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Lamentable en todos los sentidos, el camarero parece que ha salido del after, la camarera trabaja ahi por decir algo, 3 clientes no das a basto y encima no se puede pagar con tarjeta, no te avisa y parece que en lo que al banco a por dinero para pagarles, tu acompañante ha atracado el banco de españa. Deja en mal a toda la zona de lavapies. Monolote si no sabes torear para que te metes. Apetitivo malo y comida no fio, el personal no esta aseado.
Llegué por casualidad al lugar y pedí el menú que es de los más accesibles de la zona pero con muy buen sabor y proporción. Lugar tranquilo y acogedor. Lo recomiendo mucho.
Me parece una vergüenza que no acepten tarjeta y se escuden en un cartel con letra pequeña escondido detrás de la puerta. O colocan un cartel como es debido o avisan a los clientes a la hora de PEDIR, no de pagar.
Este lugar tiene un encanto especial, es una taberna pequeña pero super acogedora y con mucho encanto, tanto su camarero Carlos como el dueño, Pablo, harán que te sientas como en casa. Nos dieron muy buenas recomendaciones, y nos avisaron cuando consideraron que íbamos a pedir demasiada comida, algo que siempre es de agradecer.
Probamos los mejores torreznos que hemos comido en Madrid, y nos sorprendieron sus famosas “pelotas”, me declaro fan incondicional de la de pollo y setas,! Impresionante. Probamos también el chorizo a la llama, el calabacín y la berenjena, todo increíble.
Una de las tabernas clásicas más antiguas de Madrid y una visita obligada, volveremos seguro!
Cuidado, que en ningún sitio pone el precio de la bebida y ahí es donde meten el sablazo! 3€ por una coca-cola y no pusieron nada para acompañarla. Por lo demás la comida estaba buena.
Pedimos hamburguesa doble. Las sirven en pan de mollete, riquísimo. Las dobles van con queso entre las dos carnes, haciendolas muy jugosas. Están muy bien de precio. Hamburguesa y dos cañas 8 euros. El local tiene un baño y es mixto. Bastante limpio. Nos atendieron con una sonrisa en todo momento y estuvieron pendientes que no faltara nada. Volveremos a repetir y para probar sus postres caseros.
Gran descubrimiento apenas a 5 minutos del Museo Reina Sofía. Ubicada en la calle con mayor concentración de galerías de arte de la ciudad, encontramos esta Taberna castiza, en la que sirven los Mejores Torreznos de la ciudad (caseros y en su punto), que han hecho las delicias de nuestro paladar, acompañados de una caña, dicho sea de paso, muy bien tirada por los encargados, por cierto, bien majos. No pudimos resistirnos tampoco ante la llamativa tortilla presentada en el mostrador.sus credenciales visuales no fallaron, tanto que hasta repetimos (de textura cremosa, su sensacional sabor rápidamente se expande y embelesa). Puedo afirmar que no resulta fácil encontrar tortillas tan buenas como esta. Ambas especialidades las bordan, y hacen totalmente aconsejable una visita para deleite del gusto y, ya de paso, para darse un paseo por el barrio más artístico y multicultural de la ciudad. Además muy animada y gente super maja. Un imprescindible en Lavapiés!
Todo es mejorable, pero las pelotas de Roquefort y carne muy sabrosas. Los torreznos y el cazón estaban ricos, casi como de Sòria y Càdiz. Los callos estàn bien de sabor però de masiado troceados y demasido caldo. Por lo demás todo bien, camareros agiles y correctos. La música agradable y el precio razonable.
Hemos probado la tapa de Tapapies "Batiburrillo" y estaba super rica, de los más originales que hemos probado, con mucho sabor. El local es pequeñito pero había mucho ambiente. Un diez le damos.
Lo recomiendo al 100% Carlos es una maravilla de persona súper majo? Me pedí los fíngers de pollo, la pelota de roquefort y un bocadillo de pollo con salsa de champiñones estaba BUENISIMOOOOO
Hemos pedido dos de sus famosas pelotas y una hamburguesa "Lavapiés". Las pelotas están muy buenas y la hamburguesa es de las mejores que hemos probado, además hemos comido por 7 y pico por persona.
El sitio muy bien. Las pelotas (patatas rellenas) muy ricas, las croquetas igual y el tinto de verano también. Y ya de la música ni hablemos, impresionante. Pongo 4 estrellas porque no acepta el pago con tarjeta solo bizum, pero claro, cuando sobrepasas el límite de recibir bizums, te toca quedarte en el bar como moneda de cambio hasta que tu chico va a un banco (que encima no es el tuyo y te cobran comisión) para sacar dinero y puedas salir de allí. O sea. Un datáfono señores, que estamos en el siglo XXI. Por todo lo demás, recomendadisimo
Doy una estrella porque no me deja menos. Las camareras sin mascarillas. Si eres negacionistas esté es tú bar. La atención malísima, no se enteran de nada, necesitan calculadora porque no saben sumar o es que te quieren cobrar de más. Encima me parece increíble que no acepten tarjeta. Pero lo peor es que no se respeta para nada la COVID, nadie usa mascarillas, el local estaba llenísimo que ya no entraba a nadie y ningún tipo de ventilación. Por supuesto nos fuimos de ahí y no repetiré
El menú del día si es barato pero la calidad acorde al precio.nos cobraron a precio de oro dos cervezas antes de comer osea comer dos menús nos costó como 4 menús! Ojo no cobran con tarjeta que no les coja sin efectivo! Lo siento no volvería ni regalado
Este bar es la pesadilla de los vecinos. Todos los días hay un montón de gente en la acera y es imposible pasar. Las personas mayores y con movilidad reducida tienen que ir por la calle porque hay demasiada gente bebiendo y de juerga. Deplorable.
Y mascarillas? Nadie nunca ha usado, sean clientes o del propio bar.
Gran descubrimiento apenas a 5 minutos del Museo Reina Sofía. Ubicada en la calle con mayor concentración de galerías de arte de la ciudad, encontramos esta Taberna estilo Castellano, con los que me han parecido los Mejores Torreznos de la ciudad, y probablemente de los que haya probado. Caseros y en su punto, han hecho las delicias de nuestro paladar acompañados de una caña, dicho sea de paso, muy bien tirada por los encargados, por cierto, bien majos. No pudimos resistirnos tampoco ante la llamativa tortilla presentada en el mostrador.sus credenciales visuales no fallaron (tanto que hasta repetimos). De textura cremosa, su sensacional sabor rápidamente se expande y embelesa. Puedo afirmar que no resulta fácil encontrar tortillas tan buenas como esta. Ambas especialidades las bordan, y hacen totalmente aconsejable una visita para deleite del gusto y, ya de paso, para darse un paseo por el barrio más artístico y multicultural de la ciudad.
Imprescindibles los torreznos, pura magia crujiente y llena de sabor. Las pelotas son melosas esferas de cremosa patata rebozadas con un ingrediente que da nombre al plato en el centro, acompañadas siempre de una muy lograda salsurri. Buenos bocatas y molletes. El único pero, la caña casi siempre templada y nunca fría. Mejorando este punto es un 5 estrellas de manual.