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Estudié infantil y primaria en este centro y solo tengo buenísimos recuerdos de allí. Finalicé mis estudios allí en el curso 1998/1999 si no recuerdo mal, por lo que no creo que quede ningún profesor de mi época pero como olvidar a Don Francisco (profesor de música y tutor), Celia, Cari, Don Juan, Don Rodrigo, Doña María Luisa (la directora), Conchi…. Y muchísimos más. Por no olvidar a Carlos el conserje. Un colegio que se implica con sus alumnos, en el que todos éramos una gran familia.
Tras ser alumna del centro, tuve la suerte de (bastantes años después) de trabajar allí. Viéndolo desde el otro punto de vista, desde dentro, puedo decir que el trato a los menores es inmejorable. Todas las profesionales que trabajan allí educan desde el afecto, el respeto a los tiempos y tomándose la diversidad como una buena oportunidad para crecer a nivel personal y educativo. El cole presenta un clima muy familiar, donde toda la plantilla que lo conforma se conoce a la perfección, y eso siempre es un punto a favor. Cuentan con aula TGD e instalaciones adecuadas para el buen desarrollo evolutivo de los menores. Las profes de infantil destacan, para mi gusto, por preocuparse por el desarrollo íntegro de todos y cada uno de ellos, y las profesionales que conforman la dirección y secretaria son lo más. Recomiendo el centro al 100%.