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Es la segunda vez que vamos a cenar y, a pesar de que habían transcurrido un par de años, la calidad sigue siendo excelente. El arroz negro espectacular, berenjena con salsa romesco, bacalao dorada, gambitas fritas con huevo, postre tarta de queso y tiramisú, con dos botellas de rioja de la casa. Y si a eso le añades una atención profesional sin dejar de ser cordial y cercana pues a repetir se ha dicho, ojalá sea pronto.
El pasado 11 de diciembre tuve la enorme fortuna de viajar a Madrid con mis amigas y celebrar por sorpresa mi 55 cumpleaños en este restaurante de Madrid del barrio de Chamberí en el que se unen la elegancia, la calidad y la comida exquisita. Ana y Luca son los perfectos anfitriones que nos hicieron sentir como en casa. Mis amigas las dos Lourdes y Yolanda no podrían haber elegido un lugar mejor! Muchísimas gracias por una noche que jamás olvidaré!
Pd: Pude hacer fotos de los platos cuidados hasta el detalle en la presentación y que no podían estar más ricos!
Sitio elegante en la zona de Chamberí, cerca de la plaza de Olavide. La comida no me pareció nada del otro mundo, creo que se podría mejorar para lo que se paga y por la presentación del local, que es muy buena. Pedimos una croquetas, las cuales me parecieron muy buenas, unas vieiras, las cuales no me parecieron nada especiales y costaban a 5€ la unidad que si tiene tierra, coml fue el caso, no esta justificado, la ensaladilla rusa y un bacalao que no estaba en la carta. De postre probamos la torrija que nos gustó mucho.
En general, creo que todo podía ser un poco mejor para que hubiera sido memorable y algunas cosas que no pueden pasar como la tierra en las vieiras. Eso sí, el local me gustó y la atención era de 10. Creo que lo puedo recomendar.
Tuvimos el placer de cenar en este lugar tan especial. Los platos una delicia y el trato increíble. Pero sobretodo hacer realidad un sueño difícil de olvidar. Gracias siempre. Volveremos seguro.
Un restaurante increíble para disfrutar de la comida a la brasa. Zamburiñas, gambones, pulpo y lomo de vaca riquísimos. Precio medio pero merece la pena pagar si sales de un restaurante sin ninguna pega y habiendo disfrutado cada bocado.
No sé muy bien como explicarlo. Restaurante con encanto, ideal para cenas Románticas, se respira un ambiente muy íntimo. El trato es excelente. Sus Platos son todos de 10. Cocina de gran sabor. Todo increíble. Muchas Gracias por hacer Realidad una noche inolvidable con mi pareja. Gracias y volveremos
Acogedor con decoración sencilla, intimista. Mesas sin manteles, vajilla de de Limoges, cubiertos clásicos, iluminación tenue. Invita a la charla y al disfrute de su carta.
La carta es amplia y variada con platos muy atractivos. Predomina la cocina de mercado. La brasa es protagonista. Muchos de sus platos "pasan" por la brasa. Productos frescos y de temporada, carnes, pescados, arroces y verduras. La carta es variada y para nada aburrida. Nos han gustado mucho las alcachofas confitadas y braseadas, la burrata con tomates Sicilianos tenía un punto de sabor muy rico, el bacalao dourado estilo portugués muy sabroso aunque algo escasito. Lástima que no tuvieran mejillones con chilli. Para otra ocasión algún arroz al carbón. Y los postres a muy buena altura. El lingote de torrija con polvo de galletas caramelizadas y la tarta de queso de Mahón muy buenos. El precio es razonable, a unos 25 euros por persona.pero tendrían que mejorar en las cantidades y en alguna de sus calidades.
Really cool place with tasty food and excellent service, therefore, amazing place to go to enjoy a good dinner! Tuna tataki is the best tapa by far, cannot miss ordering it. On the other hand, for me the artichokes were not at the highest level. Anyways, it’s a 5/5 doubtlessly
Fantástico restaurante. El bacalao a bras riquísimo. La ensalada de burrata y tomate confitado para no perderselo. Vajilla muy original. Atención perfecta
No sé como será la carta normal pero el menú del día no vale la pena. No me pude comer ni el primero ni el segundo plato. El primero estaba lleno de grasa y era un huevo frito sin cuidado con unas patatas muy desagradables. Mi pareja pidio un salmorejo, que no tenia sabor alguno. El segundo era cerdo y tampoco tenia sabor, aún agregandole sal era incomible. En fin que tuve que llenarme con pan que para colmo estaba como viejo. Las fotos lo dicen todo.
Hemos cenado súper bien, el camarero nos ha atendido fenomenal, un lujo tratar con profesionales de esta categoría. Volveremos seguro. Una elección donde te aseguras la calidad del servicio y el producto
Un restaurante especial, decorado con mucho estilo, creando un entorno cálido y confortable. Una atención exquisita, con una también exquisita y singular carta, donde se percibe el amor por la cocina, preparada con los productos de mayor calidad de nuestra maravillosa gastronomía. Un restaurante que enamora por todo, especialmente si tienes la suerte de conocer a Ana.
Cercanos, amables y con una propuesta culinaria muy correcta. Las alcachofas (yo añadiría unas virutas de jamón.perdón por esta osadía.), el pulpo y el tiramisú, francamente ricos.
Tartar de atún con aguacate exquisito. Costillas deliciosas, tiernas y muy bien cocinadas. Kokotxas de bacalao a la romana muy ricas. Albóndigas de pollo en pepitoria un poco secas. Tarta de queso de Mahon para repetir. Tiramisu de escándalo. Lo mejor, sin embargo, el servicio: rápido, eficiente, simpático y muy acertado en sus sugerencias. Ambiente inmejorable con una acústica excelente.
Un buen sitio, local bien puesto, muy majo el servicio y la comida rica. Una entrada para compartir, una de arroz para dos, un postre compartido, y cuatro cervezas de bebida salieron a 45€ por cabeza.
Pedimos unas raciones de ensaladilla rusa, mejillones al vapor, gambones y pulpo. Además una ensalada de tomate con alcaparras. Para beber, una botella de Emilio Moro. Todo estaba muy rico. Nos sirvieron además bien y rápido. El precio en consonancia con la calidad.
Todo lo que probamos estaba muy bueno. Especialmente el codillo y el salmón con aguacate. Los camareros muy atentos y no nos hicieron esperar entre platos. Para repetir, la próxima vez que volvamos a Madrid.
Sitio súper bonito con comida muy rica pero… escasa! 20€ por persona por la paella de marisco que apenas llegaba a ser una media ración para cada uno no nos agradó. Con dos medías raciones de calamares y gambas como entrantes y un arroz “grande” pedido nos quedamos todavía con hambre. El arroz también estaba un poco salado para nuestro gusto. Eso aparte todo muy bien y recomendable. Las gambas de tandoori y los calamares a la andaluza fueron unas maravillas. Camarero un poco bruto pero correcto.
La comida está rica y es buena cocina. Sin embargo, tardaron una hora y 10 minutos en traer los primeros, y 45 minutos desde que recogieron éstos a traer los segundos y 20 minutos en traer los postres, a pesar que le pedimos porfavor que fueran rápidos. Echamos en falta una disculpa, explicación, o un detalle. Nos quedó, desafortunadamente, mala sensación.
Maravilloso lugar para comer o cenar. Todo delicioso y de muy buena calidad. Recomiendo mucho el atún en crujiente de maíz y el pulpo a la brasa. Ah! Y las alcachofas! Espectaculares. Una pena que o hubo espacio para tomar postre. Habra que volver.l