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Menudo restaurante que conocimos ayer. Se puede decir en una palabra INCREÍBLE iiiiiiiii Servicio de 10 Comida 10+2 Seguir así que volveremos a visitaros.gracias al jefe y como no al gaditano Manuel. Todo un detalle que era el cumple de mi marido y salieron todos los chefff.contándole cumpleaños feliz. Un detallado.
Excelente experiencia con producto de cercanía y un modelo de puesta en valor del territorio. Si vas a La Rioja merece la pena desviarse del circuito habitual para disfrutar del compromiso de estas gentes
El restaurante la Alameda de Pipaona es un restaurante fantástico. Cuenta con dos locales diferentes. A la entrada del pueblo desde los molinos de ocon se sitúa el local de verano, muy amplio y con jardines. Nosotros estuvimos en el local de invierno, que se encuentra en la parte alta del pueblo, entre el fronton y la iglesia. No tiene pérdida. Acudimos sin reserva pero después de esperar no más de 15 minutos, muy amablemente nos llevaron a una mesa. Los camareros son muy amables y atentos con los comensales. La comida perfecta. Todo estaba muy bueno y con una atención excelente. Comimos un menú de cabrito y otro de cochinillo. Ambos excelentes. Para empezar entremeses con una tabla de productos típicos riojanos deliciosos. A continuación varios tipos de croquetas en su punto y muy ricas. Despues una ensalada, donde destacaremos el aceite de oliva extra virgen de prensa en frío de La Rioja, nada que envidiarle a los aceites de Andalucía y Extremadura. Despues cada uno recibió su porción de la carne elegida. Cocción perfecta y presentación muy buena. El sabor riquísimo. Los postres son caseros y muy recomendables. El costo de 40 Euros cada menú, lo considero muy adecuado por la calidad de la comida, el producto y la buena atención recibida. Repetiré seguro de nuevo cuando esté por La Rioja. Es uno de mis restaurantes preferidos
Extraordinario, magnífico servicio y magnífica comida. La atención fue realmente extraordinaria. Sin duda repetiremos. Enhorabuena a todo el equipo, desde el personal de cocina hasta el personal de sala.
Hoy estuvimos por Pipaona y Valle de Ocon. Comimos cochinillo en el restaurante La Alameda! Un gustazo, muy rico todo y la atención inmejorable Volveremos!
El restaurante la Alameda de Pipaona es un restaurante fantástico. Cuenta con dos locales diferentes. A la entrada del pueblo desde los molinos de ocon se sitúa el local de verano, muy amplio y con jardines. Nosotros estuvimos en el local de invierno, que se encuentra en la parte alta del pueblo, entre el fronton y la iglesia. No tiene pérdida. Acudimos sin reserva pero después de esperar no más de 15 minutos, muy amablemente nos llevaron a una mesa. Los camareros son muy amables y atentos con los comensales. La comida perfecta. Todo estaba muy bueno y con una atención excelente. Comimos un menú de cabrito y otro de cochinillo. Ambos excelentes. Para empezar entremeses con una tabla de productos típicos riojanos deliciosos. A continuación varios tipos de croquetas en su punto y muy ricas. Despues una ensalada, donde destacaremos el aceite de oliva extra virgen de prensa en frío de La Rioja, nada que envidiarle a los aceites de Andalucía y Extremadura. Despues cada uno recibió su porción de la carne elegida. Cocción perfecta y presentación muy buena. El sabor riquísimo. Los postres son caseros y muy recomendables. El costo de 40 Euros cada menú, lo considero muy adecuado por la calidad de la comida, el producto y la buena atención recibida. Repetiré seguro de nuevo cuando esté por La Rioja.
Excelente opción para comer entre semana o fin de semana. Tienes una amplia carta disponible o en su defecto un buen menú del día de óptima calidad que cumple las expectativas de cualquier paladar. En general un restaurante muy recomendable si quieres comer bien con un equilibrado precio y calidad. Ah, y especial mención al camarero andaluz que es un auténtico crack.
Comimos el menú cochinillo, que estuvo muy bien. El personal muy atento y eficiente, a pesar de estar el comedor a rebosar. El único inconveniente es que nuestra mesa estaba situada junto a un grupo numerosisimo, y muy ruidoso. Fue un alivio salir al exterior De todas forma me gustaría repetir otro día y probar la carta.
El restaurante tiene un comedor de invierno, muy acogedor y con unas vistas al valle muy bellas. Pipaona acoge este lugar, en el que disfrutar de la especialidad, que es el Gorrín asado, así cómo el cabrito y el lechazo. El menú de cualquier de ellos es igual y está muy bien. También hay una buena carta para disfrutar de una gran comida en buena compañía.
Como siempre un lugar para ir, buena atención, buen servicio y buen producto Sis quieres comer un buen cochinillo este es tu sitio de referencia, no hace falta ir a Segovia ni a otro lugat
Un restaurante simplemente espectacular. El entorno es una maravilla de la naturaleza y la comida espectacular. Muy atentos y amables. Especial mencion al cochinillo.
