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Desaconsejo totalmente este lugar, en especial para personas que tengan dependencia severa, son “clientes” que no les interesa por las cargas de trabajo y atención adicional que les supone. El caos impera por doquier, desorganización evidente, negligencias continuas, falta de respeto con los familiares incluso de edad avanzada, deshumanización, no dejan constancia escrita de las negligencias que cometen, ocultación que aprovecha la Dirección para escudarse y acusar de mentir al resto, siempre es su palabra contra la de los demás. La excusa del COVID le ha venido muy bien para ocultar lo que ocurre dentro de sus instalaciones, al estar totalmente prohibido al acceso a familiares. En cuanto al personal que atiende de forma directa a los internos no tengo objeción, hacen lo que pueden, excepto cuando los cuidadores habituales son sustituidos por otros, que llegan incluso a desconocer las patologías y necesidades de los internos, aun así es el único activo que se salva en este Centro, sin embargo si sumamos a la desorganización la falta de constancia escrita de hechos imperdonables e impensables que de hecho se producen, así como la falta de personal, algo habitual en estos sitios en momentos en los que se concentra mayor actividad, el resultado no puede ser más catastrófico. Excusas y más excusas para finalmente derivar la responsabilidad a la Dirección, que por cierto es lo peor en este “Centro vs Matadero”, prepotencia y falta de profesionalidad y humanidad son los adjetivos más benignos que le definen. Si se hicieran inspecciones en sitios como éste, rodarían cabezas, al menos la principal.