Humilladero de Fuencarral

Una Ermita sencilla pero muy bonita. La preside un lienzo con la Virgen de la Paloma o de la Soledad y San Francisco de Paula, a demás en un lateral se encuentra el Cristo Crucificado con la advocación del Consuelo.
Una pena la decoración hortera y pésima del Padre Ángel que estropea y llena de mal gusto éste rincón que debería tener otro encanto.

El Humilladero de Nuestra Señora de la Soledad es una pequeña capilla ubicada en la calle de Fuencarral de Madrid.
Fue construida en 1712 debido a que en las inmediaciones existía un cuadro de la Virgen de Nuestra Señora de la Soledad al que los vecinos de la zona profesaban una gran devoción
Realizafa con ladrillo y sillería, y el acceso al templo se realiza a través de una puerta coronada por un arco de medio punto.
Recuerdo de mis visitas un sentimiento de sorpresa y alegria.

Es una muestra de arquitectura religiosa del XVIII y es pequeño y modesto aunque alberga mucha historia sobre la Capilla de Nuestra Señora de la Soledad, más conocida como Antiguo Humilladero de la calle Fuencarral, del XVI. Como se encuentra en una calle peatonal muy comercial, no cuesta ningún trabajo pararse un momento porque pilla de paso.

Pequeña capilla del siglo XVIII, situada en plena calle Fuecarral, antes siempre cerrada, pertenece a la parroquia de San Anton en la vecina calle de Hortaleza. Como ahora la lleva el Padre Ángel y mensajeros de la Paz, esta casi siempre abierta para recabar la colaboración de la multitud de gente pasa delante de ella, para colectivos desfavorecidos o en riesgo de exclusión social. Esta dedicada a la Virgen de la Paloma o de la Soledad.

Si vas andando por Fuencarral, no dejes de entrar a esta pequeña capilla o humilladero, llamado así porque los devotos se inclinaban ante la imagen en señal de humildad.
Sólo quedan dos humilladeros en Madrid; el otro está en la casa palacio de Ricardo Agustio, en la plaza de Ramales.
En la puerta de la ermita fue tiroteado el militar José del Castillo Sáenz de Tejada. Esto, junto con el asesinato de Calvo Sotelo, se consideran los detonantes de la Guerra Civil Española.

Pequeña capilla que pasa desapercibida entre el bullicio de una zona tan comercial y de ocio. Pertenece a la Iglesia de San Antón, del Padre Ángel de Mensajeros de la Paz. Diferente de cualquier otro lugar de culto, con la filosofía de servicio del Padre Angel. Construida en 1712, alberga un lienzo de la Virgen de la Soledad y una talla del Cristo del Consuelo.

Un lugar histórico, aquí fue asesinado el Teniente Castillo, fue el prologo de la guerra civil.

Ermita del Santísimo Cristo del Consuelo y Nuestra Señora de la Soledad ubicada en el camino que iba a Fuencarral actualmente sobreiluminada

Salvo en lo que respecta a lo histórico y anecdótico del lugar, no es gran cosa. Visita obligada pues está en plena peatonal de la Calle de Fuencarral.

Una pequeña capilla del siglo XVIII que resulta muy interesante por haber quedado completamente inmersa en la renovación de la calle Fuencarral, que es ahora una zona de moda de la capital. La mayor parte de los transeúntes apenas reparan en ella, pero es testigo de que ese punto hoy tan céntrico estuvo en su momento a las afueras de la ciudad, donde se construían los humilladeros.

Un lugar que parece "fuera de sitio". En plena calle Fuencarral, rodeado de comercios, nos encontramos con un pequeño edificio de ladrillo, que apenas llama la atención, el cual está normalmente cerrado, es la Capilla de Nuestra Señora de la Soledad. En su interior podemos destacar un cuadro de Ntra. Sra.de la Soledad y una imagen del Santísimo Cristo del Consuelo.

Pequeña capilla por la cual pasan por delante miles de personas al día y pocos reparan en ella. Un precioso rincón del Madrid antiguo.

El Humilladero de Nuestra Señora de La Soledad es una pequeña capilla construida por el marqués de Navahermosa, Ponce de León y Francisco de Feloaga en 1712. En su interior colocaron el lienzo de la Virgen de la Soledad, el cual se encontraba bajo un arco desde tiempos muy antiguos.
Junto a la virgen, hay un Cristo crucificado que le acompaña, de tamaño real, llamado del Consuelo, según parece de finales del XVII.
Estos lugares se situaban por costumbre en el extrarradio de los núcleos urbanos para que la gente rezase antes de emprender viaje o de entrar a las ciudades y también para llevar ofrendas.