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Lo lleva un italiano voluntarioso, pero el resultado es pobre. Los precios han crecido un montón, como si fuera un hotel de 2-3 estrellas. Pero la calidad es la de un albergue básico. Camas muy simples. Baño sencillo. Y el menú del peregrino más básico que encontramos. Lo mejor, los compañeros peregrinos.
Habitaciones sencillas, servicio agradable y cercano, la ubicación no está mal pero está fuera del centro urbano. Los que lo atienden son personas con ganas de compartir momentos agradables y únicos
El mejor alojamiento de El Camino hasta el momento. Abierto todo el año, 12 €/persona, desayuno, cena, bar, jardín bajo petición. El anfitrión es muy amable y servicial. Solo puedo recomendarlo
Limpio, buen trato y el dueño se ha esforzado en facilitarnos las cosas con los niños. No hemos pasado nada de frío en la habitación y en la zona del comedor nos ha cerrado un espacio para poder desayunar calentitos. Además el pueblo es muy bonito, se puede ver el centro andando desde el albergue.