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Comí allí con mi hijo pedí medio pollo brasa y me pusieron lo que quisieron. 2 raciones cada una con 4 trocitos de pollo quemados y eran huesos, 2 bebidas y cafés 36e no iré más. Cuando lo llevaba cervantes era especial. Ahora está siempre vacío al que pillan ya no vuelve.
Lugar acogedor, con un servicio excelente incluso en los momentos de máxima clientela, toda la comida recién hecha y unos cafés excelentes y muy detallistas invitando a chupitos tras una cena perfecta, recomiendo este lugar, os va a gustar!
Trabajo en este restaurante y por supuesto que lo valoro lo maximo. AVISO A CLIENTES, en ocasiones nos sabotean la pagina, ante la duda llamar al fijo, estaremos encantados de atenderos. Gracias y espero veros pronto. Un saludo.
La comida muy buena, precio menú más que rezonable, 11 €, un sitio muy bueno, lo único malo es el aparcamiento que es muy pequeño, por los camiones hay un bar al 50 m que tiene aparcamiento
Restaurante al que siempre vamos de costumbre y buenos precios. Mi familia siempre viene aquí para celebraciones y demás, un restaurante de 10. Las paellas hechas con mucho cariño!
Nada mas llegar veo una bandeja de carne en salsa en vitrina, pero no refrigerada. Pero bueno decido probar pues estube hace unos años y estaba muy bien. Al final no lo recomiendo, el cordero a la brasa chamuscado, el solomillo al boletus.ni boletus, ni solomillo. Por decir algo positivo, los postres: tocino de cielo y flan, caseros.
Buen sitio para comer, fuimos una peña de senderistas, 30 comensales, comida casera de cuchara sana, con buena materia prima, agradable servicio con interés en que no nos faltará de nada y hacernos la comida agradable. Seguro que repetimos.
Hola pertenezco a un singular grupo senderista que cuando vamos por la zona, desayunamos, almorzamos o comemos en este típico restaurante. La gerencia nueva, comida "casera" muy buena, y el trato excelente. Seguiremos yendo sin duda. Ánimo y suerte.
Teníamos una mesa reservada, pero al llegar estaba todo ocupado y nos dijeron que no se estaban respetando las reservas. Esperamos un rato a que se desocupara alguna mesa, pero las dos veces que esto ocurrió nos dijeron que no podíamos sentarnos porque las tenían reservadas. Al final nos fuimos sin cenar.
Muy poco formales. Teníamos una reserva y nos dijeron que la gente se estaba sentando en las reservas así que lo que pilláramos. Luego otras mesas sí las guardaban. Conclusión. 30 minutos esperando y nos fuimos sin cenar desesperados.