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Ración de calamares 18 euros Cantidad: 6 calamares mal contados. Devolvimos el plato indignados. Preguntamos al camarero si él pagaría por una ración así. Y contestó 'es complicado' Y no entraré en detalle del resto de la comanda porque vuelvo a indignarme del atraco.
Fuimos a tomar algo después de comer por la zona y aunque la ubicación es estupenda, estuvimos en la terraza y había un “griterío” de los que llevan el local (dominicanos) que no había manera de entenderse. Los baños sucísimos, como de gasolinera. Mal. No lo recomiendo para nada
Íbamos en búsqueda de una terraza y acabamos allí. El camarero, Pedro súper amable. Nos tomamos unas copas (7,50€) y no se corta en ponerte la cantidad que quieras, la mezcla es un refresco de bote. Te sacan gominolas o patatas y aceitunas… siempre algo de picar. Después nos alargamos y decidimos cenar: croquetas variadas de jamón y morcilla (sabían un poco a canela), el pollo tentación que era una especie de pollo asado con patatas muy bueno y lágrimas de pollo frito con una salsita de mostaza y miel, había cantidad de salsa suficiente para todo el plato algo muy positivo para mi. La terraza está en una calle peatonal cerca de Conde Duque así que no hay trajin de coches y los niños pueden corretear por ahí.
Ración de 10 calamares, contados, a 17 euros (estaban fuera de carta y no preguntamos precio). Estaban duros y malos. Patatas mojo muy mediocres. Cerveza no demasiado fría
Kendy y su mujer son de lo más amable. Nos recibieron a mi familia y a mí con los brazos abiertos y nos trataron con mucha amabilidad. La comida estaba deliciosa y el servicio de 10. Muchas gracias!
Llegamos, había una mesa fuera con una silla y éramos 3. Con varias sillas vacías dentro, de una forma poco educada y desagradable nos dijeron que no tenían sillas… nunca supimos si porque les daba pereza sacarlas o si porque no podían (que tampoco nos lo explicaron). Definitivamente es un sitio al que no volveremos.
Llegamos empapados por un chaparrón y nos atendieron con una sonrisa y todo facilidades. Nos tomamos unas cervezas y unas bravas y todo perfecto. Muchas gracias!
Una experiencia muy muy amable. Cócteles y vinos fenomenal con servicio impecable. Recomendado muchísimo por copas y tapas en la zona Malasaña. Un abrazo amigos! ️
La cocina es excelente, al igual que las relación calidad precio. El local es pequeño pero acogedor y su terraza está en una calle peatonal del corazón de Conde Duque, con muchísima vida y ambiente. Otro factor fundamental es la atención: Kendy y Patri son unos anfitriones espectaculares y te hacen sentir como en tu propia casa. No abundan lugares como éste en pleno centro de Madrid. Sobresaliente cum laude
Es un lugar con terraza espectacular. Tienen tapas caseras muy ricas. La atención es maravillosa, son muy cercanos y comunicativos. Celebré el cumpleaños de mi hermana en La casita de Patri y no creo que haya habido un mejor lugar para hacerlo. Muy buena la relación calidad-precio y el trato fabuloso. Lo recomiendo mucho!
Nos sentamos para tomar unas cervezas y al final acabamos comiendo por el inmejorable trato de su camarero, Pedro. Nos atendió estupendamente, muy simpático y estando por nosotras en todo momento. Desde luego nos alegraste el día! Además comimos muy bien! Muy recomendable! Cuando volvamos a Madrid seguro volveremos!
Hemos cenado cuatro personas, recomendado 100% las carrilladas espectaculares y la leche frita de postre buenísima no he probado igual, trato de 10 volveremos! Gracias
Paramos en este bar para tomar algo por su terraza. El precio bastante elevado, una cerveza sin alcohol 3,50€, el servicio algo lento, tuvimos que esperar tanto para servirnos como al pedir la cuenta y, la tapa, más que regulinchi, unas patas fritas de bolsa algo rancias. No creo que vuelva.
Esta bien para tomar una cerveza o un vermut pero como te quedes a cenar y se te ocurra pedir un chupito de crema de orujo te cobran 5 pavos por cada uno. Vamos, el típico sitio del que no te puedes fiar.
Un servicio inmejorable. Una comida increíble. Los chorizos a la sidra, espectaculares. Unas cervezas poco habituales. De esas que no se prueban todos los días. Únicas. 100 por cien recomendable.
Una pareja encantadora. Un placer compartir con ellos la vida. Siempre atentos y con unas tapas cojo. Probar las croquetas es de obligado cumplimiento.