La Real Cocina

Recomendable comprar entradas por Internet con antelación. A veces hay algunas en taquilla, pero hay colas interminables. Hay que acudir a la visita 15 m. antes de la hora indicada, porque hay que pasar controles, cruzar un patio.La visita es guiada, pero a las pocas preguntas que se hicieron al guía, no tenía mucha información, solo "suposiciones" (respecto al uso de muchos utensilios, cocina, hornos.)

Una visita muy recomendable y nada común en un palacio real. El guía que tuvimos fue encantador y mantenía nuestra atención con un toque de humor sutil y trabajado que hizo de la visita algo para recordar con cariño. Muy bien explicadas las diferentes zonas y utensilios.

Visita curiosa, si ya estás en el Palacio.aprovecha y pásate por los sótanos.

Las cocinas del Palacio Real de Madrid son el ejemplo más importante conservado de cocinas históricas de residencias reales en Europa. Lo que podemos ver es parte de las renovaciones que entre 1861 y 1880 realizaron Isabel II y su hijo Alfonso XII. El hecho de que Alfonso XIII fuera el último rey que vivió en este palacio, ha jugado a favor de su conservación (todos sabemos que las cocinas y los baños son lo que más se reforma en una casa y más aún los de un rey o reina).

Recomiendo 100% la visita guiada (sin necesidad de entrar en el resto de Palacio), llena de anécdotas y chascarrillos de cada regio habitante de palacio. Ir viendo todas las salas, la de repostería, el despacho del cocinero mayor, la antecocina con su inmensa mesa de cortar y todos los utensilios y cacharrería, es una maravillosa experiencia. La joya es su sala de fogones con su fogón de Lemaître y el rotîsserie que Alfonso XII mandó instalar pues parece que era gran amante de roast beef y un buen gourmet.