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Muy bordes. La cerveza con mucha espuma y que se queda a mitad de jarra. Me echaron la bronca por beber agua en el baño y tirar un plástico en la pañalera del baño.
Parada obligada sí vas a visitar la presa del Pradillo. Un sitio de los de toda la vida, con una atención exquisita (en mi caso por Xenia y Leticia), comida muy rica (carnes de la propia sierra y postres caseros). De esos sitios que ponen cariño en lo que hacen. He repetido y seguiré volviendo.
Muy buena calidad de la comida, así como de la relación precio-proporción de los platos. Pero sobre todo recalcar el buen trato del personal. Volveremos seguro:)
En general todo bien, atención y calidad correcta; lo que pasa es que es una pena que las carnes las hagan a la plancha, te llegan poco hechas y frías a la mesa
Un paseo precioso, ideal para ir a dar un vuelta por el campo y despues comer en La Isla. La única pega: tuvimos que esperar bastante para sentarnos a comer. La comida muy bien. La ración de setas algo escasa. Los torreznos y las croquetas de 10. Recomendable!
Tomamos unas revolconas aceptables y unos boletus muy ricos, después unas chuletillas con muy buen sabor, una generosa caldereta de cordero también buena y unos lomos de bacalao solo pasables (lo único que no aprobó). El sitio está bien, supongo que en verano con la terraza sera una gozada, y el servicio atento y rápido. Y si antes o después te das una vuelta por su maravilloso entorno, ya la experiencia es completa.
Llegamos para comer relativamente tarde después de una ruta por la zona. El camarero muy amable, no nos puso pegas para quedarnos fuera (donde no suelen servir comidas) y estar con los perros. Pedimos raciones y no hay nada que no nos gustara.
Un sitio muy bonito rodeado por la naturaleza digno de visitar. La comida es muy tradicional. Pedimos croquetas surtidas que no nos gustaron demasiado. Mis compañeros una sopa que les hizo entrar en calor y les encantó. Yo pedí un pisto con huevo y aunque su sabor era bueno, lo note excesivamente aceitoso. También una morcilla frita y unos huevos rotos. Correctos ambos, no tiene mucha complicación. El chuletón que pedimos no nos agradó mucho, la carne se hacia un poco bola en la boca, los hemos tomado de mejor calidad. No pedimos postre.
Muy buen restaurante, tanto el trato como la comida excelente. Situado junto al río al inicio/final de la ruta se trata de una muy buena opción para comer. Las raciones son abundantes y de calidad y el personal muy atento y amable
Los mejores de la sierra! Llevo yendo 32 años desde que era pequeña, la comida riquísima, el sitio precioso! Recomiendo el revuelto de morcilla con piñones!
Fenomenal! El sitio, los camareros, la comida riquísima y abundante. El entorno es genial Y he de decir que hoy había perritos en alguna mesa, ya que he leido criticas acerca de ello, y hoy al menos lo permitían. Volveremos sin duda
Se han apropiado de un espacio natural de la sierra de Guadarrama de una manera pasmosa. En la puerta del acceso al parking han puesto un "señor" que con no muy buenas maneras te indica que si no vas con reserva a los restaurantes no entras, de hecho han puesto un candado para acceder a ese espacio, tras consultar a la gerente del restaurante me comenta que ese espacio lo gestionan ellos, pero que no es propiedad privada? No entiendo como se permite esto.
Sitio nada recomendable, la atención malísima, seguramente están ahorrando en personal y no tienen el tiempo para cuidar al cliente, pagaría la mitad por cada plato que ofrecen, una decepción.
¿Porque no respetar un restaurante por el simple hecho de no admitir perros? Ole sus dueños por tener las ideas claras y defenderlas sin importarles la pérdida de clientes, pero desacreditar la calidad del sitio por ese motivo, me parece muy injusto. A nosotros nos encanto, volvere siempre que pueda.
