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A nivel arquitectónico, este amplio jardín posee unas puertas de entrada de estilo neoclásico monumentales, obra del gran arquitecto Juan de Villanueva. Se trata de un amplio parque al noreste del Palacio, de 150 hectáreas, delimitado por el curso sinuoso del Tajo, y que sobresale por su riqueza botánica. Su nombre se debe a Carlos IV, que lo mandó construir cuando todavía ostentaba el título de Príncipe de Asturias. Nosotros fuimos el primer fin de semana de noviembre de 2023. Estaba cerrado por inclemencias climatologicas, por lo que no pudimos visitarlos.
Viajamos en bicicleta, no se permiten bicicletas en los terrenos del castillo ni en los terrenos del parque, incluso si solo camina con ella en las manos, mientras que no hay estacionamientos para bicicletas.
Un sitio increíble. Es un jardín inmenso lleno de fuentes ornamentales y una vegetación muy frondosa.
No le pongo 5 estrellas ya que la señalización en el Interior del jardín es muy pobre, prácticamente nula. De no ser por maps (o llevar un mapa), sería casi imposible encontrar cada monumento y aún así cuesta, ya que maps no muestra mucho de los senderos del parque.
Hay que tener mucho cuidado con no perderse. En maps sólo aparecen los senderos principales. La vegetación es tan densa y frondosa que es muy fácil desorientarse. Si no se es buen conocedor del parque, mejor llevar un mapa o un móvil con GPS.
Perros no. Nada de bicicletas. Nada de pelotas sin estar en una bolsa. Nada de coches RC. Ningún niño cargando palos. Sólo algunas de las cosas que vi prohibir a los agresivos guardias de seguridad. No estoy seguro de que se pueda llamar a esto exactamente un parque con todo eso prohibido.
Una de las puertas de acceso a los jardines del príncipe de Aranjuez. Es la puerta principal y más cercana al palacio real de Aranjuez. Formada por grandes columnas a ambos lados de la puerta donde se puede leer "los jardines del príncipe"
No pueden entrar perros, pero si cerdos de 2 patas que dejan bolsas de pipas latas de refresco etc. Algo absurdo a dia de hoy no dejen pasar animales espero esto lo tengan en cuenta ya que este parque se paga con nuestros impuestos y si me da la gana entrar con mi animal.
Caminé por la avenida que parte de la entrada principal, la del oeste, y la mayoría de árboles son de hoja caduca, así que no tenían hojas, al ser invierno. Eché de menos algunas coníferas y alguna fuente. El paseo es bastante soso. Solo vale algo la pena porque se ve el río Tajo, aunque va tan sucio que olía fatal. En la orilla opuesta había patos y gansos, y varios jóvenes haciendo piragüismo.
No te dejan pasar con un perro, me parece fatal que en un parque de un pueblo no te dejen pasar con un perro si hasta en el Retiro te dejan entrar acompañado de nuestras mascotas.
Es mi pueblo, qué puedo decir yo!? Para mi es un lugar precioso, con unos jardines majestuosos donde apagar el calor del verano, disfrutar de los colores del otoño y el invierno y alimentarse de los olores de la primavera. Además del Palacio Real, la casita del labrador o el museo de falúas. La arquitectura de los edificios de su casco urbano y sus calles dispuestas como si de un tablero de ajedrez se tratase. En lo único que creo que hemos perdido a lo largo de los años, es en el verde que había en el centro del pueblo. Cómo siempre los políticos toman decisiones que sólo convienen a sus bolsillos. Pero eso a parte, es un lugar maravilloso para pasar un día en familia, en pareja, con amigos o por qué no? Solo. ️
Considerada el acceso principal al Jardín del Príncipe al se la puerta más próxima al casco histórico del Real Sito de Aranjuez y a su Palacio. Da acceso al Jardín junto al Paseo del Embarcadero en cuyo final encontramos los Pabellones Reales, el Embarcadero de Felipe VI del río Tajo y el fortín.
Es un jardín maravilloso, es un grato recuerdo poder ir a visitarlo. Os lo recomiendo sobretodo ir en otoño, los árboles se ven espectaculares de color amarillo.
Escoltados por el de seguridad. Una vergüenza. Se prohíben las bicicletas pero estos señores de seguridad dejan pasar bicicletas. Doble rasero con los perros, (en nuestro caso un chihuahua que no levanta un palmo del suelo) mal educados y prepotentes, con mucho aire de superioridad. Y no disponen de hojas de reclamación.