les gusta. No había cola sorprendentemente y éramos los 1ºs en sentarnos. A pesar de haber mesas libres tardaron un rato, y nos insistieron mucho de que nos pusiéramos en un lateral con el carrito de bebé que no cabía donde nos decían, insistían tanto que tuve que apartar yo (no ellos) cosas del suelo (menaje que hay en venta en la tienda) para colocar el carrito. Cuando nos sentaron, las sillas tenían restos de comida y el suelo de todo el local sucio con restos de comida. La mayoría de las mesas sin comida, lo que nos hizo sospechar que el servicio era lento. Cuando nos atienden y pedimos 3 bebidas y 2 platos de comida, la camarera nos pide que le digamos 1º las bebidas y 2º la comida porque si no, no se va a acordar y, tras hacerlo, le pedí que me calentara un potito 30 segundos. Tardaron en servirnos la bebida creo que más de 15 minutos, con mi café derramado, la taza y el pato sucios de café, faltando el café de mi marido y sin rastro del potito. Mi marido se levantó a reclamarlo y cuando lo cogió se quemó porque lo habían hervido, pidió plato/cuenco para volcarlo al memos y le dieron uno manchado que rechazó, por lo que yo me fui al baño a intentar enfriar el potito con agua fría. En el baño, sin cambiador, faltaba el adorno/embellecedor en el grifo que indica agua caliente. Cuando volví a la mesa, sin poder coger el potito bien de lo que ardía todavía, debía tener tan mala cara que otra camarera, a pesar de mi mascarilla se dio cuenta, y vino a atenderme diciendo que qué necesitaba, le expliqué y rápidamente me dio un plato frío (y esta vez limpio). Yo había pedido unos huevos benedictinos que aunque no me disgustaron, me sirvieron fríos y a mi hija mayor le sirvieron un gofre que no se terminó porque decía que estaba duro (lo probé y pensé lo mismo). Cuando paseaban camareras y veían la mesa con los platos o la bebida ya terminada, no se molestaron en recoger nada, ahí con toda la mesa llena de platos y vasos, esperaron a que nos fuéramos para hacerlo, supongo…
Hicimos hoy una reserva para comer con mi familia y nos dijeron que había gente que no había reservado pero que estaban esperando la mesa, ya que se la habían prometido. Nos dijeron de comer a partir de las tres y media cuando habíamos reservado mucho antes, nos tuvimos que ir. Me da pena escribir esto ya que este sitio me gustaba mucho pero sinceramente no nos dieron prioridad en ningún momento y estamos decepcionados …
Una gran opción para un desayunar en Madrid, amplia carta con muchas opciones y un servicio rápido y eficiente. Los fines de semana hay que esperar algo de cola para encontrar mesa, pero la espera merece la pena para disfrutar de un completo desayuno.
Es una pena que el servicio no esté a la altura de la comida. En terraza esperas una barbaridad hasta que alguien te atienda. Se olvidan de las comandas, se equivocan de mesa… y cobran un 10% de suplemento.
Después de llevar media hora esperando una mesa para sentarnos en una mesa. El café y el colacao estaba frío, se olvidaron las cucharas con los postres que pedimos. Para tener tan buena valoración, para nosotros ha sido pésimo. Pero eso si, caro es
Excelente la comida y la atención de la camarera Charo, que está en las terrazas por la tarde, y que evitó que otra clienta se colara. Muy simpática, atenta y justa, lo cual se agradece mucho en un lugar con tanta concurrencia.
Destaca el servicio de Belén, la jefa de sala, atenta a todos los detalles y con una profesionalidad que no se suele encontrar ya. Repetiremos sin duda.
Es la segunda vez que vamos a desayunar, la primera vez la atención fue regular y tardaron muchísimo en traernos el desayuno. Hoy estaba llenísimo pero nos han atendido de maravilla y nos han traído las cosas rápido. La materia prima se nota que es de calidad, los tés muy buenos (el café no sé qué tal será) y las tostadas también (tanto la de jamón ibérico que tomamos la primera vez como la de roast beef con rúcula de hoy). La tarta de limón también muy rica, por ponerle un pero un poco demasiado dulce. Hay que ir temprano si no quieres hacer cola.
Ha sido un poco rara nuestra experiencia hoy y así lo comentamos. Pedimos dulce e infusiones (café, té.) unos/vino otros y resulta que parece que sólo con los refrescos te ponen unas tristes patatas fritas (mesas contiguas a las q se añade gente y vuelta al coke+patatas). Estaban las estufas ¡de adorno! Y es que a pesar de que en Madrid hoy hacia fresquito en la terraza, la camarera dijo que no funcionaban. ¡después de la cola que nos aguantamos!
