Masía Heredad La Boquilla

Ubicada en un entorno natural impresionante, la Masía Heredad la Boquilla ofrece a sus visitantes un paraje encantador que invita a la relajación y el contacto con la naturaleza. La decoración de la masía es una combinación perfecta de muebles de madera maciza, una acogedora chimenea y elegantes vigas de madera, creando un ambiente cálido y atractivo.

El servicio de wifi es destacable, brindando a los huéspedes una conexión estable y eficiente. Además, la amabilidad de los caseros contribuye positivamente a la experiencia del visitante, creando un ambiente acogedor y amistoso. Las camas, nórdicos y almohadas proporcionan un descanso óptimo, y la calefacción asegura un confort constante durante la estancia.

Sin embargo, algunos aspectos podrían mejorar. Se observó una toalla manchada a la entrada y un nivel general de limpieza que deja algo que desear, con suciedad en superficies, manchas en asientos y manteles, así como un espejo sucio. La falta de papel higiénico para una estancia de una semana y una infestación de moscas en la habitación también fueron inconvenientes notables.

El baño, con una disposición abierta aparentemente improvisada sin paredes ni puerta, presenta problemas de drenaje que provocan que el agua se derrame constantemente en el suelo de madera. Además, el tiempo excesivo que tarda el agua en calentarse resulta poco ecológico, requiriendo que se deje el grifo abierto durante varios minutos antes de obtener agua caliente. Se evidenció también una fuga de agua debajo del lavabo.

En cuanto al equipamiento, se encontró que el menaje de platos y utensilios estaba incompleto, con un número limitado de vasos y platos de un solo tipo. Además, se notó una falta de estándares de higiene en la cocina del restaurante, lo que puede afectar la percepción de calidad del servicio gastronómico.

Por último, a pesar de encontrarse en un entorno natural tranquilo, se señala que la paz de vez en cuando se ve afectada por el ruido generado por los caseros, especialmente por las mañanas, lo que dificulta el descanso adecuado de los visitantes.

En resumen, la Masía Heredad la Boquilla ofrece un entorno hermoso y algunas comodidades notables, pero aspectos como la limpieza, el mantenimiento de instalaciones y la gestión del ruido podrían mejorar para garantizar una experiencia más completa y satisfactoria para los huéspedes.

Lugar increíble para desconectar y pasar un tiempo en el campo, la actividad principal es el senderismo. Ideal para ir con perro. Servicio y comunicación excelentes.
Comida de calidad, toque casero.
Impera la tranquilidad, así que es ideal para descansar.

Un enorme finca de olivos en un maravilloso valle. La Masía, muy bien rehabilitada, dispone de diferentes estancias con varias capacidades. Nos alojamos en el estudio, con un pequeño patio con tumbonas y una terraza con una vista increíble. Perfecto para descansar y vivir el silencio. Gracias a Teresa y Vicente por su amabilidad.

Masia con mucho encanto ideal para desconectar, descansar y relajarse. Todo muy cuidado. El trato por parte de los dueños Javier y Teresa genial. La recomiendo y volveremos.

Pasamos unos días en familia durante la Semana Santa. Un lugar apartado pero rodeado de unas vistas estupendas, ideal para disfrutar de la naturaleza y para visitar con niños o grupo de amigos y desconectar. Los anfitriones Teresa y Javier fueron súper atentos y amables. 100 % recomendable

El entorno expetacular, desconexión total, comida exista casera y abundante, los postres increíbles!
La casa una maravilla, muy cuidada y con todos los detalles, los dueños Javier y teresa superamables.repetiremos sin duda. Un 10

Experiencia de 10. Estuvimos alojados en el loft y nos encantó, es muy acogedor.

Tiene una cocina y barbacoa donde puedes prepararte tus comidas, está todo muy bien equipado con todo lo necesario para estar allí.
Sin embargo, los dueños nos prepararon desayunos y comidas muy buenas y caseras, no les faltó detalle.

El alojamiento se enclava en un valle privado donde se respira tranquilidad. Hay rutas donde puedes pasear y ver las preciosas vistas desde la montaña así como disfrutar de la desconexión, incluso llegamos a ver animales como cabras o cervatillos.

En los alrededores de la casa tienen caballos, gallinas y patos para que puedas ir a disfrutar de la estancia de campo/montaña al 100%.

