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En primer lugar he de decir que la comida no está mal, no es para tirar cohetes pero no es lo peor que tiene.
En segundo lugar el ambiente, tiene una terraza excepcional, grande, espaciosa y en un entorno muy bueno pero la tiene muy dejada y eso que es parte del club social Gormaig, de no ser así, ni me lo imagino. Mesas sobrantes amontonadas en una esquina, cubos con restos de obras por en medio, basura a la vista con gatos merodeando.
El servicio es horrible, camareras sin experiencia que no tiene ni idea de la carta y un responsable de otra época. No tiene carta escrita, te canta los platos y obviamente no te da precios, continuamente sentado con los clientes mientras tratas de encontrar alguien que te atienda.
Preguntamos como era el servicio, si se trataba de un menú cerrado o era a carta. Nos dice que tiene carta pero no escrita. Pedimos unos cuantos platos para compartir y un cubo de cervezas que te sacaban sin pedirlo. Finalmente nos saca la cuenta y el detalle es 4 menús, después de haberlo hablado. Cuando se lo dijimos tardaron un buen rato, pues estaban ajustando los precios para que el resultado final se pareciera al que se había inventado y sorprendentemente más alto alegando que si es menu sale mejor. Con esto quedaron unos precios bastante locos.
Al pagar le comentamos que no nos parecía bien y sus respuestas fueron fatales: lo siento, estos son nuestros precios, no tengo porque tener carta y si no vete por ahí a comprobarlo.
En fin, después de todo te vas con muy mala sensación y una experiencia mala.
No volveremos. A lo mejor si vas y ese día sale cara y te vas contento, yo no probaré suerte.