Estuvimos comiendo allí el domingo 31 de julio con una pareja de amigos y todo muy bien. El sitio, la comida, la atención del personal y todo con una muy buena relación calidad-precio. Tras la comida, un bañito fresquito en el rio ¿qué más se puede pedir? Gracias al restaurante y su personal por todo, volveremos.
Un sitio con encanto en la carretera de Cotos a Rascafría. Independientemente que fuera remodelado en un programa de televisión y quedara muy chulo, la comida esta muy rica y tienen unos flanes increíbles. Nunca nos ha defraudado ni para comer, ni para tomar un café al aire libre escuchando el sonido del agua de río afluente del Lozoya que pasa por allí.
Lo mejor el sitio donde está, pedimos dos cafés americanos con hielo.un poco derretido.por eso le doy 3 estrellas, pero bueno tiene un encanto especial poder tomarlo allí en la terraza.
Entramos a tomar un café en la barra y un " señor" nos dice, palabras textuales: "no podemos atenderles ahora, estamos dando comidas y no damos a basto". Primera vez que en un establecimiento de hostelería se niegan a atenderme. Llamarlos impresentables es quedarse corto.
Lugar perfecto para realizar un rico almuerzo, al aire libre, en la preciosa sierra del Guadarrama, Madrid. Concretamente, a pocos kilómetros del monasterio de Santa María del Paular, al comienzo de la subida del puerto de Cotos. Y además, con el río Lozoya a menos de dos metros, con sus aguas cristalinas y gélidas. Buena comida y buenos vinos. Buena relación calidad/precio. Y sobre todo, resaltar el paso del río.
Sitio espectacular, entorno precioso y los dueños Xenia y Arturo encantadores. La comida riquisima, el plato estrella para mi serian las Croquetas y Rabo. Todo casero y servido con cariño.los camareros muy amables en todo momento. Es un sitio para ir siempre, de.
Decepcionante, un entorno maravilloso, una casita preciosa, pero tanto la atención, (y no porque no hayan sido amables) que deja mucho que desear, la decoración inexistente, las mesas horribles, las sillas no podían ser peores, no tienes donde dejar los abrigos, bolsos, etc.la comida regular tirando a mala. De los 5 chuletones que hemos pedido sólo dos se salvaban y dos de ellos estaban malos. El resto de entrantes y platos no entró a juzgarlos por no perder el tiempo. No volveré.
Estuvimos este fin de semana con amigos e hijos y fenomenal. La comida 100% casera y muy buena. La localización del sitio en plena naturaleza y al lado del río espectacular y la atención del personal muy buena. Es de agradecer un restaurante en el que se controla perfectamente protocolo COVID. Pudimos abrir ventanas sin problema y no pasamos nada de frío gracias la chimenea que tienen. Muchas gracias por todo. Volveremos seguro!
Están totalmente al aire libre y aún así prohíben la entrada de perros al perimetro. Hemos acabado en el Restaurante Los Claveles, que está 100 metros más adelante, donde hemos comido de fábula, nos hemos sentido bienvenidos, y nos han tratado genial.
Una atención muy cercana y comida deliciosa. Los precios están muy bien y la comida es toda casera. Nos pedimos las croquetas y los huevos con morcilma, patatas y pimientos, estaba riquisimo. Nos dejaron entrar con el perro y nos prepararon una mesita con estufa. Completamente recomendable.
Buena comida, personal agradable, comer entre los pinos, en la naturaleza con un río al lado, es un lugar con una situación privilegiada en la Sierra de Madrid. Hay que reservar, mas que nada por el aparcamiento. Hacer una pequeña ruta a la vera del río después de comer para bajar la comida. Un paraje natural para visitar.
Están totalmente al aire libre y aún así prohíben la entrada de perros, así que como íbamos con nuestro perro no nos han dejado ni sentarnos, luego nos hemos alegrado, pq a la que salíamos una pareja dejaba su mesa para irse y estaban diciendo que habían comido fatal. Hemos acabado en el Restaurante Los Claveles, que está un poco más adelante, donde hemos comido de fábula, nos hemos sentido bienvenidos, y nos han tratado genial.
