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Malísimo, una de las peores experiencias gastronómicas de Madrid. Precios exorbitantes por un mal servicio y comida corriente. El servicio es pésimo, pedimos la carta de vinos y nunca la trajeron. Pedimos Solomillo Wellington para 3 personas, y solo trajeron dos porciones, una de ellas la partieron en dos, según el mesero era la misma cantidad. También le mencionamos que no nos gustaba el término de la carne, pero poco les importó, nos dijeron que no se podía cocer más la carne.
Fuimos para el cumpleaños para mi madre y no pudo ser peor elección, el servicio pésimo, el matre nos recibió mal y nos hicieron esperar, el trato por parte de los meseros no pudo ser peor. Se notaba el trato xenofobico por su parte, ya que nos trataron muy diferente que a los otros clientes. Además de cobrar por la sobremesa, un pan, que nunca se pidió
Fabuloso experiencia que hay que hacer servicio excelente cocido que hay que probar consomé revive los muertos muchas gracias por las dos horas de placer
Magnífica "tarde" de Cocido. Extraordinaria la atención de su personal, en particular, Jaime Cobo, Drtor Comercial y Pascual, Jefe de comedor, ambos muy tontos toda la tarde.nos regalaron "un tour" por los salones del restaurante y sus anécdotas. ¡del 10!. Gracias a ambos
Sin duda, es una experiencia que todo el mundo tiene que probar. Los nuevos dueños, han sabido respetar lo tradicional e incorporar nuevas recetas que no desentonan con la esencia de Lhardy. Buena atención en general. Enhorabuena.
Gran lugar con mucha historia detrás. El lugar en verdad es algo caro pero si te informas un poco de lo que paso ahí, merece la pena. El cocido está muy bueno y la sopa en invierno la ponen para llevar en la calle.
Un establecimiento chic de excelencia. El personal es muy amable y te recibe con delicadeza. El pastel está bien. Las tapas saladas son refinadas. El champán de la bodega es imprescindible.
Todo muy bien, pero nos han quitado el mejor croissant de Madrid. Antes eran de masa y mantequilla deliciosos característicos de Lardhy, ahora son de ojaldre muy comunes. Después de muchos años comprándolos creo ya no los Compraré. Gran pena.
Historia, lujo, servicio, calidad, lugar, que más. Se disputan el primer y más viejo de España, entre este mismo y Casa Botín, además entre estas paredes se realizó, se habló y se llevó a cabo parte de la historia de nuestro país.
Excelente bollería, el croasant relleno de crema tostada increíble, y los eclerc excelentes. Precio acordé con la calidad, buena relación calidad/precio. Buena atención
Restaurante de varias generaciones cuya especialidad es el cocido madrileño, en invierno en la barra del bar ofrecen tazas de caldo para combatir el frío. Sus postres y repostería son especiales. Un restaurante decorado en distintos saloncitos decorados a la antigua con el encanto de entonces y a un paso de la Puerta del Sol, en La Carrera de San Geronimo de Madrid
Hoy fue mi segundo día y ultimo día en Madrid, así que tuve que ir si o si al Restaurante Lhardy.
Entras en el restaurante, te enamoras de la decoración tan clásica, un tanto peculiar que tiene, es una maravilla poder disfrutar comiendo en un restaurante con un ambiente tan romántico y que tranquilice.
El servicio es 10, los camareros son muy atentos en TODO, siempre están en disposición. Te rellenan el vaso, te cambian los cubiertos, recogen los platos sucios, te limpian la mesa, etc.
Tengo que decir que el mejor pato que he comido hasta ahora ha sido en este restaurante, que tan solo en 15 minutos me lo han servido, sin olvidarme de las croquetas, que tienen un sabor único, junto al mítico soufflé de Lhardy.
Muchas gracias por el magnífico servicio y hasta pronto:)
Caro, caro, carísimo. Nos han metido un palo tremendo por un vaso lleno de hielo y dos dedos de vermout, 5,50€ cada uno para ser exactos, y ni un miserable aperitivo. No volveré
Atraco a mano armada. Es triste ver un sitio tan emblemático vacío y desangelado. Pero cobrar 16,50 € por tres vasos llenos de hielo manchados con vermut es indignante.el atraco del año. Y ni una aceituna de aperitivo! No volveré.
Espectacular souffle. Decoración exquisita, incluso la vajilla de porcelana con el logotipo del emblemático local. En la pastelería siguen teniendo el consomé en el recipiente tradicional, muy sabroso. Tienen varios salones privados. Recomiendo ir, sobre todo llevar a las personas que visitan Madrid. Recordad que se pueden realizar pedidos a domicilio
Intentamos acercarnos a la tradición. La generación del boom del 73 intentamos no olvidarnos del Madrid auténtico. Pero hoy en Lhardy se cae un mito. 4,5 € la caña de cerveza, 3,80 € por un café y 4€ por persona por pan y servicio le quitan las ganas a cualquiera. El local, el servicio. Excelente. Pero por más que intentas el cocido y un sufle para 2 a compartir entre 4 no vale los más de 60 € por persona que hemos pagado. Creo que Lhardy no se da cuenta de quienes deberían ser sus futuros clientes, de la justa equivalencia entre producto y precio. Una pena.
