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Es un sitio muy bonito en plena naturaleza. Tiene un puente de piedra, mesas y bancos de madera donde se puede comer bajo la sombra de los árboles, y columpios para que los niños puedan jugar. Además desde el merendero empieza una senda que te lleva a la montaña y a varias fuentes. Es un sitio muy tranquilo, con poca gente.
Se ha mejorado el parque de los niños aunque se podrían poner más sombras ya que los niños se achicharran. La parte de arriba da mucha pena, esta muy descuidado y no dan ganas de ir y eso que hace años siempre estaba lleno de gente.
Hay algunos bancos con sombra y la fuente con agua fresca y supongo que potable pues no hay cartel que indique que no lo es pero lo malo es que NO hay mesas.