Un restaurante con una localización muy bonita. El cochinillo, delicioso, con una calidad, preparación y gusto exquisitos. Absolutamente recomendable. El servicio impecable, la amabilidad de Manuel inmejorable. Los dueños Blanca y Blas, muy agradables. Volveremos sin dudarlo
Nos han llevado unos amigos y el sitio es espectacular. El servicio y la atención de 10 Tienen producto del entorno, las verduras impresionantes y el cochinillo increíble. Si tenemos oportunidad, volveremos sin dudarlo.
Hemos estado como en casa, una atención maravillosa y mejores personas. SÚPER recomendable. Vinos de la zona a un precio inmejorable y una cocina con un nivel culinario sensacional, con gran variedad de platos y opciones. Volveremos por aquí en cuanto podamos. Muchísimas gracias
Muy a gusto. Probé una vez y cada poco tiempo repetimos. La cocina excelente, y la relación calidad precio muy por encima de lo poco que se paga. Pero sobretodo el trato, como comer con tu familia vaya.
Maravilloso restaurante, tiene un comedor en verano totalmente integrado en la naturaleza con todas las comodidades. La cocina muy bien trabajada con una relación calidad precio fabulosa. El cochinillo es el plato estrella del restaurante y realmente es impresionante. Muy recomendable.
Muy mal… Suelo salir de vez en cuando por la zona de paseo con mi perro y hoy pare a comer en el restaurante de la Alameda de Pipaona, el que está a la entrada del pueblo en la propia alameda, no el que está en la plaza del pueblo. Evidentemente lo primero que me dijeron, es que no podía pasar con mi mascota al comedor. Comedor semiabierto al exterior dividido por unas mamparas de cristal pero que ahora con el calor están abiertas. Son sus normas… un poco retrogradas… No obstante, me ofrecieron comer en una mesa en la zona de la barra donde podía estar con mi mascota, a lo que acepte teniendo en cuenta la poca oferta de la zona y los calores. Me ofrecieron verbalmente el menú del día, que en un principio me pareció correcto y pedí lentejas estofadas y carrillera de cerdo asada. Por cierto, no me ofrecieron carta ni me informaron del precio del menú. No tiene importancia si todo sale bien. Fueron rápidos y correctos con los dos primeros platos, pero empezaron a llegar clientes y niños pidiendo helados y chuches y se olvidaron completamente de mí. Media hora después de terminar el segundo, obste por levantarme y pedir la cuenta. Evidentemente tuve les comunique mis quejas, aunque tuve que pagar el menú completo. La comida estaba mal cocinada, lentejas sosas y sin sabor y el segundo, unas carrilleras que parecían estaban mal descongeladas sin sabor alguno. En resumidas cuentas, la cocina deja mucho que desear y muy mal atendido por los camareros. Sitio poco recomendable.
Excelente su cochinillo. Aconsejo el vino joven de la casa. La calidad está muy acorde con el precio. Entre 35/45 € por comensal. En verano utilizan el restaurante que está en la parte baja del pueblo y en invierno, trasladan el restaurante a la parte alta del pueblo, entre el frontón y la iglesia, no tiene pérdida. Aparcamiento extenso en ambos lugares. Repito, este vino merece recalcarlo. Por el sabor y sus matices es muy fácil de confundir con un reserva.
Tiene la buena fama que se merece. El trato súper agradable, el servicio muy eficiente, la comida exquisita. Se nota cuando en un negocio así, se le pone el cariño que necesita, y más. Altamente recomendable!
Espectacular.fuimos dos días seguidos a comer y los dos días fue una experiencia maravillosa.recomiendo piparra en tempura.garbanzos.alubias.lechón y cochinillo.su tarta de queso y flan de turrón y su amabilidad a destacar. No dudes pasar si estás por la zona.reservar.
Ha sido un placer degustar los productos típicos de la zona aquí te ponen, embutidos y quesos, cochinillo, postres caseros, vino. Todo acompañado de un trato familiar y cercano. También pudimos disfrutar de la ceremonia del corte del cochinillo. Nos ha encantado todo!
Vinimos recomendados y fue un verdadero acierto. Entorno precioso y un restaurante de lujo, tanto por el menu en sí (cochinillo, por supuesto) como por el personal (Blanca, Blas y mi querido Manuel). ¿Qué si volveremos? Qué pregunta.:)
Cuidan y miman muchísimo el producto local. EL COCHINILLO está de muerte! El trato al cliente excelente, incluso salió el Chef a saludarnos! Volveremos!
Entorno natural, producto local y de proximidad de calidad con servicio cercano al cliente. Cocina casera con productos de temporada. Especialidad en asados y brasa.