Tosta de aguacate con huevo escalfado. Huevo benedict con mortadela y espárrago. Un té moruno que no olía a menta. Coulant de dulce de leche. Lo peor la espera. Pero la cola va rápida. El servicio un poco desbordado.
Fui con unas clientas a tomar un café. Mientras nos dicen que esperemos para que el camarero pueda limpiar la mesa, el chico de la barra nos dice que nos quitemos de ahí de muy malas formas. Nos pasan a 12: 45, y el camarero dice que solo tenemos hasta 13: 15. ¿Holaaaa? Pues bien, nos sentamos, y no nos atienden. A las 13 le decimos a la camarera que nos atiendan. Vamos, que ni nos miraban. Tuvimos que acabarnos el café rápido porque nos daban las 13: 15. No vuelvo ni loca.
He estado muchas veces en este restaurante y nunca había tenido una experiencia tan desagradable como mi última visita. Dado que había muchas personas esperando, una parte de mi familia se pusieron a hacer cola en la zona de la terraza y yo me dispuse hacerla dentro del restaurante, después de media hora esperando en la zona del restaurante me atiende la chica y me sienta, por lo que avisé a mi familia para que dejaran la cola de la terraza y pasáramos dentro, una vez sentados y ofrecernos la carta, viene la misma chica y nos dice que nos tenemos que levantar porque había personas delante (estando esas personas en la zona de la tienda y no se me avisará en ningún momento de que eso era una cola) Me parece una falta de profesionalidad enorme, no tener ese control. Perdimos nuestro tiempo y nos sentimos realmente mal por el trato recibido, sin ofrecernos ninguna solución. Sintiéndolo mucho no volveremos.
Nos ha tendido fenomenal Charo, en Cristina Oria de Ortega y Gasset. Nos ha dado una mesa estupenda y nos ha conseguido una estufa para estar calentitas en el exterior. Muchas gracias Charo!
Hoy 24 de octubre he desayunado con dos personas más en vuestro local. A las 11 nos habéis traído la cuenta para que nos levantaramos porque había mucha gente esperando. Consumo de 38 euros. Detalle muy feo. No volveré.
Voy con mi hijo y mi mujer, la terraza esta totalmente vacía salvo una mesa. Nos sentamos y a los pocos segundos sale una camarera para preguntarnos, sin saludo previo, si teníamos reserva. Al decirle que no nos contesta que toda la terraza esta reservada (domingo 15h30), se da la vuelta y se va, sin proponernos entrar en la sala ni saludarnos tampoco Parece ser que en este sitio sobran clientes, a pesar de tener una terraza vacía un domingo, pero deberían dar formación básica a sus empleados. La persona que nos ha recibido no tiene ni educación ni las más mínima ganas de trabajar. Está claro que no probaremos suerte otra vez
Reservamos un mesa en la terraza pero no nos advirtieron que había trabajos de reparación en la calle. Por suerte había lugar dentro del local. Por cierto bien puesto. La atención fue normal. La comida estuvo bien. Pedimos un tartar de espárragos que estaba rico pero con demasiada mayonesa. El de salón con palta y tomate mejor. Todo fresco. De principal pedi el salmón a la plancha. El salmón bien pero la verdura sin sabor. Pedimos una hamburguesa que venía sola con queso y quemada. La devolvimos pero la cobraron igual. De postre la tarta de limón que estaba correcta. Los precios un poco elevados. Le doy 3 porque no hay dos estrellas y media. No volvería ya que hay muchos sitios mejores.
Fui embarazada de casi 9 meses y estaba muy incómoda en la silla de la terraza así que pedí amablemente un cambio de silla por una de las muchas que había libres en la sala; me contestó la maitre que no me podían sacar una de las de dentro del salón porque "pesan mucho". Tras ofrecerme a sacarla yo me la trajeron (una silla normal de madera tapizada y de peso normal). Inexplicable esa manera de hacer sentir tan incómodo a un cliente por un tema tan trivial. Con la comida, a pesar de insistir en que no echaran nada sobre la pasta en crudo ni que no estuviera pasteurizado, me echaron virutas de queso sin pasteurizar. Me cambiaron el plato por otro. El sitio bonito aunque la terraza está muy a pie de calle y no hay intimidad, raciones pequeñas, la comida muy normal, aunque hay que destacar que las croquetas de calamar están buenísimas. La tienda es una monada.
El local muy bonito pero la atención deja bastante que desear. Son camareros inexpertos, muy despistados. Esperaba otro tipo de experiencia que es el que promete el conocido nombre de Cristina Oria.
