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La comida es lo único que salva este bar-cafe. Para comer solo había un camarero atendiendo toda la terraza y no daba para mucho. Tuvimos que llamarlo para que nos atendiera. Tardaron en traer los vasos y la bebida. Nos trajeron los platos que pedimos antes de los cubiertos, que tuvimos que reclamarselo. Mucha gente se sentó y se fue porque no fueron atendidos. Les falta más profesionalidad en el servicio.
Fuimos con mi pareja. Casi nos vamos porque no venía nadie a atendernos. Los tiempos de espera muy largos y la comida mejorable. De hecho, mi chico pidió morro y estaba tan duro que lo dejamos intacto en el plato. Hago la salvedad con las patatas bravas. El camarero repitió en varias ocasiones que eran las mejores de Castellón y tengo que reconocer que estaban bastante bien, de hecho lo único que nos gustó.
Local grande y acogedor, con terraza. Situado en la Plaza Santa Clara, junto al Mercado Central. Las tapas y bocadillos, aunque no hay mucha variedad, están buenos y los trabajadores cumplen con el servicio.
Hemos ido esta mañana y los camareros tenían una resaca que no se la creían ni ellos, especialmente el chico latino joven que no tiene barba.súper poco profesionales, lentos y charlatanes; más de 20 minutos hasta que nos trajeran los cubiertos, ya que estaban "ocupados" hablando. Una vergüenza. Para no repetir.
I went there for a lunch: took more than 2 hours as the service had problems. Like the order could not memorise 2 menus (got back after 10 minutes to ask what was ordered), a half an hour later told me that what I ordered is not available. The food was too oily and also it could see that it was a fozen package from a store (not made there) just throw into the oil. When wanted to ask for the caffee, waited 20 minutes as the only waiter was eating.
Finally the bill was send back 3 times as every time there were some extras on it.
El personal nos atendió sin nada de ganas. No nos traían vasos para beber. Ni cubiertos para comer lo que pedimos mientras que a las mesas contiguas si. El lugar parece agradable y la comida sin elaborar ni presentación. Pero no dan ganas de volver con el destrato recibido.
Los camareros van a su bola, uno se centra mas en ligar que en hacer su trabajo, a otro le pides la cuenta y no la trae y por último el bocadillo de alioli sin alioli y las patatas bravas duras.