Bertiz Hotel

Llevo años viniendo a este rincón del mundo que me tiene enganchada y hasta hoy no había conocido este alojamiento que lo tiene todo.
Una ubicación inmejorable junto al Bidasoa y el puente y sendero de Erretparazea. Uno de los puntos más deliciosos de Bertiz.
Unos interiores bellísimos decorados con gusto sobrio y exquisito.
Y Kariñe, el alma de la casa, que cuida con esmero a sus huéspedes en cada detalle, empezando por el desayuno y siguiendo por todo lo demás a lo largo del día.

Altamente recomendable.
Palabra de Nekane, como me ha rebautizado ella.

Un hostal precioso en un entorno espectacular. La casona antigua, del siglo XV, está perfectamente restaurada, acondicionada y decorada, llena de detalles de un gusto exquisito, con espacios muy acogedores y amplias habitaciones. Kariñe, la propietaria, es súper simpática y servicial, un encanto de persona que ha contribuido decisivamente a que la estancia en su casa sea inolvidable. Si la vida me lo permite volveré, sin la menor duda.

Buscábamos un lugar tranquilo para desconectar y lo encontramos.
Un lugar mágico, el Hostal Bertiz está dentro de un enclave fascinante, lleno de historias y naturaleza que sobrecoge el espíritu.
La casa es maravillosa con mucho encanto y muy bien cuidada, de piedra y suelos de madera y todo ello se conjuga para hacerte sentir la energía de la casa y su antigüedad que hasta hoy permanece y se adivina en el alma.
La habitación espaciosa, acogedora y muy limpia. Casa llena de detalles y historia para el ojo observador y un lindo jardín.
El entorno de bosques, el río, los puentes de piedra, la bruma matinal, las noches estrelladas, todo en conjunto hace sentir su intensidad que realmente desconecta la mente del estrés diario.
Kariñe, la anfitriona, es un ser maravilloso que hace que la estancia sea inolvidable y, también está Iñigo, gran caballero con el que da mucho gusto conversar.
Os mandamos un gran abrazo, muchas gracias por vuestra simpatía y atención.
Leandro y Mònica
P. D, Kariñe echamos de menos tus tostadas. Volveremos!

Recomendable en todos los sentidos. Casona con mucha historia, repleta de muebles y recuerdos de antaño, bien conservados, en medio de un paraje muy tranquilo. El río colindante a la casa, acompaña a una estancia inmejorable. Gracias a Kariñe y a su hermano, por la hospitalidad.

Ha sido todo un descubrimiento, la zona preciosa con mucha magia, y la estancia maravillosa, tanto por Karine e Ignacio un trato muy cercano.
Un abrazo muy fuerte y hasta la próxima
Miryam

Una gozada hospedarse aquí. Nosotros lo hicimos a principios de agosto. Trato familiar por parte de su propietaria, Kariñe, que nos trató con mucho "kariño", dándonos indicaciones para visitar la zona. Se puede acceder al Señorío de Bértiz y a los jardines andando desde el hotel. Totalmente recomendable para repetir.

Mal señalizado, sin reserva, porque nadie cogía el teléfono, timbramos y se asoma una señora en la última ventana, muy borde, diciendo que está cerrado por vacaciones y que le quitemos el coche de la puerta.
Tengo claro QUE NO VUELVO

Donde se unen leyenda y naturaleza, a los pies del Señorío de Bertiz dominio de basajaun, se encuentra este precioso caserío donde el huésped se siente acogido y mimado. Paz, tranquilidad y Kariñe, gran anfitriona.
Gracias por tus cuidados, y gracias también a tu hermano por esas cervecitas acompañadas de grata conversación!

Todo perfecto, una hora después de salir ya echamos de menos estar en Baztán, en ese caserio con tanto encanto y sus dueños Kariñe e Iñigo que nos aconsejaron sobre la zona de maravilla y siempre con humor y amabilidad. Inolvidable, para repetir pronto
Megg (Regi) -Aizkolari (Pedro)

Hostal precioso con unas habitaciones enormes. El desayuno como en casa y que decir de kariñe, una mujer espectacular que te hace sentir como en casa y te aconseja sobre todo. El entorno fascinante

Muy recomendable, preciosa casa, habitaciones amplias y cómodas y desayuno buenísimo. Kariñe encantadora y pendiente de todos los detalles. Gracias!

Maravillosa casona cuidada con todo detalle. Habitación amplia, cama enorme y comodísima. Desayuno perfecto. Ubicación inmejorable para visitar el bosque de hayas de Bertiz (acceso andando) y toda la zona. Kariñe prepara unos desayunos estupendos, te orienta a rutas o paseos o zonas a visitar según tu interés. Su amabilidad es tan grande como la casa ;)
Un lugar muy especial lleno de magia y cuidado con un cariño que se siente en cada rincón.
¡Gracias, Kariñe, por todo! Volveré.

Espectacular ambiente en esta antigua casona remodelada con un gusto excelente por Kariñe, su propietaria. Habitaciones muy amplias, cómodas, limpias y preciosas. Desayuno muy completo, casero y buenisimo. Lo mejor el trato de Kariñe que te informa de todo lo de la zona. Acceso al parque desde el hotel. Es como sentirse en casa.

El lugar una pasada el alojamiento de 10 habitación amplia y la dueña una pasada de amabilidad, de guía y de profesionalidad sin duda volveremos porque se nos hizo corto un abrazo Cariñe

La dueña te hace sentir como en tu casa y es muy atenta.
Muy bien ubicado para las excursiones al parque natural y con parking propio.
Repetiríamos.

Un lloc preciós, una casa antiga amb encant, molt bons serveis, pàrquing, esmorzar.tan sols falta Wi-Fi. Un lloc ideal per visitar el Baztan i rodalies. La Kariñe amable i il.lustrada et donarà tota mena d'explicacions

Porque me pareció excelente?
Por lo dicho anteriormente y porque tanto Trini como yo, encontramos la paz y el descanso que buscábamos en un ambiente relajante, tranquilo y muy satisfactorio, siendo muy de agradecer el carácter empático de
Kariñe, su simpatía y su acogida.

Ideal para visitar el Señorío de Bertiz. Atravesando un puente se accede a un sendero precioso que discurre paralelo al río Bidasoa y en quince minutos estás en el Jardín de Bertiz.
Trato cercano y familiar. El desayuno personalizado.
Hostal en casona vasca reformada con gusto y habitación amplia y con encanto

Estuvimos muy agusto en él. Está a pocos metros de la entrada al Señorío de Bertiz pero sobretodo fue Kariñe, la anfitriona, quien se lleva todas las estrellas: agradable, comunicativa y dispuesta. Os lo recomiendo sin ninguna duda.

Ubicación inmejorable para visitar el Valle de Baztan y Parque Natural Bertiz, de este último a pie directamente. Un hostal con encanto, tranquilo y con un trato genial, amabilidad, disposición. Pàrquing gratuito. Sin duda repetiría.