Por último, nos gustaría destacar la excelente atención que nos han dado Teresa y Javier, sin ellos la experiencia no hubiese sido la misma. Desde luego que si tenemos la oportunidad, repetiremos.

Un lugar donde desconectar. Estuvimos en el Loft y nos encantó. Nos recibieron con la chimenea encendida, música de fondo y fueron muy atentos. El desayuno servido en la habitación, todo un detalle, todo recien hecho y casero.

Lugar muy acogedor en plena naturaleza ideal para desconectar unos días del bullicio de la ciudad.
Javier (el dueño) muy atento y encantador con nosotros.
La comida, buenas raciones y de calidad.
Las habitaciones, muy bien equipadas y acogedoras. La nuestra en particular tenía nuestra pequeña piscina privada, cocina completa y su chimenea.

Un lugar apartado con mucho encanto, perfecto para desconectar. Un servicio de 10. Te ofrece la posibilidad de prepararte tú la comida (no pienses que comprarás en el pueblo, porque mejor no moverte de allí), pero también te pueden preparar tanto Javier como Teresa la comida y quedarás encantado. La casa rural que estuvimos nosotros era una preciosidad con piscinita independiente. Tienen una pequeña granja y una balsa de riego con patos, perfecto si vas con niños. Seguro que volveremos porque estuvimos muy a gusto.

Cuando llegamos no nos imaginamos que estaríamos tan agusto, el anfitrión Javier un 10, un hombre estupendo, a Teresa no la vimos pero muy atenta a cualquier cosa por teléfono, la casa impresionante, salimos a dar un paseo y estaban los caballos sueltos, un lujo, nuestros perros
tambien lo pasaron en grande, noches frescas, mucha tranquilidad, totalmente recomendable.

Un lugar para desconectar y disfrutar de la naturaleza, con unos anfitriones muy atentos y amables, que te explican, ayudan y se desviven para que la estancia estancia sea perfecta.
La masía es preciosa y tiene muchos rincones que disfrutar, si vas con peques se lo pasan bomba viendo a los patos, gallinas y caballos. Además se agradece eternamente el poder alojarse con perro.
Una experiencia para repetir, y sin dudar volveríamos a pedir una y otra vez la paella que tan buena que le sale a Javier junto el brownie casero de Teresa, un espectáculo. Volveremos seguro!

Un fin de semana espectacular, se quedó asta corto. Si necesitas relajarte, despejarte de todo… este es tu lugar. Los anfitriones excelentes y siempre atentos a todo. Nos prepararon el desayuno y no les faltó detalle. Recomendado 100%

Lugar perfecto para una desconexion total. La casa completamente equipada, el silencio, el entorno, la amabilidad y atención de su propietario, lo mejor.

Estuvimos la semana pasada. Seguro que repetiremos. Dos adultos y un niño de cinco.años. El peque disfruto muchísimo. Monto a caballo, lo cepillo y le dio de comer. Atención súper calida y atenta en todo momento. Los anfitriones de la casas Javi y Teresa majísimos. La habitación preciosa y al llegar ya teníamos la chimenea de la habitación encendida. Desayuno, comida y cena abundante y de calidad. Productos de la huerta. Desconectamos totalmente. Se nos hizo muy muy corto. Repetiremos

Un hotel rural perfecto para ir en pareja, con amigos o con mascotas. Está en un lugar apartado, perfecto para hacer senderismo. El personal es súper amable. Preparan comidas y cenas si se pide con antelación, y nos prepararon una paella de verduras con leña espectacular. Muy recomendable, seguramente volveremos.

Un fantástico lugar, lleno de encanto y magia. Teresa y Javier son unos anfitriones increíbles, cuidan cada detalle para que pases una estancia única e inigualable. Recomendable a todos los niveles, estancia, comida, aceite propio con una calidad excepcional. Enhorabuena!

Un lugar perfecto para descontar y disfrutar de la naturaleza.
Javier y Teresa fueron muy amables en todo momento.
Sin duda, repetiremos la experiencia.

Lo mejor de esta casa es el enclave. Aislada en la montaña, los alrededores son preciosos y se respira tranquilidad. Tiene varios caballos, dos de ellos libres y pastando por la zona, y un embalse con patos. Los apartamentos están muy bien, muy cómodos y con una decoración muy diferente a lo que nos tienen acostumbrados las casas rurales. Estuvimos dos noches con media pensión y tanto desayuno como cena han sido exquisitos y muy abundantes. Pero si quieres hacerte la comida, la cocina está equipada con horno, fuegos y nevera. Todo muy bien.