No me ha parecido bien xq al campo vamos mucha gente con nuestras mascotas y no nos dejaron pasarlos cuando ya en muchos sitios nos dejan pasar con ellos. Igual que el fumar en pleno campo que me lo prohiban no lo entiendo cuando lo en las terrazas si nos dejan y ahi estabamos en terraza
El lugar merece la pena conocerlo al menos una vez. Es necesario reservar. A cinco minutos de las cascadas de purgatorio, ideal para ruta andando. Tiene una terraza de madera pequeña pero está bien para comer a escasos cinco metros del Río. La carta de entrantes son para probar sabores, recuerdo un revuelto de morcilla con cebolla dulce, hojaldre de salmón, torreznos, mezclas de dulce y salado, único sitio de Rascafría donde hay una carta de entrantes que todo llama la atención y no son típicos entrantes, eso sí, poca cantidad y no demasiada variedad, tampoco es barato, aunque en este pueblo no hay nada barato y es imposible comer de bandera, ya está dicho todo. Los segundos son buenas carnes de La sierra de Guadarrama, eso abunda en el pueblo, los entrantes y el entorno no, son únicos de la Isla. No es un sitio 5 estrellas, pero la media del pueblo es entre 2 y 3, pocos sitios tienen 4, muy pocos y, éste es uno. Paraje inmejorable y carta de entrantes suculenta.
El sitio es ideal, al lado del río y en plena naturaleza, la comida está buena. Eso sí los precios me parecen un poco caros, pero al final tienes que pagar el lugar
Las tostas un timo pequeñas, aparte las de pato grande foiegras en vez de un filetitos de pato, los calamares duros y y fritos con un aceite de tener mucho tiempo. Na un uno y va que se pela.
Realmente la reseña no es por que los platos sean buenos o no ya que no nos dio tiempo a probarlos. Fuismos a realizar la ruta con nuestros perro y despues de la ruta decidimos tomar algo en dicho restaurante que estaba vacio. Nos dicen que podemos tomar algo pero que nuestros perros tienen que esperar atados fuera. No entendemos como es posible que a estas alturas y un sitio en el que van muchas fanilias con sus mascotas no se dejen la entrada de perros en una terra vacia. Volveremos para hacer otra vez la ruta pero no se nos ocurrira ir a ese sitio a tomar nada.
El restaurante se encuentra al lado del rio, y poder comer en la terraza con una temperatura agradable, es un verdadero lujo. El trato recibido por parte de la camarera fué correcto. La calidad de la comida fué lo mejor, pero al menos la ración de patatas con morcilla y de los judiones, un pelín justas de cantidad. El jabalí con salsa de ciruelas buenisimo y la ración acorde con el precio. Los postres caseros están riquisimos.
Caro, calidad escasa en carnes, nada vale lo que cobran. El entrecot duro y las chuletitas con sabor raro. Plato infantil que no cuesta ni un euro hacerlo. El pan te lo cobran por persona aunque no lo quieras. Vinos prohibitivos. Entorno bonito, se valen de eso.
Por su situación debería de ser genial, por eso picamos, pero la verdad, servicio muy lento, bebida muy cara y comida nada fuera de lo común que puedas encontrar en el bar de tu barrio. Cálida precio carísimo.
Pongo 2 estrellas por lo bonito del paisaje y donde se encuentra ubicado. Pero al comida es muy mala. Los torreznos estaban crudos, los judiones parecen más bien “una tapa” que un plato para comer, la carne me la trajeron completamente quemada y cuando me queje no hicieron nada para compensar. El caso es que ya me avisaron pero intentamos ver de primera mano… y efectivamente en una experiencia nefasta. En resumen: caro, poca cantidad, mala calidad y cuidado al cliente mala.
