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Es un viaje a los años 60. Estuvimos a comer un sábado. No contestaban el teléfono así que fuimos a reservar en persona. Sitio especial con vistas a la Gran Via. En finde no hay menú del dia. Pedimos a la carta eramos 2: Jamón (bien) Calamares rebozados (bien) Croquetas de jamón caseras (bien) Merluza en tacos con patatas fritas y albóndigas con salsa de rabo de toro y patatas (bien) Raciones copiosas, quizá pedimos demasiado pero queriamos probar. El maître nos acomodó en una mesa estupenda con vistas a la GV. Servicio rápido y amable toda la comida. Todo bien pero sin más. El local lleno y animado. Una verdadera experiencia. Como pedimos tanto, la nota llegó a 72€ con una copa de vino, sin postre, sin café. No creo volver, si vamos sería para comer tortilla y jamón, punto.
Los platos de cuchara son buenos. Ambiente muy familiar, de hecho lo que más vi fueron mesas grandes. Volveré para probar las migas y el cocido. El sitio es un poco ruidoso, sobre todo en el centro del salón, y también por las mesas grandes donde habla todo el mundo a la vez.
Se come bien de menú y es un sitio acogedor. Pero, no sé si sería un mal día o el servicio, en general, es lento. Ni siquiera estaba lleno el salón y aunque solo atendiera un solo camarero resultaba un poco estresante tener que recordarle varias veces el pan, un poco de limón. Seguramente lo intente otra vez. A ver si hay más suerte.
Tuvimos la oportunidad de disfrutar de una estupenda comida, en buena compañía. Gracias por el buen hacer de los profesionales al frente del negocio. Bendiciones.
En plena Gran Vía, casa reformada para convertirse en un referente de la cocina extremeña. Hemos pedido la ensaladilla, que está rica pero no es nada del otro mundo. Las migas, 100% recomendable y el arroz de secreto (enorme). Nos hemos pasado pidiendo, porque eramos dos y hemos tenido que pedirles que nos pusieran el arroz en un tupper. Sitio más que recomendable y al que volveré 100%. El total han sido 65,50€ con botella de vino.
Ubicado en la 4a planta de un edificio, es un piso adaptado a restaurante. Nos acogieron y atendieron muy bien. La comida casera buenísima, pedimos migas extremeñas y arroz del señorito. Espectaculares!
Muy bueno, lugar tranquilo, acogedor, comida muy buena y tradicional, ambiente muy familiar. Me ha gustado mucho.precios a la altura de cualquiera que le guste probar una gran comida casera.
Mala experiencia personal, media hora esperando a que nos tomarán nota de la comanda, ahí solo trabajaba el señor de las gafas verdes, nos hemos tenido que levantar e irnos sin comer. Una pena grande, teníamos otras expectativas.
Curioso restaurante en un piso de la Gran Vía. Está muy recomendado, pero al cocido, por ejemplo le falta densidad y sabor. El servicio acelerado y algo seco.
Gran experiencia! Las migas y el cariño que pone en todo Elisa hacen que sea fantástico visitar este lugar extremeño. Enhorabuena! Sitio y vistas espectaculares!
Restaurante muy acogedor, de buen trato y muy muy buena relación calidad /precio, ideal para ir con la familia, en pareja o con amistades y pasar un rato muy agradable y disfrutar de unas vistas espectaculares de la calle más céntrica de Madrid. Sin lugar a duda lo recomiendo.
Local muy tranquilo y con excelentes comidas! Es curioso que en plena gran Vía puedas comer sin ningún ruido y puedas hablar con tranquilidad, como si estuvieras rn tu casa. Muy recomendable
La comida excelente, íbamos con intención de comer algo "normal", pero nos sorprendió gratamente ya que tienen platos griegos y peruanos, nos decantamos por probar la comida griega y estaba exquisita, además de la atención personal que recibimos. Un 10.
Lo conozco desde el año 1973lo he pasado muy bien pero ha cambiado mucho no tiene nada que ver con lo que es ahora aunque están haciendo todo lo que pueden para levantarlo
El hogar extremeño hace honor a su nombre. Un bonito lugar con calor de hogar, de familia, te sientes bien desde el primer momento. Aquí realicé la presentación de mi último libro "Ratones de Biblioteca" editado por Atlantis. El salón es amplio, bonito, bien organizado, las sillas y los recoletos sofás muy cómodos y las vistas a la Gran Vía son magníficas. El ágape que prepararon y sirvieron fue perfecto. Si tienes algo que celebrar, te aconsejo este cálido y precioso hogar.
Ha habido cambios en la gestión del restaurante, y todavía no funciona bien, el servicio tardaron mucho en servirnos a un grupo de 8, únicamente había dos mesas más, solamente podías elegir ensalada de primero y rabo de toro y pollo al chilindrón, unos platos muy normales, y el precio no tiene nada que ver con qué había anteriormente,
Han cambiado a la persona que explota el comedor y el cambio fatal. Mal comida, poco variedad y unos manteles del siglo XV. No creo que duren mucho. Mientras que estén no volveremos.
Es un piso ubicado en el corazon de Madrid ubicado en La Gran Via 59 en la 4ta planta y el ambiente es super acogedor ya que es un centro social de extremeños en Madrid y aparte de servir comida tipica de Extremadura tambien ofrece gastronomia variada española y servicio de comida.muy bien nombrado en El Tenedor.uno se siente como en casa con su decoracion clasica con muchas obras de arte.
Fuimos a la aventura sin conocer el sitio compartimos secreto migas y concretas para cuatro y todo genial el camarero estuvo en todo momento pendiente de todo. Repetiremos sin duda
Comida casera se entra en el n°59 por el portal y hay que subir a la planta 4 y según se sale del ascensor a la izquierda buen bacalao y comidas caseras
Buenas vistas a gran vía.un sitio muy clásico como hace 40años, el trato excepcional por parte de la camarera y el encargado. Pero lo mejor de todo, ha sido la comida, que estaba espectacular. Las croquetas y el secreto de 10.
Lugar curioso ya que es una asociación no un restaurante propiamente dicho. Platos básicos pero ricos y las migas contundentes. Buen trato. Seguramente el menú de navidad más barato de todo Madrid, 25€, aunque hace 1 año eran 20€.
No está mal, igual podían dar un poco más de calidad por el precio que cobran. Típico sitio paracelebrar una comida con bastante gente y que tiene espacio de sobra. No hay ningún lujo e insistió, la calidad muy justita y las materias primas también. Esta bien situada en plena Gran Via, pero no da a la calle. Es sólo para socias, luego si quieres organizar algo, has de contar con la directiva del lugar.
Casero, barato y de calidad. Menús diario desde 11 euros, incluye vino extremeño muy rico (no es de pitarra que a mi personalmente no me gusta). Cierra los lunes.