Genial, un sitio para desconectar, al margen de poder ir libremente caminando se puede disfrutar de los caballos. Y también poder disfrutar y degustar entre otras cosas de su especial casero aceite de oliva. Un deleite! Para volver sin dudar

Estuvimos alojados tres parejas durante 6 días, y en nombre de todos puedo decir que ha sido una estancia espectacular.

Todo superó las expectativas: una casa preciosa, muy amplia pero acogedora, decorada al detalle, con muchísimo menaje y zonas comunes tan cómodas que a veces no apetece ni salir de la casa.
Situada en un enclave inmejorable en medio de la naturaleza, se respira paz desde el primer contacto.

Un valor añadido es la cordialidad de los propietarios del alojamiento, Teresa y Javier Andrés, cuyo trato cercano y cordial hizo tanto de la reserva y la estancia algo tan fácil que, sin duda, repetiremos.

En definitiva, un diez.

Muchísimas gracias por la experiencia, nos veremos pronto.

Lugar inmejorable para pasar unos días en familia y sobre todo con niños, cada rincón de la casa y de la parcela tienen un gran encanto, volveriamos o mejor dicho volveremos encantados otra vez, tienen todo, pero todo, lo que necesitas para cocinar, descansar, desconectar, en fin, un lugar maravilloso, destacar la atención del dueño, Javier, que nada más llegar nos trató como si estuvieramos en nuestra propia casa, y como no, los caseros que estuvieron pendientes de que nada nos faltara en ningún momento, muchas gracias,

Hemos estado 8 amigos este fin de semana en la Masía, y es sin lugar a dudas una de las casas rurales más espectaculares en la que he estado, y han sido muchas. El trato de los dueños es impecable, si necesitas o tienes cualquier problema lo solucionan al momento y sin problema, nos regalaron aceite de su propia cosecha, nos dieron agua pues la casa está en un entorno absolutamente rural, es decir, si de verdad deseas desconectar del mundo, no creo que hay un lugar mejor, la casa está sola en mitad de un valle en lo alto de una montaña, alrededor solamente hay naturaleza y animales. La decoración de la casa es maravillosa y las instalaciones y servicios que tiene para lo alejada que está, es digno de admirar. Una relación calidad-tamaño-precio insuperable

Sinceramente la mejor masía en la que he estado. Lugar increíble, con unas vistas preciosas. Los interiores son asombrosos, así como los caseros de 10. Cada rincón es único, mires donde mires hay detalles. El taller del aceite muy interesante, y las excursiones por el monte en caballo también. Recomendado 100% para pasar un finde con amigos, familia e incluso viajes de empresa.

Gente encantadora y resort para disfrutar de la naturaleza y aprender todo sobre los olivos y el aceite.

Genial! Un lugar tranquilo y agradable. Hemos pasado unos días de reencuentro con la familia. Es un lugar que realmente te hace desconectar, pese a tener WIFI. La atención por parte de los cuidadores ha sido muy buena. Volveremos!

Estuvimos este fin de semana, celebrando mi despedida de soltera, y supero todas mis expectativas, un lugar tranquilo para poder disfrutar.

Me faltan estrellas para valorar el lugar, la casa, los detalles, la decoración, la limpieza, los caballos, el huerto, la granjita, la calma, la atención, el entorno, el aceite que allí se cultiva, etc, etc, etc.
Ha superado todas mis expectativas que no eran pequeñas. Hemos pasado unos días en familia geniales por un precios más que aceptable y la musaka a la búlgara de Rumi espectacular.
Gracias Javier por abrir las puertas de su casa y poder disfrutar de un lugar que enriquece el alma, el estómago y la vista.
Espero hacer de una tradición esta escapada y volver a visitarlo
Muy pero que muy recomendable

Un lugar muy bonito y acogedor en el que perderse un fin de semana con familia y amigos. Casa muy limpia y amplia. Cocina moderna y espaciosa. Fuimos un fin de semana toda la familia con niños, elegimos el menú de cabrito de pastoreo para comer q está delicioso. Y tanto niños como mayores pudimos montar a caballo. Lo malo, el camino de acceso y que nos quedamos algo cortos con el agua caliente.

Un hotel al que hay que ir si o si además de probar su aceite de oliva extra que es frutado e intenso.