El sitio es bonito, y no es muy caro. Yo fui a desayunar y está bastante bien, tanto de precio como de ambiente, además el servicio fue bastante rápido.
Compramos la tarta de queso para el día del padre para podérsela llevar, muy cremosa con un ligero sabor a queso azul, no muy dulce, en su punto, se notan los matices más tostados por los lados y más líquida por el centro. Puede que no sea la mejor tarta de queso que he probado, pero si está entre las 5 mejores. Repetiría sin dudarlo. 27,99€ la tarta
El sitio es muy bonito y súper agradable con la tiendita al lado. Sin embargo, en invierno para comer hace muchísimo frío dentro porque no da nunca el sol. Si hacer buen día y tienen calefactores es mejor estar en terraza.
La comida muy muy rica. Pedimos la crema de calabaza, las croquetas y un magret de pato. De postre la cookie y el coulant de dulce de leche, que este último sin dudas fue lo que más nos gusto de toda la comida.
El servicio bien, camareros atentos, aunque algo despistados. Precio normal para la zona y para el tipo de restaurante, siendo de Cristina Oria.
Atención súper cercana, muy buen servicio y en son dogs friendly! Se come y se bebe muy bien, ideal para estar en la terraza en estos días que ya poco frío hace.
Un pequeño y coqueto gran sitio, una carta variada con muchos platos con foie, como ingrediente principal o acompañamiento en salsa o complemento al plato. Un buen servicio, agradable y atento, una mesa puesta con gusto y detalle. Todo ello te lleva al placer para degustar sus platos. Además la tienda integrada en el restaurante te permite comprar sus vajillas, cuberterías y complementos. También sus viandas de firma. Todo ello con el buen gusto de Cristina, donde ella está al pie del cañón y dando el alma a este coqueto pero gran lugar para el placer de la buena mesa
Adoraba este lugar, en especial el Cristina Oria de Ortega y Gasset. He ido muchísimas veces ya que, para mi gusto hacen, mejor dicho, hacían el mejor capuchino con canela de Madrid. Una lástima porque la semana pasada fui y pedí un capuchino con canela y leche desnatada y me pusieron un café con leche entera o semi medio vacío y sin nada de crema ni canela por ningún lado. Se lo comenté al camarero que pasaba por allí y me trajo otro EXACTAMENTE IGUAL con un poco de canela espolvoreada x encima. Al verlo la camarera quería había atendió se acercó con mala cara y preguntó en con tono bastante desagradable que que pasaba y que ella ya me había traído el capuchino que pedí. Al comentarle su compañero que por error se me había servido un café con leche me lanzo una mirada de odio y se fue. Deje el café y me fui. Hoy he vuelto a darle otra oportunidad porque adoro el sitio, con la esperanza de que hoy pudiera tomar ese capuchino delicioso e inigualable pero NO, me han vuelto a poner una taza de café con leche medio vacía y que estaba aguado, sin crema y con un poco de canela espolvoreada por encima. No se si el Barman es nuevo y no domina la técnica o no sabe muy bien la diferencia entre un café con leche y un capuchino pero no se si volveré ya que la calidad y el trato ha pasado a dejar mucho que desear últimamente.
Un sitio encantador, agradable, precioso, muy bien decorado y con una terraza amplia. También tienen una pequeña tienda cuyo diseño es muy elegante y súper cuidado en la que venden artículos de cocina. Estuvimos merendando y nos encantaron sus tartas de queso y de limón. Un sitio muy tranquilo y recomendable para ir los fines de semana por la tarde.
Los desayunos no son nada del otro mundo. Para ser un sitio que se promociona como comida gourmet, la verdad es que está bueno.y ya. Igual que tantísimos otros sitios de Madrid que están igual de buenos y son mas baratos.
Además, nos trajeron primero el café y literalmente 20 minutos después el desayuno. Como es normal el café estaba frío y solo se limitaron a recalentarlo al microondas y listo. Ni un perdona ni nada.
Sinceramente, si estoy pagando un dinero por el café, espero que lo pueda disfrutar en su punto cuando tenga todo preparado en la mesa, y si por un error de organización de cocina no puede ser, espero que al menos te preocupes de hacer que merezca la pena cada céntimo de mas que estoy pagando por un desayuno sobrevalorado.
Lo de la cocina espero que haya sido mala suerte, porque si no, no entiendo cómo la gente repite. Es simplemente lamentable.
