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Anoche pedimos una lubina en costra de sal que nos fue presentada desmenuzada una vez cortada de la espalda. Decepcionante, sobre todo porque es un lugar que apreciamos y por el que viajamos una hora por carretera para llegar. Quizás a algunos les vendría bien unas prácticas en el departamento de pescado de Mercadona, para aprender a filetear un pescado. Luego, el ramo final, dos músicos hicieron inaudible cualquier conversación, conclusión: ¡¡¡malas noches!
Muy buena propuesta para comer y en un ambiente tranquilo y agradable. Recomendable la tarta de chocolate con helado de galleta. La berenjena con salmorejo, las piparras y el arroz negro con sepia y alcachofa, también espectaculares. Muy recomendable.