Muy bien no es nada, lo siguiente, muy buena comida, se nota, que cocinan con mucho cariño, el trato familiar, me he sentido muy bien, no tenía ganas de marchar
Un restaurante precioso y muy bien situado junto a una alameda con merenderos para pasar el día muy buena atención por parte del servicio y una comida excelente PERFECTO
El restaurante correcto, viajamos desde Valencia, para conocerlo (le hicieron un reportaje en la vuelta) y lo mejor que nos llevamos es el vino, el resto normal.
A mi modesto entender tienen un menú degustación exquisito, eso si, no apto para vegetarianos, el tiramisú insuperable y un flam de café único. Un muy buen servicio completa una buena experiéncia. Grácias equipo de La Alameda.
Espectacular de bueno! Eso sí, con la calidad de los productos, todos de la zona y poniendo el alma en la cocina es fácil conseguir que todos los comensales queden más que satisfechos. Enhorabuena Blas por el trabajo que haces para dar a conocer esta tierra tan maravillosa.
Muy bien. Mesa bien presentada. Servicio-camareros, amables. Comida, muy digna. Comimos el menú (15 €) y todo estaba bueno. Los postres, caseros y muy ricos. El lugar, bonito, agradable
Que gusto da ir a comer ahí, simpatía, amabilidad, calidad y con qué buen gusto vendemos el valle. Una pega y no al restaurante, hablamos de la España vaciada, pero quién puede aventurarse a coger una casa para poder vivir allí (no sólo allí, en casi todas las zonas rurales), si las queremos vender a precio de capital. Quién puede, una familia media como yo no, que nuestra ilusión es apartarnos de la masificación y disfrutar de la naturaleza. Démosle una vuelta y no nos confundamos, no quiero una casita en el pueblo para alardear, la quiero para disfrutar de lo que veo cada vez que voy allá
Me pareció carisimo para lo que ofrecen. Hemos comido chuleta d vaca ya que decían que esta muy bien pero nos hemos llevado una gran decepción.estaba durísima con 4 patatas fritas crudas y llenos de aceite. Lo único que nos gustó fue el postre. Además la camarera (rubia) de la barra super borde. Nada recomendable
Es un sitio tranquilo, acogedor, rodeado de naturaleza y de un parque precioso. La comida es espectacular, conservadora y muy de la tierra. Su especialidad, el cochinillo, buenisimo Aconsejo visitar este sitio y su entorno, valle de ocon, a todos los viajeros y a toda la gente de la zona que no lo conozca. Van a quedar encantados.
Producto de calidad, todo riquísimo y sin tonterías; y a muy buen precio. Atención extraordinaria en un entorno privilegiado. Volveremos seguro. Gracias Blas y Equipo!
La comida es casera y muy buena. Utilizan productos de la zona de primera calidad. El día que estuvimos debieron tener algún problema de personal en el servicio, porque no daban a basto y la comida se alargó durante dos horas teniendo que esperar 45 minutos entre primer y segundo plato. Eso sí, el jefe de cocina fue mesa por mesa disculpándose personalmente por los inconvenientes.
Gran restaurante, con una comida de calidad. Servicio de camareros muy cercano y atentos. Una experiencia gastronómica de degustación de cochinillo y productos locales altamente recomendable. Tampoco hay que dejar de lado el entorno natural en el que se encuentra.
Un Restaurante ubicado en un lugar privilegiado del Valle de Ocón donde las vistas son espectaculares y dónde la comida es casera y está extraordinaria. El trato del personal es fantástico y dónde puedes reservar un cochinillo al horno que te chuparàs los dedos, sin duda una experiencia que no olvidarás fácilmente y que sin duda repetirás.
Very friendly - we were searching for a gourmet experience and we got an insiders tip for that place. About 100€ for 5 people (with a bottle of fine vine) for starter main and dessert! The 1 hour journey from our airbnb to the restaurant was well worth it! Typical castillian food with high quality regional organic ingredients!
La zona es muy bonita, en un pueblo con encanto, zona verde para hacer comidas campestres, caminar etc, en el restaurante se come muy bien, los dueños muy profesionales, un sitio para repetir.
Excelente calidad del producto del propio valle, y maestros asadores de lechón. Trato exquisito de Blanca, Blas, Jaime y todo el equipo. Estupenda relación calidad precio. They are especialized in grilled piglet. Good quality, price and excellent treatment.
El restaurante sé encontraba cerrado pero no así el chiringuito. Tienen pocas mesas. Mejor reservar. Casi todo el mundo pedía cochinillo. Lugar tranquilo
Tiene un encanto especial, el sitio, el pueblo, es perfecto para una buena cena o comida, un paseo y un día inolvidable. La comida esta riquisima, y su plato estrella k es el cochinillo es espectacular, tenéis k probarlo.
Un lugar donde comer muy bien, con un trato excelente en un entorno privilegiado. A veces las cosas más expectaculares están muy cerca de casa. Un gran descubrimiento