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Mi esposa y yo disfrutamos nuestra estancia en este bar de vinos. Es pintoresco, con una interesante selección de vinos. Regresamos dos veces en la misma noche: equipo divertido y dueña muy cálida (Yolanda)
De mis bares de vinos preferidos en Madrid! Este lugar destaca por su ambiente acogedor y una selección de vinos extraordinaria. Yolanda, la sommelier y dueña merece un reconocimiento especial, su conocimiento y pasión, te lleva en un viaje fascinante a través de sabores y sensaciones únicas mediante el vino. Su habilidad para guiar y descubrir joyas vinícolas hace que la experiencia sea inolvidable. Sin duda, altamente recomendable para amantes del buen vino y aquellos que buscan una experiencia única en Madrid. Muy buena selección gastronómica. Recomiendo las catas que ella arma también!
Gran variedad de vinos, tanto por copa como por botella. Perfecto para descubrir diferentes regiones, uvas, tipos. Lo puedes acompañar por tablas de chacinas o quesos entre otros. Un sitio de referencia.
Una experiencia muy positiva, excelentes vinos y buenas tapas, decoración vintage por obligación, acogedor y muy buena atención por parte del camarero y la cocinera.
Wine bar centro de Madrid donde disfrutar de un buen ambiente, calido y con muy buena selección de vinos a copas. El personal amable y atento. Muy recomendable
Muy buen lugar para tomar vinos. No hay muchos vinos naturales pero la calidad en general es buena. El propietario no explica el vino y no le importa mucho lo que te gusta, pero su selección es buena. La comida también es muy buena.
Bar con ambientación clásica, que cuenta con una impresionante cantidad de vinos de muy buena calidad y a buen precio. Se puede pedir por copas o la botella entera.
Fuimos un grupo de amigos a tomar unos vinos y ya nada más entrar nos miraron con desprecio. Creo que por algún motivo que no comprendimos, no nos querían ahí. A la hora de hacer las cuentas, a dos de nosotros nos cobró más de lo que debía (5 euros más en total) e intentó colarnos 2 copas que no nos habíamos tomado (14 euros más). Uno de nuestros amigos le dijo que le había cobrado de más - es cierto que no con las mejores formas porque parecía un poco de cachondeo que nos quisiera cobrar 20 euros más después de habernos tratado mal nada mas entrar- y ella en vez de rectificar y pedirnos disculpas, respondió agresivamente con tono burlón diciendo “vale vale, si quieres os lo devuelvo” echándonos la culpa a nosotros y montando un número muy desagradable. Mi amigo ciertamente perdió las formas ante la respuesta de ella que no solo no quería devolvernos lo que nos debía sino que se estaba empeñando en reirse de nosotros. Somos peña pacífica y lo resolvimos dandole la razón porque lo único que queríamos era salir de ahí e irnos a otro bar. Fue super desagradable. El sitio parece monísimo pero son unos maleducados y es penoso que te traten así.
Pd: Que tiréis balones fuera diciendo que no era en vuestro local es impresentable.
Fuimos a celebrar un cumpleaños unas amigas y, cuando nos estábamos despidiendo, la dueña se encaró con una de nosotras. Dijo que le estábamos haciendo burla (¿?) y nos trató con desprecio. Como no tenía razón para tratarnos así, dijimos que no pensábamos pagar lo que nos quedaba de la cuenta (unos 10 €). Salimos fuera y la dueña salió dos veces a insultarnos, la primera nos intentó echar de la calle en la que está su bar y la segunda para gritarnos que somos unos ladrones y no volvamos. Por supuesto no volveremos, pero quizá al leer esto, la próxima vez que tenga un mal día, no le dé por pensar que hay personas que dedican su tiempo libre a reírse de quienes están trabajando. La camarera majísima, por cierto.
A cozy authentic Madrid experience with excellent selection of wine. The tapas are high quality. My sister came to Madrid to visit and loved it so much we ordered the same bottle two nights in a row.
Look no further, this is THE BEST wine bar of Madrid. The wine selection is very broad and carefully curated. They also constantly rotate the wines so you will never get bored. The cheese boards are impeccable and the owner is always keen on understanding what you like and recommending accordingly, an interaction with her is always a masterclass.
La vinoteca más asombrosa de la Malasaña fronteriza. Lo tiene casi todo. Si quieres explorar, la sommelier (internacional, próximamente) te descubrirá mundos infinitos. Con cosas para picar. La fachada del establecimiento es, también, gran reserva.