Luego la comida.el croissant estaba rico (ya solo faltaría) pero la tosta de aguacate es muy normal.quiero decir, el pan estaba bueno (nuevamente, solo faltaría) y el agente también bueno, pero es que es aguacate, no es tan difícil.en el Tierra Burrito el guacamole es increíble porque es de buena calidad y barato, pero este sitio no es precisamente barato.
Sinceramente, igual mi expectativa estaba muy alta, pero creo que hay sitios especializados en Madrid mucho mejores en el mismo rango de precio.
Espero que los famosillos sigan poniendo de moda este sitio y así no terminen de saturarse los sitios buenos de verdad que todos conocemos.
No nos ha gustado nada y eso que estaba llenísimo. Pedimos un desayuno completo, el café no estaba muy allá, ni el zumo de naranja que lo traían con hielo (a pesar de que hacía frío) y no parecía natural. La tostada con aguacate y huevo poché tenía todo el huevo crudo. Lo mejor el croissant mixto. Desastre y 20 euros.
Si eres un loco/a de la gastronomía, la tienda tiene todo tipo de parafernalia para cocinar. Puedes pasar una tarde entera fácilmente viendo todos las herramientas de cocina disponibles, tanto como productos gourmet de máxima calidad.
El restaurante es una buena opción para ir sin prisa y con amigos o familiares. Cristina Oria de Ortega y Gasset tiene una amplia terraza en zona Barrio de Salamanca (Madrid), donde da el sol a primera y última hora de la tarde.
El servicio es atento, pero en hora punta y gestionando simultáneamente pedidos de delivery, puede retrasarse más de lo habitual. Por eso, insistimos en recomendar Cristina Oria Restaurante si no tienes ninguna prisa.
La calidad de sus productos es un 10/10; probamos su foie mi-cuit con dos tipos de gelatinas, croquetas de jamón de bellota, tosta de roast beef y rúcula en pan de espelta integral, Judias con foie, bacon y yema, crema de calabaza con raviolis rellenos de trufa y parmesano, Cheeseburger mediana con salsa especial CO mediana, coulant de dulce de leche con helado de vainilla.y nos faltó tiempo para probar más platos. Su CHEESEBURGER es posiblemente una de las MEJORES en MADRID.
Lo más probable es que volvamos repetidas veces y con distintos motivos, y excusas. Muchísimas gracias por tratarnos tan bien y sobre todo por el esfuerzo que hacéis combatiendo la nueva normativa.
Trato pésimo. Tardan muchísimo en servir, además no pusieron cubiertos, los tuvimos que pedir, y pasada media hora tuve que entrar a por los cubiertos porque no los traían. La comida nada del otro mundo. No pidáis el coulant de dulce de leche, esta amargo (igual de amargo que la camarera rubia)
Hice un encargo para servir a domicilio en Madrid. Desde que se contrató hasta que se sirvió pasaron 5 días. El regalo escogido por la web estaba agotado y no lo comunicaron hasta que no se contactó por parte del cliente con atención al cliente. Se cobró tres días antes de ser servido el producto Por parte de la empresa se comunicó el cambio de pack de regalo y lo completaron con productos hasta completar el precio pagado inicialmente sin dar opción a elegir al cliente. Al final se sirvió el pack elegido inicialmente con un pequeño cambio, 5 dias después de contratado y sin poder hacer seguimiento del pedido No recomendaría contratar el servicio a domicilio porque realmente no atienden correctamente
Celebramos una pequeña reunión aquí hace un tiempo, nos encantó. Una cubertería elegante y platos muy cuidados, incluido el café y otras cosas. Lo recomendamos enormemente. ¡Un saludo al equipo de Cristina Oria!
He estado otras veces y nos atendió un chico muy educado y agradable, hoy sin embargo la camarera no debía tener un buen día (cosa que yo tampoco y no por ello trato mal a los demás), y por su forma de atendernos no nos hemos quedado mi familia y yo a merendar. Una pena.
Sitio muy agradable y bonito. Comimos en la terraza y se estaba muy bien de temperatura con las estufas. Pedimos dos entrantes y de platos las pechuguitas y el solomillo que estaban buenísimos los dos. Y de poste.tarta de limón con merengue y coulant de dulce de leche. Sitio recomendado para volver.
El mejor desayuno de madrid! Cristina ha creado uno de los mejores conceptos de tienda y restaurante en una ubicación magnífica. El sándwich trufado es de llorar y el toque de granada en la tostada con aguacate mmmm! 100% recomendable! Y La tienda es preciosa!
Ideal para desayuno o brunch. Producto de calidad, en un local diseñado con gusto y un servicio excelente. No hacen reservas, por lo que es aconsejable ir con tiempo y antes de la hora. Precio medio de 15€ persona.