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No lo recomiendo, empezaré por lo malo, nos sirvieron un lechazo para tres a 53€, realmente era para dos, una ración de patatas fritas: 10€ , 6€ de pan a 3€ el pan, como de 10cm. Pero lo de los postres es la guinda , a 10€ el postre, nunca me había costado un postre 10€. Es un sablazo que no merece la pena. No recomendable. La parte buena es el trato del personal , exquisito, y el local es muy acogedor, pero sales de ahí con una cara de tonto que no se te va en todos el día.
Es un sitio especial, de los que nada más entrar sabes que solo podrás disfrutar. La atención es buenísima: rápida, atenta y muy educada. Fuimos con un bebé y le atendieron como a una más, jugando y entreteniédola, le regalaron unos trozos de chocolate con los que estuvo un buen rato tranquila. En la terraza, el agua que tienen cayendo por el muro de piedra genera un ruido de calma y tranquilidad que hace un ambiente perfecto para comer. La comida estaba buenísima. Las cebolletas fuera de carta estaban impresionantes y el lechazo muy bueno y muy tierno. Los postres estaban muy buenos pero el flan de queso me encantó. No sólo repetiré, es que llevaré a familiares y amigos. Volví y está vez comí dentro. El ambiente es distinto, te hace sentir como en un sitio de auténtica tradición, como un mesón de los de toda la vida. La atención sigue siendo genial y la comida sigue siendo espectacular. El flan de queso sigue siendo una delicia pero ojo con el tocinillo de cielo, un espectáculo! Otro volveré sin duda.
Restaurante asador tradicional que fusiona platos más vanguardistas. Me encantó la cebolleta y la pata de cordero asada con ensalada (la ensalada de la casa muy refrescante, saludable y en cantidad abundante). Los postres de Begoña te sorprenderán por su amplia variedad (no sabrás por cuál decantarte) Todos riquísimos. Yo opté por la tarta de chocolate puro, ¡una auténtica delicia! Ambiente agradable. Me gustó hasta el hilo musical por si selecta elección de canciones
La verdad es que ha sido una mala experiencia. Desde todos los puntos de vista. - Comida: asado de cordero pasado de sal, exceso de caldo y probablemente no era lechal sino tirando a recental. Los entrantes, a 20€ el plato! Da igual lo que fuese. Patatas fritas de acompañamiento, un aceite super indigesto de lo usado que debía estar. Sí se salvaron las croquetas, sin embargo. El consomé de cocido, un sabor extraño. La sopa castellana, pasadisima de pimentón. En definitiva, cocina al mogollón y sin esmero. Muy mala experiencia. - Precio: desmesurado. Un 30% por encima de lo que le correspondía, sin duda. - Servicio: merece un capítulo aparte. Hay un camarero, grueso, que nos atendió muy mal. Estaba todo el rato con mala cara y pasaba por delante con las manos vacías y veía que teníamos un montón de platos para recoger, se lo dijimos y nos contestó de mala manera. En definitiva: muy mal. MUY MAL!
La comida no está mal, pero no vale lo que cuesta. 100€ entre dos personas y sin vino. Pedimos un entrante de boletus a 20€ que es lo único que valía su precio. El entrecot bien, aceptable, aunque gran parte era grasa. El pollo en pepitoria a 21€ no lo vale en absoluto. Seco y nada del otro mundo. Los postres bastante buenos pero a 9€ cada uno nos pareció caro. No pude probar el asado porque ya no les quedaba. No repetiremos.
The best restaurant of La Sierra - a traditional family restaurant, with unique spanish cousine. Amazing farm to table / seasonal products. Also, the wine and dessert menus are top!
Podría ser un gran sitio por producto pero el equipo es poco empático y al faltar información acabas pagando 120€ donde deberían ser 80€ sin entender muy bien de donde viene la diferencia.
Un restaurante en la sierra con una oferta gastronómica que se sale de lo habitual, en especial en lo que se refiere a las verduras y los postres. Todo perfectamente elaborado y con un servicio profesional pero cercano. Para repetir.
Comida casera de calidad suprema. Las croquetas de las mejores que he probado en mucho tiempo. El ajoblanco espectacular y las carnes y pescados buenísimos. Postres caseros que hay que probar todos y una a tención y servicio muy buenos.
Siempre habia oido criticas de todo tipo de este sitio. Más buenas que malas, hasta que me decidí a ir para conicerlo. FABULOSO! calidad de la comida excelente, el trato fué buenísimo. El dueño y el camarero nos hablaban de cada plato que nos servian y atento de que estuvieramos bien (sobretodo el camarero que era el mayor tiempo nos atendió siempre con bien trato y entre bromas) la dueña salió a explicarno los postres que son DELICIOSOS. El precio que siempre es lo que más crítica habia oido, me parecio que por la calidad que tienen, el mimo con lo que hacen las cosas y lo agusto que estuvimos en la terraza, estaban muy bien pagados los 40 euros que pagamos " por cabeza". Quedamos encantados.