Entorno agradable pero raciones muy escasas y muy caras. Pedimos, además d otros platos d la carta, una ración d boletus (18 €), muy salada y con mucho ajo, tremendamente escasa. Boletus a precio d caviar.
Punto de partida para una singular visita al valle de Lozoya con objetivo un tejo centenario catalogado. En 12km disfrutas de la paz y la armonia de este rincón de la maravkllosa Sierra de Guadarrama. El restaurante es un punto ideal para celebrar la ruta con unas cervecitas.
Una atencion ejemplar unido a la calidad/precio adecuada hacen que repita la proxima vez que vuelva a pasar cerca sin dudarlo.llegamos en grupo (7) y en un momento estuvimos atendidos.el chuleton muy bueno.
Que buen sitio para desconectar, un paraje precioso y un lugar para poder pasar un dia genial, la comida dot mi.opinion sobre el menu quecomi y fue.bastante bue.o. A un.precio muy razonable
Un entorno inmejorable en la Sierra de Madrid.pero llegué demasiado pronto como para estuviese abierto y a la vuelta de la caminata.estaba petado. Con lo que no sé ni que se come y como atienden, pero si esto se parece al entorno en el que está, debe ser la pera.
Es una vergüenza en que en el corazón del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama se permita este tipo de establecimientos. Los camareros viven atemorizados por los dueños y tratan con malisima educación a los clientes. Respecto a que en un lugar por el que pasan, como es natural, todo tipo de animales como jabalíes, ciervos, zorros y por supuestos vacas que dejan sus excrementos, como también es natural, no sólo no se permitan perros si no el odio que muestran a los clientes que los llevan me parece increíble que todavía no se haya denunciado o boicoteado este lugar nauseabundo.
Un local con gran ambiente serrano; senderistas y montañeros con 61 años de historia. Recientemente reformado es por su situación, amabilidad de servicio y carta un auténtico placer recalar en si terraza o comedor para solaarte y reponer fuerzas después de tu caminata.
Magnífico entorno ente pinos y el río lozoya. Comer en la terraza es una delicia. De lunes a viernes tienen menú a 12 euros de buena calidad. De la carta destaco los platos de cuchara, el pisto con huevo, las patatas revolconas y la carne de la Sierra de Guadarrama. Buena atención entre semana y algo más de lío los sábados y domingos. Precios muy asequibles. Merece la pena.
El peor restaurante de la zona, camareros que te perdonan la vida, no dejan entrar perros, y no son ni capaces de decirte que hay otros en la zona que si aceptan. Entiendo que por la competencia, pero ganaríais más si fueses amables, incluso algún día si fuese sin mascota probaría vuestro restaurante. Desde luego que ya no, el lugar está en un lugar idóneo, que pena que lo regenten estas personas.
Para tomar unos cafés en la terraza (en la de fuera, d no te dejan horastomar café en la terraza de dentro), malísima organización, todos los camareros dentro de la barra y nadie te hace ni caso, el que parecía ser el dueño, un borde. Queríamos un helado y como no sabían el precio no nos lo han vendido, un desastre. Una pena, por qué el sitio esta super hilo.
Nos sentamos en una mesa de madera y no quisieron atendernos, y ademas diciéndolo de una manera desagradable! No quieren clientes, es obvio. A evitar. Una pena en un sitio tan bonito.
Nada amables y no dejan entrar perros en un entorno natural como la sierra. Tienen dos terrazas, una de bar y otra de restaurante y en ninguna dejan entrar perros. Hay otro restaurante al lado que dejan entrar perros y son muy amables. No lo recomiendo NADA
El sitio y el entorno es ideal, además de unos platos a un precio correcto y muy bien elaborados. Ya es como la tercera vez que vamos y está última nos ha sorprendido la reforma que han hecho.
Paramos a tomar unas cañas y nos pusieron unos aperitivos que nos fuimos cenados y además con unos precios estupendos, teniendo en cuenta que no está en un pueblo.