Bar de vinos muy "chill", ubicado en una antigua tienda de ultramarinos, lo que le da una grata ambientación de época pasada. Aún sin tener cocina, el local dispone de tapas que acompañan muy bien a los vinos (quesos, embutidos, conservas, etc.), que son, lógicamente, cuidadosamente elegidos.
NUNCA VENGÁIS A ESTE LOCAL! ES UN HORROR! No voy a entrar en el mal carácter y la malas formas que tienen las dos personas que llevan el bar, especialmente la dueña, súper desagradable. Dejo aquí dos situaciones penosas: la primera fue la insistencia que tuvo en que dejáramos una mesa, que no tenía reserva por nadie, para que se pusiera otro grupo, insisto sin reserva. Imagino que serían amigos. La segunda es la jeta que tienen siempre de ponerte el vino más caro cuando pides un “rueda” o “un Ribera”, lo normal es q al menos te den a elegir o te expliquen para que tú elijas. En resumen, un sitio nefasto. Espero que leáis esta y otras reseñas y no piséis por aquí ni locos! Gracias!
Para amantes del vino este lugar es indispensable.buen trato, buena calidad y muy profesional. íntimo y agradable.una experiencia fantástica.las catas son una maravilla.recomendable totalmente
Es la primera vez que voy, muchos e interesantes vinos por copas y Yolanda te ayuda, motiva y enseña a disfrutar de vinos bien servidos y a su temperatura
Gran sitio de chateo y tapitas de suma calidad. Lo mejor en vinos de calidad con una incomparable atención. Una de las mejores y más céntrica vinoteca de la capital. Hay que venir a conocerlo.
Pésima atención al cliente, el lugar no está mal pero la atención fatal, no se acercan a la mesa a atender pero si vas a la barra se molestan y dicen que tienes que esperar a que pasen por la mesa, no es un bar grande como para estar agobiados con la cantidad de gente, luego para pagar no permitieron pagar con tarjeta. En fin, pésimo servicio al cliente en general, muchos bares alrededor que vale mucho más la pena que pasarla mal en un bar.
Pésima atención al cliente, además ahora en tiempos de COVID no dejaron pagar con tarjeta. El lugar no esta mal pero la dueña nos ha llamado la atención por estarnos riéndonos me parece fuera de lugar que en un bar haya la cultura de llamar a los clientes la atención por pasársela bien. La atención empeoró cuando esperábamos que la mesonera se acercara a la mesa para pedir mas bebidas nunca pasó, así que al momento de que fue uno de nosotros fuera a la barra se molesto y nos ha tratado fatal diciendo que teníamos que esperar en nuestra mesa cosa que llevábamos haciendo 15 minutos tampoco es un bar tan grande como para estar agobiados con la cantidad de gente que hay. Hay mucho mas bares en la zona para perder tu tiempo en este.
Local muy acogedor donde es facil sentirse immediatamente parte del juego. Un bar donde sigue sumándose gente aún cuando no cabe ni un alfiler: murmullo vivaz, variedad de referencias de vino, ricos surtidos de tapas y personal muy cercano, a la altura de su anfitriona. Música siempre perfecta.
Te echan el vino como si fueran los restos del último grial, copas escasas no, lo siguiente. Mini-raciones de quesos en la misma linea, nada de otro mundo y dosis microscópica. Una pena. Buena atención pero el moderneo te lo cobran. Extinción ya.
Agradable, pero parece que les importa más sacar tajada (como sea) antes que dar buen servicio. Vino rico pero copas servidas muy muy cortas (en modo ahorro.), y lo mismo con las raciones de queso. (con la cesta de pan fue lo único con lo que no escatimaron.) Una pena porque podría ofrecer mucho más.
Un sitio estupendo con mucho encanto en una zona tranquila, de los pocos sitios donde puedes pedir buenos vinos a buen precio x copas. Yolanda que es la dueña es una magnífica anfitriona y se puede estar muy a gusto en la parte de atrás que tiene un saloncito además pone muy buena música
Uno de esos lugares de reunión estupendos de la capital. Pequeño pero dentro de una calle donde la oferta hace de toda ella un recorrido siempre a considerar. Muy buenas tapas.
Bar de vinos en el centro de Madrid. Con una carta de vinos enorme por copa y por botella te ofrecen cada semana vinos diferentes para probar y a mediodía es un sitio estupendo para tomar tapas y vermú. Te aconsejan siempre muy, muy bien. El local es acogedor y con una decoración preciosa y cómoda.