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Mi única queja de este centro es Carlos Vidal Porcar, gerente de Life E-Fitness House (Castellón). Todo ocurrió cuando después de haber avisado al centro el miércoles 17 de octubre de que seguramente no iría a entrenar al día siguiente porque se había activado la alerta roja por lluvia, a él no le pareció bien porque "no llovía lo suficiente". Por este motivo, sin haber faltado nunca a los entrenamientos y aún habiéndole dicho que yo asumía el coste de la clase perdida, me tachó, con otras palabras, de irresponsable y de falta de compromiso. Desde mi punto de vista, esta persona carece de ciertas características que conlleva su cargo: no tiene empatía ni humildad, es soberbio, altanero y maleducado (no deja hablar a los demás si algo no le parece bien) y no tiene en cuenta la conciliación familiar ni la vida personal de sus clientes, ya que no somos números ni estadísticas de asistencia.