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La Tosta de solomillo con queso fatal escasa de carne y sabía igual que la racion de alitas a aceite de freidora se cambiar en mucho tiempo, la racion de alitas eran 6 alitas, no me ha gustado nada Denada
Camareros muy antipáticos están amargados, les pides cualquier cosa y les sienta mal, claro que el dueño es igual, y es una pena porque el bar no está mal.
Muy buen sitio, Jorge el dueño es muy agradable. La comida está muy buena, recomiendo el chuletón con patatas, buenísimo! Las raciones son grandes y la relación calidad/precio está muy bien. Siempre que pasamos por Loranca la visita es obligatoria!
No cumplen con las normas de seguridad frente al covid. Cocinera o pinche entra después de fumar, no se lava las manos ni desinfecta y se queda apoyada en la barra más de media hora sin mascarilla y tocando se la boca, nariz, cara. Luego volvió a salir sin mascarilla x lo que supongo que dentro de cocina tendrá la misma actitud. Mesas muy juntas con menos de metro y medio de separación. Entiendo que son muy conocidos y queridos en el barrio pero yo no volveré a ir durante la pandemia.
La atencion del camarero Victor que es un SEÑOR. La comida bastante bien. Echo de menos las servilletas, eso si. Recomiendo el bocadillo de lomo, queso y pimientos, de primera!
Ayer no estuve pase cerca pues no me gustó cómo limpiaban las mesas solo un poco de flifli con un paño que no lo enjaguaban Y muy ligero Yo lo eserve Y procuró cuidarme
De las mejores cervecerías de Madrid, con mucha variedad. Además siempre te ponen aperitivo de calidad. También se puede desayunar. Jorge, el dueño, sin duda el mejor, siempre tiene una sonrisa en la cara, de diez.
Muy buena atención y rápido, contando que no cabía ni un alfiler en el local, nos comimos una ración de entresijos, un poco escasa para mi gusto pero muy rica, volveremos.
En la placita todo depende del día en que vayas. Algunos días se vuelcan en atenciones y otros el dueño y los camareros son desagradables al máximo. Una cosa que no me gusta es que están sirviendote en la mesa de la calle y el camarero se va a la esquina, a escondidas, a fumarse una calada del cigarro que se mete en el bolsillo para seguir atendiendo. Ni se lavan manos ni nada.no me parece bien!
No está mal para tomar unas cañas y tapear, lo peor sin duda lo antipático que es el dueño y los camareros también son un poco antipáticos, y mucho cuidado a la hora de pagar, sin ir más lejos hace unas semanas cuando pedimos la cuenta en la terraza nos cobraron una ración de calamares que no era nuestra, y no es la primera vez.
Con el buen tiempo ponen una terraza pero dentro hay poco sitio. Sirven comidas y la comida de la carta (raciones, tostas, sándwiches.) está bastante bien de precio y sabor. Sirven rápido. Hay aparcamiento justo al lado y también una parada de metro y autobús. Para tomar algo está muy bien, es el uno de los dos bares donde mejor tapas ponen de la zona.