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Establecimiento de barrio situado junto a una de las vías con mayor tráfico de la ciudad. Gran dificultad de aparcamiento gratuito en proximidad.
Por el nombre daba a pensar que es un bar de toda la vida regentado por un señor cerca a jubilarse. Quizás lo fue, ya que actualmente está regentado por ciudadanos de origen chino.
En carta, propuestas de la tierra y típicas chinas.
Dispone de mediano comedor interior así como pequeña terraza exterior descubierta.
Un lugar para comer algo a un precio asequible, se agradece con la que está cayendo. Café con leche y tostada de tomate y aceite 2'30€. Para ser domingo había menú del día a 9'95€ que incluía entrante, plato principal, bebida y café. La comida, las raciones y el servicio más que aceptables.
Recomiendo ignorar todas aquellas opiniones que indican que no dan mas puntuación por quienes llevan el establecimiento, en mi experiencia con amigos, decir que tienen muy buen servicio y dueños amables ademas de una comida con muy buen sabor, recomiendo encarecidamente el plato de ternera con salsa de ostras es para chuparse los dedos
Bar regentados por chinos, son muy amables y atentos, para almorzar por la zona está muy bien y a buen precio. El pan está recién hecho y crujiente. Tiene variedad en el almuerzo. Hay que ir con tiempo porque a la hora de almorzar se llena de gente. El café muy bueno, se puede pagar con tarjeta, repetiría seguro.
Es el caso típico de bar traspasado a chinos. Está limpio y en precio como todo el mundo. Le daría una estrella más si el chico chino que atiende sonriese de vez en cuando.