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Un lugar perfecto para degustar riquísimos productos de la tierra, cómo de la geografía española! Aperitivos variados, carnes y pecados, arroces magníficos. Papas con mojo picó, y un sin fin de elecciones, todas exquisitas. Trato discreto y cercano a la vez. Muy recomendable.
Hemos comido hoy, las papas con mojo insuperables, la paella de marisco como su nombre dice no podía tener más marisco y riquísima el sorbete de mango y la tarta canaria espectaculares, la dueña encantadora, sin duda muy recomendable.
Llegamos por la noche con nuestro gato en su cesta y fuimos bien recibidos. La comida fue muy buena y el gerente muy amable. Nos ofreció una especialidad canaria desde su casa. Lo conseguimos por 65€: pan con ajo, gambas al ajillo, calamares a la plancha, cerdo a la plancha, 2 whisky con coca cola, 2 copas de vino tinto. Realmente recomiendo este lugar.
La comida.excepcional.los dueños como Santiago y Santi.lamentables.y muy caros. Además.si les pides algo y no les parece bien.ahí que llega Santiago y te pega una bronca.lo dicho.lamentable
Personal súper lento, y sobre todo olvidadizo, de las cosas que pedimos trajeron la mitad y de la otra mitad no se acordaban ni que la habíamos pedido, se te puede olvidar algo, pero 3 platos? Y apenas comimos para la cuenta tan cara! Lo siento pero no volveré.
Es uno de esos locales que siempre me llamó la atención, pero que por motivos extraños y hados del destino, nunca pude entrar en 15 años. Y así fue hasta el pasado viernes noche, en la que por fin fui con mi mujer y mi sobrino. Trato inmejorable, comida rica, diversos productos canarios y murcianos y un lugar agradable en el que disfrutar a un precio muy razonable. Si puedes ir, no lo dudes, se está de lujo. Nosotros vamos a repetir seguro.
Me sorprendió la cuenta después de comer a base de deliciosos picoteos: pulpo, ensaladilla, patatas fritas frescas, asadillo manchego, buen jamón y excelente vino en una terraza estupenda. ¡A seguir igual con ese buen trato y ambiente!
Comida excelente, al igual que el servicio. Lo único que destacaría es que la señora que nos atendió, una profesional como la copa de un pino, quizás necesitaría un poco de apoyo para atender las mesas y no tener que pegarse esas palizas de trabajar