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El refranero español es muy sabio "es mejor prevenir que curar". Pues, gracias a la práctica de Yoga Iyengar bajo la mirada y tutela sumamente empática y certera de Olga, he mejorado mi postura y los dolores de espalda son ya un vago recuerdo.
Me considero muy afortunado de haber conocido esta variante del Yoga que diría que es como "ser tu propio fisio" y conocer a fondo la biomecánica del cuerpo. La sala dónde se practica es limpia, moderna y luminosa y todas las personas son sumamente amables, aunque haya personas de diferentes niveles, vamos progresando colectivamente.
Diría que además de la mejora de postura y eliminación de dolores de espalda, las pequeñas introducciones de la profesora Olga nos relata la profunda sabiduría del fundador B. K. S. Iyengar que dedicó su vida a la mejora del cuerpo, la mente y el espiritu.
Olga es una profesora de yoga muy comprometida. Es la única profesora que conozco que corrige manualmente cuando la postura no está bien hecha. Está muy atenta a que no nos hagamos daño, sobre todo cuando se utilizan soportes y las posturas se mantienen un tiempo largo; da confianza para que la preguntes en clase y te propone alternativas a la postura si estás lesionado o te encuentras mal. Es exigente, pero sabe finalizar las clases con posturas de relajación.