¡Espectacular! ¡Qué bien se come! Fuimos por recomendación de una persona que ha ido varias veces y acierto total. El género es de mucha calidad y la cocina lo respeta al máximo. Variedad fuera de carta según mercado que te explica Paco a la hora de pedir.
Pedimos para el centro cebolletas glaseadas, croquetas de Idiazabal y tartar de 4 tomates con burratina y pestos. Todo magnífico. Los chipirones en su tinta con arroz muy bien guisados, blanditos y rellenos de sus patitas. La carne fue chuleta de ternera blanca y solomillo ambos como si fueran mantequilla.
Para los postres más de lo mismo, todo casero y rico. Pedimos tarta templada de chocolate y de queso. Aquí ganó el chocolate, puesto que a ma de queso le faltaba algo de sabor.
Comida clásica sin grandes aspiraciones. Precio muy alto para ese tipo de cocina. Lo único destacable es su repostería, que es excelente. Si fuera una pastelería merecía la pena ir todos los días, pero no lo es.
Me equivoque y quería mencionar otro restaurante con la anterior reseña. Horno de asar Paco me decepcionó. Recomendado por ElPais debe hacer más por merecerlo. Ese "solomillo" no hace honor al nombre. Eso sí, la atención fue buena.
Bastante bien un servicio bueno, platos exquisitos calidad precio razonable unos postres maravillosos pero se echa de menos ese detalle al final.volveremos seguro
Buena experiencia. No entiendo las críticas tan negativas, sobretodo al señor que lo atiende, nosotros estamos muy satisfechos, tanto con el trato como con la comida. Volvemos.
El cordero muy bueno, algunos entrantes bastante escasos de comida para el precio que tienen. Los chipirones en su tinta buenísimos también, pero el arroz duro. En lineas generales correcto, ya que hay otros asadores por la sierra muy cerquita que ofrecen la misma calidad, pero más económicos.
La comida está bien, pero no al nivel de los precios que te cobran. CARO, carísimo. Especial atención a lo que te ofrecen fuera de carta (por ejemplo, ensalada de burrata y tomate - ellos lo llaman tartar de tomate- 18 euros) ; postres elaborados sí, pero 8 euros; la carta de vinos, subidísima para la calidad que ofrecen (un Cune, ¡Cune! 20 euros.). Ah y cuidado con el agua, una botella de litro y medio, 4,5 euros. Pedid jarra del grifo, en Madrid está riquísima. La atención bien y el sitio, con encanto.
Aires de grandeza por llamarse "Asador", pero mejor cualquier otro sitio. Carísimos y muy bordes, lo típico para incautos que van un pueblo a comer y pasar el día.
No se come mal, pero para nada los precios desorbitados, la ensalada oxidada y la lechuga pocha, el pollo a la pepitoria flojo, seco y escaso para los 20 eurazos que nos cobraron, lo mejor los postres si tomas lácteos, sino nada. Decepcionante. No volveré.
Fuimos a una comida familiar. Es un asador con muy buena cocina, atención al cliente es excelente, te atienden con diligencia y te hacen recomendaciones sobre los platos que preparan. Todo fue genial, aunque el precio de los postres nos pareció elevado pero eran caseros y los disfrutamos mucho igualmente. Volveremos, sin duda alguna.
Excelentes asados y platos de cuchara, y unos entrantes dignos merecedores de la mención que la guía Michelín hace del restaurante. Capítulo a parte, los postres de Begoña: en pocos sitios los amantes del dulce encontrarán tanta variedad y calidad. Con un servicio amable y eficiente, Paco sigue siendo uno de los mejores lugares para disfrutar de la cocina tradicional bien hecha
Cocina honrada, sin trampas ni cartón, materia prima excepcional y lo importante un respeto exquisito en la cocina a esa materia prima, verdinas, judiones, alcachofas, borrajas, setas, asados (excepcionales), pisto, vainas, espárragos, etc.en definitiva cocina excepcional con un respecto máximo a una gran materia prima. Todo una gozada (buena carta de vinos)
Excelente asador con un producto excepcional. Entrantes, postres y como plato estrella el cordero, elaborado con un gusto exquisito. El trato, la atención y la amabilidad inigualable. Tuvimos una comida fantástica y repetiremos y recomendamos a todos los que quieran visitar este precioso pueblo y comer de diez.
Para mí y uno de los mejores lugares de la sierra donde degustar un excelente cordero. En verano, por la parte de atrás, tiene una coqueta terraza donde se puede disfrutar del una agradable cena. Para mí y el único pero del local es que tiene las mesas demasiado juntas. La comida es excelente. Bien terminada u con viandas de primera calidad. Buenos entrantes con raciones correctas. La carne exquisita y en su punto. El servicio muy atento, aunque algo despistado.
El emplazamiento de las mesas, sillas, es un poco horrible. A ver si lo ponen mejor algún día. La comida, que es lo realmente importante, de 10. Las croquetas hay que provarlas. Hay que reservar. El cordero lo puedes encargar previamente y así te lo aseguras si quieres.