Este sitio web utiliza cookies para mejorar la experiencia del usuario. Al utilizar nuestro sitio web, usted acepta todas las cookies de acuerdo con nuestra Política de cookies.Aprende másOK
Un pequeño y acogedor local en el que los amantes del vino siempre se sentiran bien recibidos. Me sentí muy bien atendido por Belinda, que me dio a probar una Manzanilla de San Lucar, una malvasía del Penedes y una Monastrell con crianza en tinaja de Murcia, y no sabria deciros cuál me gusto más.
Menudo descubrimiento! Una enoteca con cientos de vinos diferentes. Tienen una carta con unos pocos vinos por copas que cambian cada 2 meses. Probamos cuatro vinos y, aunque muy diferentes todos ellos, todos excelentes. Nos dejamos recomendar por la dueña y fue una pasada. Además, siempre pone una tapita. La tortilla de patatas estaba brutal. Repetiremos, sin duda. De 10!
Fantástico bar de vinos donde encontrarás cientos de botellas interesantes y comerás unos bocadillos muy buenos. Ideal para grupos de 3-4 personas. Belinda es una crack! Sólo para amantes del vino.
El sitio está genial, los vinos riquísimos. Lo único malo es que la dueña es la misma persona que atiende y la verdad tiene un muy mal trato, estaba atacando al chico que estaba conmigo y luego yo pedí un vino y me dijo que no me daría ese porque no iba abrir una botella, en fin el sitio está genial, pero el servicio no
Menos mal que me daba igual cómo me habló la dueña. Mi recomendación con un toque de humor: si te gusta el vino y quieres mejorar tu "self-control", es un sitio recomendable. Pero si quieres tomar un buen vino y pasarlo bien, te recomendaría elegir un otro sitio. ;)
Un local entrañable donde el trato es cercano y que te aconseja con mucho atino lo que te puede gustar más. En vinos con nosotros acertó de pleno y la comida estaba buenísima. Cuando vuelva a Madrid iré sin dudarlo para unas tapas y un buen vino.
Bajo mi experiencia diré que fuimos tras ver la puntuación en Google y me decepcionó. No por el sitio, porque es pequeño pero muy coqueto y entramos animadas. Lo que no nos gustó fue el trato de la dueña que era muy borde y si no pedías lo que ella te quería dar, poco más que te echaba la bronca. Luego se debió de dar cuenta y suavizó, pero no tuvimos ganas de quedarnos más tiempo. Una pena, porque si vendes el producto que tienes con otras formas ganarás más que si casi lo impones. Yo desde luego no volveré.
Un sitio muy acogedor para tomar un vino. Tienen amplia variedad y puede pedirse algo de picar para acompañar. Pueden comprarse botellas o disfrutarlas en el local. Cobran el descorche aparte. Sin embargo el servicio no es bueno, es más, se ha deteriorado con los años.
La camarera bastante desagradable. Mi familia y yo entramos para tomar algo tranquilamente con una tapa a 1h y 30 del cierre y nos echo aludiendo que no eran un restaurante. El mensaje de que no le apetecía trabajar en absoluto era evidente. Facturación a esta gente, no. Una pena.
Si te gustan los vinos y quieres algo más que un Rivera o un Rioja, este es tu sitio! La dueña sabe mucho, se nota que le gustan los vinos, tiene un humor especial único. Igual que los vinos!
Beli es una maravillosísima persona y profesional hipermegaapasionada por los vinos y eso se nota en absolutamente todo: una selección de vinos con sabiduría y criterio, un local chulísimo y una música a la altura
Gran variedad de vinos de pequeñas bodegas. Belinda la propietaria explica con pasión y ofrece varias alternativas. Bien para conocer nuevos vinos. Para acompañar el vino se pueden pedir pequeñas tapas. El local es muy pequeño, se abre solamente las tardes. Las paredes llenas de estanterías con vinos.
Atractiva variedad de vinos por copas y tapas, y amplia oferta de botellas de todas las DOs a precios correctos. Belinda, la propietaria, vuelca su pasión por el mundo del vino en una atención agradable y cercana. Magnífica música para completar la velada en un local tipo visto, con mesas y taburetes altos.
Muy buena taberna de vinos con opciones por copa bien interesantes. De hecho la carta de vinos por copa cambia cada mes. La atención es muy cercana con buenas recomendaciones y un trato muy amistoso, se agradece. La raciones quizá algo subidas de precio, aunque la cecina está espectacular.
Sitio acogedor, con gran variedad de vinos. El hecho de ser atendidos por una persona que no sólo sabe de vinos sino que también es su pasión (y así lo demuestra) hace que la experiencia sea inmejorable
Un sitio pequeño pero con una excelente carta de vinos. La propietaria te aconseja con gran sabiduría y dando todo lujo de detalles. Un verdadero disfrute para el paladar y donde, en torno a un buen vino, se pasa el tiempo maravillosamente. Más que aconsejable
Gran oferta de vinos en un sitio acogedor que cambia la carta de vinos cada mes y te pone un pinchito con cada vino. El queso y la cecina están de muerte. Para hacerlo inmejorable, Belinda atiende de una forma personal y su peculiaridad hace de este lugar un sitio especial.
Me encantaaaaaaaaaaa! "Tiene su carácter" dice la Antojá graciosa. Vino, pasión, cuerpo y seducción! Grandes caldos Pá mojar la diversión! OLÉ. No os lo perdáis.
Local pequeñito pero con una gran variedad de vinos. Precios acorde a la calidad de lo que pidas. Si tienes alguna duda o quieres alguna recomendación, no dudes en preguntar a la gerente o dueña del local. También puedes picar algo.
Local chiquitín ideal para disfrutar del vino y la compañía, recomendable si huyes de las grandes bodegas comerciales o si quieres sorprender a algún vinero.