Gimeno Abad José Ignacio

Antipático, no explica nada, no tiene empatia con el.paciente, fui con una fisura en el dedo y ni siquiera me examinó el dedo.
No vuelvo.

He tenido una mala experiencia, desde el principio no fue muy agradable, no me explicaba absolutamente nada de lo que me iba a hacer, tenía que ir haciéndole preguntas y sus respuestas eran bastante escuetas. Lo peor vino después, cuando volví a entrar para solicitarle un informe que me hacía falta para la aseguradora y empezó a darme voces, diciendo que eran tontos y que no se enteraban de nada. Hasta ahí llegué, le dije que me estaba faltando al respeto a mi y a los agentes de la aseguradora y me marché.
En realidad es lo mejor que me podía pasar, pq después me he informado acerca de este señor y no parece muy buen profesional. Me hizo un favor, al no tener que dejar mi rodilla en sus manos.

Teníamos experiencia horrible, el doctor no hay profesionalismo y no atención al cliente. Mi hija tiene mucho dolor y el problema con su pierna pero el doctor no prescribió nada. El cumple sus deberes con mucha formalidad

Inepto y peligroso. De pequeña tenía osteomielitis crónica de las dos tibias, reconsultamos en numerosas ocasiones, yo yendo coja durante 5 meses que hasta acabó repercutiendo en la cadera, y lo único que se dignó a hacer fue una radiografía y una analítica, que como fueron normales, decidió acusarme hasta de celos a mi hermana antes que hacerme otra prueba. Gracias a ir a otro médico me hicieron una resonancia y me salvaron las piernas. Mis padres tendrían que haberlo denunciado, pero con lo mal que lo pasaron no lo hicieron. Por lo menos me queda escribir la reseña que se merece.

Poca profesionalidad y trato hacia el paciente por parte del Doctor. Acudí con una fractura pequeña de la rótula y me escayolaron toda la pierna desde el muslo hasta el pie, teniendo que pincharme todos los días para evitar problemas con la circulación sanguínea de la pierna.
Resumiendo mucho, me dice que tengo que estar sin moverme y con reposo y que movimientos los justos, que se me podía "desplazar la rótula" y que nos veíamos en 5 semanas.
Después de 3 semanas decido ir a otro traumatólogo y la opinión es completamente diferente. Me dicen que puedo andar e ir moviendo poco a poco la rodilla, que puedo pasear, hacer movimientos en la piscina e incluso bici estática!

En fin, un diagnóstico a la antigua usanza, escayola y reposo absoluto además de unas formas de decir las cosas que dejan mucho que desear.

Gracias por solucionarme mi problema de lumbalgia y mi rodilla chunga. Si no es por ti de verdad que no se que hacer. Muchas gracias

Es vergonzoso el trato con el paciente por la indiferencia y la dejadez con la que hace su trabajo. Le da igual que la operación haya salido mal. Una vez te opera se desentiende totalmente negándose a realizar un seguimiento aunque sea con test de movilidad para saber si todo va bien. En mi caso no fué bién y me estoy teniendo que buscar la vida con otros profesionales ya que el no se responsabiliza, no sólo eso, sinó que el último informe que me hizo puso que estaba todo bien para lavarse las manos. De lo peor que he visto!

Vergonzoso y humillante el trato de este señor.

Te trata con una apatía que demuestra que más que su profesionalidad le mueven otros intereses.
Me opera del túnel Carpiano en diciembre y el mismo día de la operación me da el alta, le pido recomendaciones postoperatorias y me dice que no hay ninguna.
Acudo varias veces a su consulta con los dedos inflamados y dolores pidiéndole rehabilitación y me invita a irme con una sonrisa que me hacía sentirme fatal, eso sí entrego tarjeta.
Me tengo que buscar un fisio privado para hacerme rehabilitación porque la mano está peor, no solo se me duerme por la noche, por el día se me entumecen los dedos y se me engatilla el pulgar.
Empieza mi calvario. Busco otro trauma y hoy me dan las pruebas y como sospechaba.
Túnel carpiano moderado en la mano operada. Tengo que volver a operarme.

De los peores profesionales que me he cruzado en mi vida. Empatía nula, prepotencia y ninguna preocupación por el cuidado del paciente. Es una pena ver personas dedicadas a la sanidad que han bajado los brazos de esta forma y ya no sienten nada cercano a la pasión por su trabajo.