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Imposible estar más en el centro de un municipio. En la línea de excelencia de Paradores. Si bien el edificio por fuera no es un espectáculo a la vista, su interior sí.
Un lugar acogedor y situado en el centro de Santo Domingo de la Calzada, al lado de la Catedral y de su torre exenta. Zona peatonal por donde se puede acceder a la zona monumental. El Parador está decorado en estilo rústico y del siglo XIX, en los antiguos pabellones de caza. Visitado por numerosos peregrinos extranjeros. El comedor sobrio y no recargado. Durante dos días el menú de la cena se repitió pero la comida, en general, bien. El personal muy atento y amable, siempre intentando ayudar. Hay aparcamiento interior, a 16€ la noche, y exterior a 8€ la noche, en mi opinión un poco caro. No es de los Paradores más lujosos pero adecuado al entorno.
Un descanso excelente en el Parador de Santo Domingo de la Calzada después de un día de turismo por La Rioja. Es una ciudad muy interesante por su historia unida al Camino de Santiago y también por sus monumentos. La entrada a la sala principal del Parador, antiguo hospital de peregrinos, es impresionante. El trato y los servicios, como siempre, excelentes.
Como amiga de los Paradores que soy tengo que decir que el trato estupendo el servicio lo mismo, unas personas muy amables, el sitio inmejorable, en pleno centro junto a la Catedral. Se cena muy bien productos de calidad y bien cocinados. Que más se puede pedir? Pues visitenlo sin falta.
La ubicación del Parador es excepcional, frente a la catedral de Santo Domingo de la Calzada. El parking que ofrece el parador es muy caro, 8 euros al aire libre, 16 a cubierto. A 300 metros escasos andando, en una avenida muy concurrida con muchas terrazas, aparcamiento gratis. Salvo que no tengan parking para todos los clientes, debería ser gratuito ya que es una zona peatonal de difícil acceso. Las habitaciones necesitan un cambio urgente de todo el mobiliario, es del siglo XIX, desfasado, pasado de moda, anticuado, quizá a los extranjeros les guste, pero incluso lo dudo. El cambio de mobiliario incluye la puerta de la habitación, el armario, cortinajes, etc, etc.todo ello del siglo XIX. Los colchones y lencería de cama de excepcional calidad. Algunas habitaciones tienen vistas lamentables, creo que todas las del pasillo 212 a 218 que deberían ser más baratas por las vistas a un patio interior. El desayuno muy bueno y el servicio del desayuno y recepción muy amable y eficaz. El agua del desayuno no es mineral, se han inventado algo como agua filtrada (del grifo) y el sistema de las cafeteras de cápsulas no es el mejor, se pierde una de cada tres cápsulas. Si no me dieran habitación mirando a la catedral, no volvería, por lo menos mientras no cambiaran el mobiliario.
Molt bonic. Val la pena entrar i pendre alguna cosa. El bar no és cap cosa però pots gaudir de la teva beguda a la sala de davant de la recepció, un edifici històric molt bonic.
Todo bien, como siempre en Paradores, buen servicio, comodidad y buena comida. Este en particular debería ofrecer algo más a medida para peregrinos del Camino Francés (aparte del descuento) : horarios más tempranos para las comidas, no los típicos españoles. Los que salimos temprano no podemos estar esperando hasta a las 9 de la noche para cenar. Lo demás, todo muy bien
El Parador destila historia. Encantador. Todo impecable en todo momento y un desayuno más que completo. Primera vez en un Parador y si la genial atención recibida es la tónica en los demás Paradores, de seguro que repetiré. Enhorabuena a todo el personal.
Es verdad que había mucha gente en el bar, pero por primera vez en un parador y tras esperar más de 40 minutos sin atenderme, me levanté y me fui. Incluso me ofrecí a llevarme yo mismo las consumiciones pero me respondieron que ya me atenderían. Cosa que no ocurrió. Lástima, porque la atención en los Paradores suele ser excelente.
Este Parador es para disfrutarlo despacio, es tranquilo y ubicado en la plaza de la catedral. El personal de los comedores tanto en el desayuno como en la cena, extraordinarios profesionales. Los recepcionista amabilisimos y no nos tenemos que olvidar del personal de limpieza de habitaciones. Para volver.
El Hotel ocupa un antiguo hospital del siglo XII, levantado por Santo Domingo junto a la catedral para acoger a los peregrinos que recorrían el Camino de Santiago. Su estilo es regio y elegante, con salones majestuosos y un vestíbulo repleto de arcos góticos y artesonados de madera, nobles materiales y colores vistosos, azules y blancos. Un lugar tranquilo y agradable no sólo para hospedarse sino para hacer un alto en el camino y tomar algo en su cafetería y visitar la villa, agradable y hermosa, con casco antiguo armonioso alrededor de la catedral.
Un edificio singular, una atención exquisita y una habitación con todo lo necesario para recuperarse de la etapa. De lo mejor que podría esperar un peregrino al finalizar la jornada.
Como casi toda la red de esta cadena industrial, reutiliza algún edificio histórico para restaurarlo y reconvertirlo con gusto y respetando en la medida de lo posible el patrimonio heredado. Ofrece un excelente servicio, bien orientado a la satisfacción del cliente. Falta agilizar los tiempos de entrada y terminar el aparcamiento abierto. Mi valoración es un 8 sobre 10.
El parador està en el caso antonio, al lado de la Càtedra. En cuando al servidor de cafeteria es de lo mas lento. El desayuno no es bufet y después de ocho paradores que he visitada se me hizo muy extraño, y la verdad no me gust o.
Servicio de diez! Todo el personal es muy amable, nos hemos sentido muy agusto durante toda la estancia. El desayuno muy variado y muy rico. Comimos muy bien igualmente. Las habitaciones muy confortables. Esperamos volver a veros pronto!