Club de Campo Onda

Sitio bastante bueno para estar de tranquileo, tiene de todo, pádel, piscina, gimnasio.y muchas cosas más, recomendable ir en estos veranos tan calurosos

Muy bueno todo recomiendo el bocadillo de tortilla con gambas al ajillo. Aún un pelín caro.

Un restaurante muy diferente vale la pena visitar para almorzar, comer.gran servicio y muy buena la sepia con champiñones.

Club esportiu privat. Pistes de tenis, padel, frontó i piscines. A les afores d'Onda. Restaurant

Todo perfecto menos el conserje, menudo impresentable, no se como una persona así puede estar trabajando cara al público.

Local muy amplio y moderno, pero también acogedor. Buen servicio de los camareros.
No pude hacer fotos, pero pedimos de tapas, sepia y mejillones, muy buenos los dos platos. Para comer, pedimos una paella que nos pusieron en la mesa, de las mejores paellas que he probado en Onda de restaurante. Calidad-precio buena.

Muy agradable y en medio de la montaña. Muy acogedor salvo que está algo lejos si no eres de Onda.

Excelentes instalaciones, hemos estado en un campeonato y todo súper controlado, desinfección, etc

Unas completas instalaciones en plena naturaleza, con unas vistas espectaculares y un servicio muy agradable

Me ha parecido muy interesante, por que tienen de todo! Para hacerte tú la paella ó torrar carne es una maravilla, y por supuesto tiene un restaurante de categoría! Que tienen mucha variedad de platos, también para hacer, eventos es muy amplio, bueno de 10

Muy bonito y limpio, le pongo una estrella por el antipático camarero del restaurante, mal educado y prepotente, para ser una persona mayor que poca educación!

Un sitio muy bonito, con unas instalaciones muy chulas, y el restaurante también está muy bien con su terraza

En el restaurante (que es donde yo estuve) se come bien. Para usar las instalaciones del club hay que ser socio.

Un buen lugar para celebrar acontecimientos y los pequeños jueguen. Además de tener un sitio para hacer barbacoas, jugar al tenis/pádel, piscina.

El sitio, muy agradable con la piscina, las hamacas y la sombra.
El restaurante, penoso. Las camareras no nos hicieron ni caso la primera hora desde que noa sentamos.
Una hora y media de espera para comer, con reserva, solo porque no íbamos a comer arroz, que es lo que les interesaba vender.
Hasta que no se comieron todos los comensales, incluídos los que llegaron después que nosotros, su arroz, no nos sacaron nuestra comida, bocadillos calientes, tapas y ensalada.
Eso sí, bocadillos enormes. Y el propietario y cocinero salió a disculparse y nos invitó al postre (delicioso). Pero no valió la pena la espera.