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No he tenido la oportunidad de cenar nunca pero para las copas hay siempre una cola increíble en las barras. El ambiente es espectacular y los DJs son muy buenos
Lo primero a tener en cuenta es que el parking es de arena, con lo cual, recomiendo no lavar el coche antes de ir al hipodromo. Dicho esto, me centro en valorar el restaurante: el ambiente y la decoración están muy bien y si reservas a una hora tardía, las mesas más cercanas a la pista (que no están tan próximas como yo me esperaba) se vacían y puedes acercarte y ver mejor las carreras de caballos. Buena música también. Hacen cocktails por lo que después de cenar puedes tomarte algo, o simplemente ir a tomar algo (no probamos ninguno, así que no puedo opinar). El servicio fue bueno, los camareros son agradables pero tardaron un poco de más en traer los segundos. En cuanto a los segundos pedimos el ceviche y el steak tartar, ambos un poco sosos de sabor para mi gusto (al ceviche le faltaba el sabor a Lima característico) y el steak tartar estaba frío. Las raciones no son muy grandes, sobre todo teniendo en cuenta el precio que pagas. Resumiendo: restaurante con aspecto y pretensión de ser un buen restaurante pero que dista de serlo. Me quedo con la cosa de estar cenando mientras ves las carreras de caballos, que es algo original.
Fuimos a cenar un domingo por la noche, y no estaba mal, pero esperábamos un ambiente parecido al de panthera los domingos por la noche. La comida está bien, es la misma carta que en panthera de Madrid y también show. El entorno es muy chulo, con vistas a las cuatro torres y a pie del hipódromo.
El ambiente muy bueno lo único que la entrada al hipódromo la veo un poco cara y lo que me quedo un poco parada fue que no tenían leche entera es solo semidesnatada y no me pude tomar un simple café
A lo que fuimos disfrutar de las carreras pedimos algo de comer y fatal fatal comida claramente de cuarta gama de muy baja calidad el servicio un poco desordenado.las carreras lo mejor
Reservamos a traves de la web de panthera en el cual solo indican la direccion del restaurante del centro (calle miguel angel 21). Al llegar, nos damos cuenta de que esta cerrado y tras llamar unas 10 veces sin respuesta, nos contestan y nos dicen que la reserva era en el restaurante del hipodromo. Buscamos la direccion y nada, en ningun sitio de internet aparecia. Volvemos a coger taxi en direccion al hipodromo y tras dar 20 vueltas andando a oscuras y solas encontramos el restaurante. Y encima durante todo este trayecto llamabamos y no nos lo cogian. Las gestiones de reservas muy mal, la verdad. Luego la comida estuvo bien y el ambiente bueno.
Fui a una fiesta privada, pero físicamente el local está muy lindo decorado. Está en una tarima, hecha sobre las gradas, pegado a las pistas del hipódromo. Nos tocó luna llena, y se veía genial. El DJ de esa noche, muy bueno!
No hay cañas, y las cervezas y vinos a partir de 6€.
Fuimos a cenar 10 compañeros de trabajo. Resumen de la cena: guacamole ok, tartar de atun regular, langostinos tempura con una salsa kimchi rica pero calidad deficiente, la peor ensaladilla que he probado nunca y 2 piezas de nigiri pez mantequilla aceptables. Jarras de sangría y alguna cerveza caliente (a 10 euros). 100 euros por persona! Un escándalo en toda regla. Nunca me había sentido tan timada. Un auténtico fracaso de sitio. Lleno de niñatos que no entiendo como tienen ese poder adquisitivo.
Cierto es, que el lugar en el que se encuentra es muy agradable.
Ahora bien, la comida no es buena, no para pagar 100€ por persona, la hamburguesa de wayu estaba pasada, los nigiris ok, guacamole soso, y con pocos totopos, y si pedías más, a la cuenta final y finalmente la ensaladilla rusa, la peor que he probado. Además, por una jarra de sangría que daba para 4 copas, nos cobraron 60€ por cada jarra. Si vas y la pides no te olvides de preguntar antes cuánto vale, porque nos dijeron que cada día vale un precio y que por eso no ponen en la carta el precio.
Muy buen ambiente para tomar una copa, los cócteles buenísimos, el bloody mary me encantó. La comida también buenísima, especialmente las gambas y el sushi, pero no hubo un plato que no me gustase, todo buenísimo. Definitivamente repetiré mucho este verano. El sitio es muy bonito, tiene unas vistas preciosas del atardecer.
Ahora está la Casa Suecia y la verdad es que es el mejor sitio para ir al hipódromo, muy buen ambiente, buena música, atención A1, y con visitas privilegiadas para la carrera.
El sitio está muy bien, trato exquisito y buena comida.
No obstante no volveré por dos razones, la primera es porque desde dirección te confirman que hay espectáculo desde primera hora y estuvimos desde las 8: 30 hasta casi las 10 y no hubo nada de ambiente. Y al fin y al cabo una de las razones por las que reserve fue por el buen ambiente que se crea, y comimos casi solos
Y por otro lado nos cobraron 15 € por dos botellas de agua y el pan con un pequeño aperitivo, el cual no pedimos. Esos gestos no son propios del sitio al que vas, debería de ser gratuito teniendo en cuenta el precio de los platos