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Caótico, un desastre, no auguro mucha duración a un taller así, prácticamente imposible el contacto telefónico, prepararse para no disponer del vehículo en un largo tiempo.
Lo peor del mundo de los talleres. Lo lleve para unas rozaduras de chapa. Se han cargado la pantalla del salpicadero y nadie se quiere hacer cargo. Unos sinverguenzas. No lo lleves alli
Llevó mi hijo su Mitsubishi, tardaron el doble del tiempo que le dijeron, el trato de la señorita que cobró fue de lo peor, fue mal educada, desagradable, sobrada y despreciativa en todo momento, no dando lugar a poder hablar con quien había arreglado el coche y no ver la factura antes de abonarla casi 1.000,00€. Deberían pensar que viven de los clientes y ese trato tan despreciativo y poco empatico hacia los clientes no es bueno para su negocio, teniendo en cuenta para más escarnio que tuvo que volver a llevar el coche, pues se lo configuraron en inglés y les costó ponerlo en español al no saber cómo hacerlo. Un despropósito. Una muy desagradable experiencia, no lo recomendaremos a nadie por supuesto.
Nada de fiar un asco de personal. Nada trasparentes.llevo 3 semanas esperando recambio según ellos no hay y me aseguran en la central de Madrid que hay disponible recambio plazo máximo de entrega 3 dias
Me llamaron ofreciendo una oferta de 25 puntos de revisión por 109€ y un 50% descuento en piezas. Pregunté si valía para la revisión anual y me aseguraron que si. Una vez allí me dijeron que no era aplicable, total 311€. Falta de coordinación entre marketing y el taller. Incluían la ozonizacion del interior pero ni siquiera pasaron antes el aspirador. Con lo que sí cumplieron fue con el plazo de entrega.
Sin respuesta al teléfono. Entrada de Bocángel cerrada en varias ocasiones en el horario comercial, la última un viernes a las 13: 00. Finalmente ese día entramos por el taller y la única persona que había (en la caja, una mujer de trato respetuoso) nos señaló que entrásemos a la exposición directamente. Allí encontramos una sala solitaria, mal iluminada, sucia, con un cubo bajo una gotera y coches de diferentes marcas. Cuando íbamos a desistir apareció un varón que se identificó como comercial: con trato chulesco y displicente, se limitó a repetirnos que fuéramos “a Concha Espina” pues el concesionario “YA SOLO VENDE VEHÍCULOS DE SEGUNDA MANO”. La alternativa de Concha Espina no nos es útil y las reseñas que tiene en Google no son halagüeñas. Buscaremos alternativas.