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Local ampli, net i acollidor. Gran varietat de pastes. La coca de brossat, o "requesón", memorable, així com les pastes salades. Recomanable i per repetir!
Tras aspecto de una clásica panadería de pueblo se esconde una pizzería. El local y decoración del restaurante no lo puedo evaluar por que siempre he pedido para recoger. En la actualidad con la pandemia estaban poniendo las mesas en el exterior y recordando a la gente que máximo 10 por mesa. En éste último pedido llame y en principio me daban para recoger en hora y media pero al ser una pizza y unas croquetas aún me dijeron que pasase en 35 min. Se retrasaron 5 min.teniendo en cuenta que eran las fiestas y que iban a tope lo consideré que fue poco tiempo, así que no lo considero un problema. Pedimos mitad de salmón y mitad de la plaça major, las dos partes muy gustosas, me sorprendió las láminas de manzana en la pizza junto a las nueces. La croquetas eran cremositas y una buena variedad. La atención fue correcta en todo momento.
La pizza corriente, incluso para un pueblo de interior; la masa parece industrial, pero con hambre, se dejaba comer; la lasagna pésima y la porción muy justa. Pésimo trato, incluso con muy poco aforo, aunque percibi que no era el mismo con los habituales.el cliente, aunque esté de paso, se merece un saludo de llegada y otro de despedida por parte de los propietarios, que ni siquiera nos dieron las gracias a la hora de pagar. Aunque voy a menudo por la región, no pienso volver.