Un clásico en la iconografía hostelera de Madrid. Uno de los restaurantes más antiguos de la ciudad, que fue frecuentado por personajes como Benito Pérez Galdós, quien lo cita en numerosas de sus novelas. Es mítico su cocido madrileño. Experiencia recomendable, aunque no apta para todos los bolsillos.
Aunque sea un sitio emblemático de cocidos es lo menos parecido a este plato típico por que se exceden en el desgrase. El local es en rancio, muy rancio y la cuenta demasiado alta.
El primer restaurante europeo de la capital fundado época Isabel II restaurador francés Lhardy en 1839. En sus salones se reunían los políticos de la restauración desde Canovas y Sagasta hasta Fraga y Suarez. Actualmente lo regenta la familia asturiana que lleva la cocina último siglo. El cocido tres vuelcos no se puede perder y las croquetas y el caldo servido en la tienda del bajo.
La experiencia Lhardy, es más que una comida en un restaurante. Si eres de Madrid o pasas por aquí es un imprescindible. La atención y el servicio son sobresalientes. El comedor o comedores tienen una historia propia que los hacen inigualables. La comida es superior calidad y cantidad. Totalmente recomendable tanto para reuniones como con pareja.
Muy agradable, sin estridencias, un equipo profesional con cada cosa a su tiempo, da gusto. No es barato, pero no absurdamente caro. Se paga calidad y buen gusto.
Llevo desde pequeña yendo con mi padre y ahora ya casi a mis 50 años sigo acudiendo todos los 31 de diciembre a comprar salmón ahumado. Este año todo el local respira menos alegría. Las dependientas no estaban muy deseosas de atender a los clientes. Que 2021 nos devuelva lo que nos ha quitado el 2020. Feliz año nuevo!
Pedimos a domicilio. La tortilla más bien regular, las croquetas duras y vulgares. Los callos estaban bien, pero mejores en otros sitios y el jamón de York, malo, malo, malo. Hasta olía regular. Que desilusión.
¡Uno de los clásicos más bellos y con historia de Madrid! En su hermosa tienda en los días fríos puedes calentar tu cuerpo con el exquisito consomé que te sirves tu mismo del samovar decimonónico, como el resto de su decoración. También puedes abrir boca con sus delicadas barquitas de ensaladilla, que extraes de una imponente vitrina de la misma época, o endulzar la vida con su maravillosa repostería. Ahora, si lo que quieres es comer sentado y darte un auténtico festín, sube al primer piso y pide alguno de sus platos tradicionales que te dejarán chupándote los dedos y con la barriga llena. De la selecta carta, una recomendación: el suculento cocido madrileño a dos vuelcos (1° sopa con fideos, 2° garbanzos, todas las carnes y embutidos posibles) y si el cuerpo os lo permite alguno de los deliciosos postres, como, sin ir más lejos, el soufflé sorpresa. Y si el lugar te impresiona tanto como a mí, recomiendo buscar literatura en la que te encontrarás, por ejemplo, a Benito Pérez Galdós o artistas y políticos de finales del siglo XIX y principios del XX.
Más fama que otra cosa. El cocido (35€) no tiene nada de especial, la sopa estaba sosa y las carnes duras. Lo demás sigue siendo un atraco: 7€ un vermut, 13€/pp el soufflé. Una y no más
Alta cocina y ambiente que te traslada a la "Belle Epoque". La amabilidad del personal es remarcable. Aunque me gusta más el cocido de mi mujer, el segundo en el escalafón es el de Lhardy
Un sitio para visitar si te gusta la pastelería de muy buena calidad, todo muy rico y calidad estupenda. El sitio es de estilo tradicional, con mucho gusto
Sitio emblemático de la capital de cadiz, su personal es genial y te atiende muy muy bien, cuidan al detalle el local que fue el primer restaurante de Madrid. Sitio recomendable.
Años tras años y todo igual, restaurante muy emblemático en Madrid, pasar por sol y no acercarse y disfrutarlo es perdé la historia de Madrid, recomendado para que disfruten un rato agradable.
Espectacular, es como una visita obligada en la vida. A nuestros padres le hizo mucha ilusión. Precio es caro a cambio la comida espectacular, puedes comer cocido hasta salir rodando.
La sopa está buena pero el resto del cocido no merece la pena. Cubierto 4 euros, souffle a 12, botella de agua a 4.50, café a más de 3 euros. Un sablazo para un cocido mediocre.
Muy buena calidad de la comida. El postre genial el soufle con helado y bizcocho y merengue. Recomendado después de 180 años en carta. Espectacular. Los camareros muy majos del primero al último y muy atentos en todo momento. Es caro pero recomendable al menos para ir de día para comer el cocido madrileño de ahí. Al menos una vez en la vida.