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La casa Aransay I esta todo muy nuevo y se nota que sus dueños ponen todo su empeño en cuidar todos los detalles. La planta baja con el salón y cocina muy espaciosos y las habitaciones en planta superior muy acogedoras y mucha luz. Los aseos también muy bien cuidados y todo muy limpio. La casa está en el centro de un pueblo muy tranquilo. Muy recomendable.
Estuvimos del 19 al 24 de Agosto dos parejas con nuestras hijas; la casa era preciosa y con una magnífica restauración, muy limpia, cómoda y bien preparada. Los colchones comodísimos y el sofá cómodo y disfrutamos de la inmensa y barbacoa. Bien situada y fácil de aparcar (en la puerta). El pueblo tiene muchas posibilidades para actividades de montaña y tiene un bar-restaurante con bastante ambiente. Lourdes, la dueña, un encanto y su madre un cielo. Nos gustaría volver.
Creo que es la mejor casa rural en la que he estado (y posiblemente esté). Decoración muy cuidada, llena de preciosos detalles en cada rincón. Habitaciones cómodas y acogedoras. A destacar: su sauna integrada en la roca, increíble a la par que curiosa. Los alrededores de la casa con unas vistas espectaculares del valle, zona verde para jugar o descansar y ese columpio del árbol que te hace sentir como la mismísima Heidi balanceándose en las nubes. Estoy deseando volver.
La dueña apañadisima, y la casa muy bien arreglada, equipada y limpia. Nos recibieron con una botella de vino para la primera cena. Buena relación calidad-precio.
Una acogedora casa, amueblada y equipada con todo lo que puedas necesitar. Y si algo te falta Josefina, con una gran sonrisa, hará lo posible para proporcionartelo. En un pueblo tranquilo, rodeado de naturaleza y situado en una zona estupenda, a mitad camino entre Santo Domingo y Ezcaray.